Ámbar
El doctor apareció después de unas horas. Me levanté de la silla, soltando la mano de Simón y el hombre nos regaló una sonrisa.
- Todo bien. – Él reveló y Simón me abrazó. – El procedimiento fue un suceso. Rey está bien.
- Que bueno, bonita. – Simón dijo y volvió a abrazarme. Yo cerré los ojos y sentí su abrazo con una sonrisa. – Te dije que todo estaría bien.
- Casi todo. – Susurré y lo solté. - ¿Y cuando puedo verlo? Necesito hablar con él.
- En unas horas. – El doctor contestó. – Creo que es mejor que te vayas a tu casa y mañana vuelvas con calma.
- No. – Rechacé la propuesta. – No puedo esperar tanto tiempo por eso. Necesito hablar lo más urgente que pueda ser.
- Puedo abrirte una excepción. – El médico dijo y yo solo asentí. – Una hora es todo lo que necesitamos para que él se despierte.
- Bueno. – Forcé una sonrisa. – Voy a esperar todo el tiempo que sea necesario.
- Cuando todo esté listo, te aviso. – El doctor afirmó. – Permiso. – Él se fue y yo volví a sentarme en la silla.
- ¿Y? – Luna volvió hasta donde estábamos. - ¿Ya podemos irnos?
- Puedes irte. – Simón contestó. – Ámbar y yo nos vamos a quedar y esperar.
- ¿Cómo? – Luna frunció el ceño, encarándolo. - ¿Por qué van a esperar?
- Necesito hablar con el doctor sobre algo. – Mentí. – Podés irte, si querés, Simón.
- No. – Él negó inmediatamente. – Me voy a quedar aquí contigo, bonita.
- Bueno, entonces, yo me voy. – Luna sonrió. – Tengo unas cosas a hacer y Salem está mucho tiempo lejos de mí. Debe estar extrañándome mucho.
- Sí, claro. – Solo acordé y la abracé. – Gracias, Luna. Gracias por estar aquí.
- De nada, prima. – Ella me soltó y sonrió. – Nos vemos.
- Nos vemos. – No pude decirle prima porque ya no sabía si realmente éramos primas. – Gracias por quedarte conmigo, Simón. – Me volteé a él y sonreí. – Sé que estás cansado y yo igual, pero gracias.
- Jamás te dejaría sola en eso. – Simón se acercó y me dio un beso en la frente. – No te preocupes. – Él susurró y tocamos nuestras narices.
Después de dos horas, el doctor apareció. Yo solo dejé a Simón y seguí al médico. Él me hizo higienizar las manos y solo después de eso, abrió la puerta del ala de Cuidados Intensivos. Yo respiré profundamente y el hombre apuntó a la puerta donde estaba quien tal vez no fuera mi padre.
- Ámbi. – Él dijo al verme. – Gr-gracias por estar. – Rey se detuvo sintiéndose cansado.
- No es necesario que hables. – Fue mi vez de decirle algo. Me acerqué con una media sonrisa y él extendió su mano, intentando agarrar la mía. – Por favor, no me dejes asustada de nuevo.
- No. – Rey me dio una media sonrisa. – Alguien me estaba amenazando.
- ¿Y por qué? – Cuestioné y él respiró profundamente. – ¿Fue algo sobre el padre de Benicio?
- No. – Él negó. – No creo que sea la hora para hablar de eso.
- ¿Acaso te amenazaron porque yo no sé la verdad? – Interrogué y él siguió callado. – Yo no soy compatible en nada con vos.
ESTÁS LEYENDO
CUANDO NADIE VE | Fanfic Simbar (Completa)
Fanfiction"¿Que pasa si descubren algo que nadie puede enterarse?" Sinopsis: Ámbar Benson tiene la vida perfecta: Un padre que le da todo que pide, un novio rico que la quiere, mucho dinero para hacer lo que quiera de su vida, además de frecuentar las mejores...