Ámbar
En el otro día por la mañana no pude huir y tuve que ir a la escuela. Mientras caminaba sola por los pasillos, escuché la manera que todos se burlaban de mí. Intenté ignorarlos y me detuve frente a mi armario. Sentí cuando alguien paró a mi lado y me volteé para mirar a la persona. Era Benicio.
- Pues mira quien tenemos aquí. – Benicio dijo y se rió. – La hijita de papá que ahora está sin su papá para salvarla y hacerle todo que quiera. – Lo ignoré y cerré la puerta de mi armario. – No tan rápido, Ámbar. Aún tengo mucho para decirte.
- No, no vas a decirle nada. – Simón se detuvo a mi lado. - ¿Aún no te diste cuenta que estás siendo insoportable? Ámbar está pasando por un malo momento y no te conviene burlarte así de ella, Benicio.
- Que lindo. – Benicio se burló de Simón. – Por fin, asumieron su relación. Se merecen.
- Lo único que no la mereces eres tú. – Simón dijo, bateando la respuesta a Benicio.
- Dejálo, Simón. – Pedí y sonreí. – Benicio es un infeliz y tiene que ver las personas mal para sentirse bien con su estúpida e insignificante vida.
- Tienes razón, Ámbar. – Simón acordó conmigo y también sonrió. – No vale la pena pelearse con gente como él. Es un pobre, miserable, ¿no?
- ¿Quién crees que eres para hablar de esa manera conmigo? – Benicio interrogó a Simón, acercándose de él. – No creo que te convenga intentar pelearse conmigo.
- No quiero pelearme contigo. – Simón rodeó sus ojos. – Lo único que quiero es que dejes a Ámbar en paz. Y si no la dejas en paz, tendremos un problema.
- ¿Quién eres para defenderla tanto así?
- Alguien que se importa de verdad con ella. – Él me sonrió y yo solo asentí. Simón puso los brazos envuelta de mis hombros y salimos caminando, dejando Benicio para atrás.
- Gracias. – Dije cuando paramos en el patio. – Gracias por ayudarme con ese estúpido.
- No me agradezcas. – Simón balanceó su cabeza negativamente. – Lo único que estoy haciendo es cumpliendo con la promesa que te hice, Ámbar. Te voy a proteger de cualquier persona que intente hacerte daño.
- No me impidas de agradecerte. – Pedí y me acerqué. – Eso fue muy importante para mí. Me defendiste frente a los demás después de los mensajes que todos leyeron sobre nosotros. Estuviste a mi lado, aunque todos podrían juzgarte o burlarte de vos.
- No me importan los juzgamientos, Ámbar. – Simón puso la mano en mi rostro. – Lo único que me importa aquí eres tú. Entonces, si tengo que defenderte de todos, así lo haré.
- También lo haría. – Confesé. – Porque también sos importante para mí. Lo quiero decirte es que...
- No lo digas. – Simón pidió y puso el dedo índice en mis labios, callándome. Él se acercó lentamente y puso la mano en mi rostro. Yo cerré los ojos, lista para recibir el beso, pero él se detuvo. – Delfina. – Él se alejó y yo vi mi amiga deteniéndose cerca de mí.
- ¿Qué onda? – Delfina cuestionó y yo tapé el rostro. – ¿Qué pasa con ustedes? Yo los vi, Ámbar.
- No pasa nada. – Respondí. – Solo que...
- ¿Qué? – Delfina me incentivó a decirlo. – ¿Estás realmente enamorada de él?
- No. – Negué. – La verdad es que...
- ¿Qué pasa? – Luna interrogó, parando al lado de Delfina. - ¿De qué están hablando?
- No, de nada. – Contesté, encarando a Delfina.
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CUANDO NADIE VE | Fanfic Simbar (Completa)
Fanfiction"¿Que pasa si descubren algo que nadie puede enterarse?" Sinopsis: Ámbar Benson tiene la vida perfecta: Un padre que le da todo que pide, un novio rico que la quiere, mucho dinero para hacer lo que quiera de su vida, además de frecuentar las mejores...