Capítulo 6: Razón x Emoción

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Ámbar

Solté a Luna sin decirle nada y empecé a buscar a Simón. Lo encontré en una tumbona en el jardín. Me acerqué y él me forzó una sonrisa.

- ¿Qué pasó? – Cuestioné y él frunció el ceño. – Te fuiste después de mirarnos un poco raro y no sé. Vine a preguntarte que te pasa, Simón.

- No pasa nada. – Él me contestó y volvió a forzar una sonrisa. – Es que Rey y Bernie son muy distintos, Ámbar.

- Sí. – Asentí. – Es que Rey, mi padre, es un hombre de negocios y no tiene tiempo para nada.

- Eso veo. – Simón dijo y fue mi vez de forzarle una sonrisa. – Te veo mirando a Luna con su padre y te siento rara.

- Es que a veces no parece que mi padre me ama. – Confesé y él me encaró. – Porque no se importa conmigo, Simón. Me trata mal y no te voy a mentir, quisiera tener un padre presente como Luna tiene.

- ¿Y tu madre? – Simón preguntó y yo me quedé callada. - ¿Está de viaje o algo así?

- Ella murió, Simón. – Conté y él solo asintió sin decir nada. – No pidas disculpas porque no lo sabías. – Él volvió a asentir en silencio. – Pero es cierto lo que te estoy diciendo, Rey parece no importarse conmigo, Simón. Bernie me dijo que quizás mi padre me tenga como la culpable de la muerte de mi mamá.

- Pero no eres culpable, Ámbar. – Simón me miró fijamente. – Pero, decime, como era tu madre. ¿Ella tenía la misma sonrisa que tú?

- No la conozco. – Fui sincera. – Rey quemó todas las fotos del embarazo y de ella también. Él me dijo que no quería tener malas memorias de todo.

- Pero él te quiere. – Él afirmó y yo forcé una sonrisa. – Quizás tu padre tenga un poco de dificultad en exponer sus sentimientos, pero estoy seguro que él te quiere.

- Ojalá sea verdad, Simón. – Deseé. – Hay veces que me siento como un juguete para él. Hay cosas que soy obligada a hacer para ayudarlo y complacerlo en su trabajo. Y no recibo ni un 'gracias, hija'. Me duele. – Bajé la cabeza. – Creo que merezco lo que tengo, ¿no?

- Mírame a los ojos. – Simón puso la mano en mi rostro y yo levanté mi cabeza, mirándolo. – No mereces nada de eso, Ámbar.

- No me conocés, Simón. – Reboté su respuesta. – No sabés nada de mí.

- Te conozco lo suficiente para saber que no mereces menos que todo. – Simón afirmó y yo solo asentí en silencio.

- Gracias por esa conversación. – Agradecí y me fui.

Por la noche, Delfina apareció en mi casa para invitarme a una fiesta. Intenté convencerla que no estaba de animo para eso y esperaba que ella me entendiera. Mi padre estaba raro y no había vuelto a la sala después que peleó conmigo. Yo me sentía un poco culpable por todo, aunque supiera que no era mi culpa.

- Mira quien está ahí. – Luna se acercó de Delfina. - ¿Cómo estás, Delfi?

- ¿Luna? – Delfina estrechó sus ojos al mirar mi prima. – Ese color te queda increíble de verdad. Muy bueno cambio de look.

- Se quedó increíble. – Confirmé. – Hasta parece otra persona. – Sonreí. – No sabía que mi prima pudiera ser más linda que ya lo es.

- Vos sos la más linda. – Luna dijo y la encaré. - ¿Qué pasa?

- ¿Vos? – Ella seguía confundida. – Ese cambio de look, ¿también cambió tu acento, prima?

- No. – Luna se rió dándose cuenta. – Lo que pasa es que me quedo tanto tiempo cerca de ti que a veces me quedo confundida.

CUANDO NADIE VE | Fanfic Simbar (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora