°9°

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Lo último que se puede llegar a pensar un atracador.
Es que a la persona a la cual apuntas con un arma no te tenga miedo.

Las cosas no habían marchado de maravilla, tampoco estaban mal.
Las horas transcurrían.
Y la vida de Mónica seguía en pie.

London paseaba por los pasillos de la fábrica de moneda y timbre, verificando que todo cumplía con su orden.
Rehenes trabajando.
Y atracadores observando.

Se dirige a las oficinas de paredes blancas.
Cómo ella le decía.
Su lugar de entretenimiento.
Deja a un lado el arma, y se sienta en el suelo.
Viendo atentamente aquella tele.
Las cosas en el escritorio estaban desordenadas, podía jurar que si quería ir por bolígrafo no lo encontraría.

Alejando sus ganas de conectar la tele, se pone a recoger y arreglar un poco aquella habitación.
Recogiendo documentos para ponerlo debajo del escritorio.
Mira una pequeña caja de color negro que llama completamente su atención.
Su curiosidad era mayor a dejarla ahí.
Vaya sorpresa se lleva al ver que en aquella cajas hay pequeños potesitos con medicinas.
Metrotexato.
Es lo que lee al elevar uno entre sus manos.
Al costado de aquel, una jeringa con el mismo medicamento puesto.

Su ceño se frunce de intriga.
Y lee las letras pequeñas que contiene aquel medicamento.

Pero se sobresalta al escuchar que la puerta se abre rápidamente detrás de ella.
Era él.
Era Berlín.

—London deja esas cosas ahí...— dice el de inmediato al ver a la chica con aquellos medicamentos en mano.

—¿Que es ésto Berlín? ¿Miopatía de Helmer? —musita ella nerviosa.

—Anaís, no es el momento...— dice con un leve cambio en su voz y rascando su nuca nerviosamente.

—¿Cómo que "no es el momento" Berlín?— dice ella desesperada por la situación.

London no eres tan estúpida para no tener ni una puta idea de lo que se trataba aquella enfermedad.

Y temía de querer escuchar lo que su pequeña cabeza se había imaginado.

Aspira todo el aire que tiene a su alrededor al verlo cómo esconde su rostro entre sus manos, al escucharlo sollozar y se le parte el corazón cuando con una voz rota y ronca le confirma lo que tanto ella temía.

¿Te haz situado alguna vez en el lugar de alguien la cual se queda sin palabras y parecen inútiles?

Exacto, es parecido cuando el nudo de tu garganta no deja que las palabras salgan.

—Berlín dime que es mentira ¡dímelo Berlín! —solloza asustada y sin controlar ni un maldito músculo— dímelo porfavor...

Niega levemente y se acerca a ella.

—Perdóname London, perdónenme— dice él besando la frente de la muchacha y acariciando con sus manos el vientre de ella.

Este es el momento donde eres consciente de que tienes que aprovechar el tiempo al máximo con esa persona, donde tienes que saber apreciarlo, donde no sabes si lo perderás hoy o mañana.

Donde cada suspiro, cada beso, cada caricia, cuenta.

Donde solo ustedes dos deben existir en un mundo alejado de la realidad.

Sus brazos rodean la espalda de él, tenia que ser fuerte, pero sus sollozos hacen que el corazón de Berlín se rompa al escuchar cada uno, y eso es a lo que se temía.

Perderla.

Pero no solamente a ella.

A esa pequeña cosita a la cual le va dar la vida.

Ese pequeño que crece dentro de London.

(...)

Agarra rápidamente su arma cuando Denver grita de que alguien se iba a fugar.

—Con cuidado London— dice Berlin tomando su brazo lentamente antes de salir corriendo ambos para diferentes lados.

Quien creería que esa podia haber sido la ultima vez de ambos.

Corre rapidamente bajando las escaleras.

Pero todo rastro se esfuma cuando su adrenalina se cambia drásticamente a una donde todo es paz.

Y lo último que ve antes de cerrar sus ojos por el peso de sus párpados, lo cierra por el dolor y el chillido que transmite su cabeza.

Son varios de los rehenes escapando por la puerta donde ella se dirigía.

Puede ser su último suspiro, su ultima risa.

Pero se va pensando en él, en su sonrisa, y en la pequeña familia que estaban a punto de formar...







































-ESPERO LO HAYAS DISFRUTADO-

ʟᴏɴᴅᴏɴ  [La Casa de Papel] - BERLÍN  #WATTYS2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora