ʟᴏɴᴅᴏɴ [La Casa de Papel] - BERLÍN #WATTYS2019

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√ Disfruten el Penúltimo capítulo❤️

Porque el sentido del oído unido al miedo es el mayor generador de paranoias que existe.

Y así colaron algunas aquel día.

El oído en ese momento les estaba generando varias preguntas con el cual aquellos en la carpa, tendrían que buscar confirmación en otro sentido.

La vista.

Y fue justo el momento perfecto para poner en juego al nuevo miembro de la banda. 

Era el turno de Sofía.

 Y ahí llego el momento de desatar la locura.

Soltar a Sofía.

Yendo a una velocidad de dieciocho kilómetros por hora. 

Aquel momento iba a ser la gran bomba, no porque quisieran divertirse, era porque estaban jodidos.

El plan alcatraz iba a ser utilizado siempre y cuando, Lisboa y el Profesor estén en una situación muy crítica, algo parecido como entre la vida y la muerte.

Y efectivamente ese era el momento de utilizarlo.

El Profesor junto a Lisboa habían puesto play al plan epicentro .

Y tenían que esconderse. 

Así como se esconden los soldados en plenas guerras, camuflandose hasta el cuello.

Una fuga es tensión, es emoción, es oscuridad, es el eco de las cavidades, la humedad del subsuelo, y todos allí en la carpa lo sentían.

Y sus preguntas se cuestionaban entre otras preguntas.

¿Pueden fundir noventa toneladas de oro en dos días?

Técnicamente era posible, pero no probable.

Pero es que si ellos harían cosas probables, atracarían simples cajas de ahorro.

Estaban enloqueciendo.

Y cuando creían que los tenían.

Sofía apareció.

Vestida de Dalí y moviendo sus pequeñas orejas, sé las habían metido bien.

Y doblada.

Han fingido una fuga, es una maniobra de distracción extrema, está jodido -dice Sierra viendo a un frustrado Tamayo- y quiere que miremos para otro lado, tu estás al borde de mierda, pero te aseguro que él esta al borde del colapso. 

Todo forma parte de su puto plan -susurra Tamayo- absolutamente todo...

Ya -dice Sierra- pero no es el único que tiene planes, es el momento de darles donde más les duele, hay que atacar, ir directos al corazón, romperles por dentro -susurra contenta- y yo sé como hacerlo.

-¿Sabias que hay más de dos mil billones de estrellas en el cielo?-dice London calando aquel cigarro que tenia entre manos.

¿Acaso ahora te dedicas a contar estrellas? -cuestiona el hombre viendo al cielo- venga -acaricia la cintura de ella- que la diversión aún no acaba.

Y es así.

Ahí empezó todo.

Después de aquella noche en la verbena.

Y viendo juntos las estrellas.

Ahí empezó el amor.

¿Ves esto? -dice ella- me encantan estas chaquetas, algún día debes darme una.