ʟᴏɴᴅᴏɴ [La Casa de Papel] - BERLÍN #WATTYS2019

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✧Al fin un capítulo narrado por él.

➢Espero les guste...

Tienes un forma de caminar peculiar.

Eres curiosa  ¿Eh?

A mí también me da un poco de curiosidad esta casa.

Pero mas curiosidad me das tú.

¿Pero quién eres?

Ahora mismo me estoy arrepintiendo de haberme sentado en segunda fila.

¿Qué haces tan lejos?

—¿Cómo que cinco meses? —dice aquel hombre con Barba y unos pequeños kilos de más—  ¿Estamos locos o qué?

 —Mira —le responde Sergio— la gente pasa años estudiando, para tener un sueldo, un sueldo que, en el mejor de los caso, no deja de ser un sueldo  de mierda ¿qué son cinco meses? —chasquea sus dedos— Yo llevo pensando en esto muchísimo más tiempo, para no volver a trabajar en mi vida, ni vosotros, ni vuestro hijos.

Pareces simpatica.

Supongo que no te gusta llamar la atención, pero el sonido de tus pulseras al mover tus manos con nervios te delatan por completo.

¡Felicidades! 

Has obtenido toda mi atención.

Quisiera acercarme y preguntarte tu nombre.

Pareces misteriosa.

Pareces...

—Bien —dice Sergio y carraspea su garganta— de momento no os conocéis y quiero que siga siendo así.

No me pongas reglas Sergio...

Quiero saber su nombre saliendo de aquellos labios color carmesí.

—No quiero nada de nombres —sigue el apuntando con aquel tiza en la pizarra— ni preguntas personales —apunto cada cosa en aquella libreta que tengo posada sobre la carpeta—.

Tú también lo haces.

Tienes una forma rara de agarrar el bolígrafo.

¿Porqué te sentaste tan lejos?

—Ni por supuesto relaciones personales.— termina de decir Sergio y seguido a eso lo apunta.

Escucho como ríes suavemente.

¿Acaso te da risa las relaciones personales?

Si es así.

Ya somos dos.

—Quiero que cada uno elija un nombre, algo sencillo —dice él viéndonos a cada uno con lujo y detalle— pueden ser números, planetas, ciudades...

—Rollo "señor 17, la señorita 23"—dice ese muchacho castaño viéndote con una sonrisa de oreja a oreja.

Al parecer no te molesta.

No te molesta porque tú también le miras y le sonríes.

Pareces alagada.

—Ya empezamos mal, yo ni recuerdo ni mi número de teléfono— gracias hombre con barba por romper esas miradas entre quien supongo que es su hijo y entre quien puede ser que mi futuro matrimonio e incluso mi amor fugaz.