ʟᴏɴᴅᴏɴ [La Casa de Papel] - BERLÍN #WATTYS2019

•3•

|Antes de que lean el capítulo quería que me informen mediante los comentarios si de verdad les está gustando esta novela 😦, puedo sentir su apoyo mediante los votos, pero quería saber si puedo cambiar algo, sus opiniones, no puedo quejarme por el apoyo que le dan, me hacen demasiado felíz, disfruten el capítulo 💞|

Por que no me daba la oportunidad de enamorarme devuelta.
Berlín...
Berlín hacia que cualquier parte de mí se ponga a tambalear cada vez que me hablaba, incluso cuando me miraba.
Sentir aquella sensación, tan irritante en el estómago, aquella sensación que sentía por Damián.
Berlín era alguien muy directo, inteligente y...

Llevaba tres semanas escondida, incluso más, y mi cara estaba por todos los lugares de España, comisarias, bares, ayuntamientos, por todos lados.

No queria llegar a salir de la carcel siendo una vieja, o incluso no llegar a salir.

Pero un día, apareció la persona que me salvaría, mi ángel de la guarda, uno nunca sabe exactamente como son los ángeles, aunque nadie se espera que se te aparezca en un Seat Ibiza del 92.
El profesor, fue ahí el momento donde lo conocí, apuntandole con la pistola que alguna vez fue de Damián, cargada, aunque lo bueno de las relaciones amistosas es que casi todo el mundo olvida como se conocen ¿no?

Los padres de Damián estaban esperándome con patrullas, francotiradores, y policías encubiertos en aquella casa donde el creció.

Buscaba alguien que no tenia que perder, y yo era la correcta.
Ofreciéndome dos mil cuatrocientos millones de euros me monté en aquel coche.

Exactamente ahora mismo no se si hice lo correcto en aceptar aquella propuesta.
Rompí las reglas al momento que comencé a conocer a Berlín, en los momentos donde escuchábamos música clásica con copa en manos.

En ese preciso momento comencé a llamarme London.
Y a romper reglas.

No sólo con relaciones dentro de este plan.
Las preguntas personales.
Nairobi, quien pensaría que entre ella y yo abría una amistad.
Me acuerdo que pasaba el rotulador por su abdomen, cuando note aquella marca de cesárea en la parte baja de aquel.
¿Han escuchado que la curiosidad mató al gato?
Pues ese día casi nos agarramos a golpes, Nairobi es una de las personas con el mejor plan al salir de todo esto.
Ir por su hijo, buscarlo y llevárselo, sin decir nada a nadie, al otro lado del mundo, solos.
Recuerdo que ese mismo día toque la puerta de su habitación con una botella de tequila escondida en mi chaqueta, ella me contó su plan al salir de la fábrica, claro, si todo salía bien, esa noche nos amanecimos escuchando música por aquel radio antiguo, ebrias en su habitación y bailando como adolescentes con las hormonas alborotadas, pero llegó el profesor y todo rastro de diversión se esfumó al enterarnos que por la mañana tendríamos clase.

Se puede decir que en todo este plan, lo más cercano a un amorío fue el de Tokio y Río, un claro ejemplo, aunque ambos negaban cualquier rastro o pruebas que lo confirme.
Pues pasar cinco meses encerrado en una casa alejado de todo el mundo, sin conocer a nadie, sin follar, es algo relativamente aburrido.

Pero las noche junto a Berlín eran fantásticas, desde charlas de como fue su primer atraco, hasta los más de cuatrocientos treinta y cuatro diamantes que robó en Los Campos Elíseos, en París.

Tomar su vino amargo por primera vez, fue como volver a mi pasado y tomar la primera copa de vino tinto que tus padres te ofrecen para hacer el dichoso brindis.
Solamente que el no era uno de mis padres, y que el vino era sumamente más fuerte del que me daban en mi adolescencia.

Los primeros meses pude evitar esos raros sentimientos por él.
Es como un tiburón en una piscina, puedes bañarte con él pero nunca estarás tranquila.
Cuarenta y cinco años.
Veinte y ocho años.
Inexperta en el sexo, inexperta en el amor.
Pero siempre está la persona que te enseña ¿no es así?
Berlín "doblaba mi edad", pero cualquier duda de mis pensamientos se esfumó cuando fuimos a dar un paseo por esa famosa verbena.
Y todo rastro de duda hacia mí se exterminó.
Cuando entramos a escondidas a su habitación y reíamos por el efecto del alcohol.
Aquel día donde follamos sin importarnos romper alguna de esas estúpidas reglas, sin importar que el profesor nos saque de sus planes.

El y yo.
Con música clásica.
A pocos días de el golpe a la fábrica de moneda y timbre.

LN©