37. Lo que necesito para mi cumpleaños

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Fue en Navidad, durante la celebración del cumpleaños de Amaia, cuando supe que ya no podía esperar más. Que esa paciencia que le pedía a ella se me había agotado a mí antes. ¿Pero cómo podía seguir posponiéndolo cuando la tenía así delante de mí?

Estábamos en el teatro, viendo la última obra de Manu Guix y Ángel Llácer, que acababan de estrenar, y después iríamos a cenar a un restaurante. Eso era lo que Amaia había pedido como regalo... Pero tengo que reconocer que mi atención no estaba en la obra por completo, porque no podía apartar los ojos de ella: estaba arrebatadora, con un elegante mono negro y un abrigo largo, así como el pelo alisado que ella misma se hacía y tanto le gustaba. Hubo un momento en el que lanzó una risa queda, entonces me miró con los ojos brillantes: estaba disfrutando, mucho.

Y ahí lo supe: ¿acaso nos hacía falta algo más? ¿A qué había que esperar? ¿No éramos ya felices? Lo que quedaba... Era un mero trámite, para mostrarle al mundo nuestro amor de forma oficial. Pero no porque hiciera falta, sino porque queríamos celebrarlo. Nuestra boda sería una celebración por la música y el amor, que siempre ganan, que siempre superan todos los obstáculos. Y esos, en nuestro caso, no habían sido pocos.

Pero había que ir paso a paso. Mi padre desde pequeño me había enseñado a ser un caballero, y Amaia se merecía todo en este mundo. Así que habría boda, pero primero habría compromiso. Y tenía que pensar cómo lo haría, porque quería que fuera especial.

Sin embargo, la idea me llegó una vez más de mi cuquita. Cuando ya entrábamos en casa después de haber dado un paseo por el puerto tras la cena, me quiso agradecer lo bien que lo habíamos pasado.

Mejor lo he pasado yo contigo, Amaix.

-Ahora tienes que ir pensando qué quieres para tu cumpleaños, Alfred. Que estará aquí antes de que no demos cuenta.

Mi cumpleaños...

Y, de repente, se hizo la luz en mis pensamientos: este año no sería ella la única que me regalaría por mi cumpleaños, sino que yo también le haría un regalo.

En los días siguientes, me llevé pensando en cómo podría hacerlo, hasta que la idea definitiva me llegó gracias a las redes sociales, cuando, el día antes de Reyes, nuestros fans consiguieron que #RegaloConciTPMV fuera TT.

¡Claro! ¡Un concierto! Los fans llevaban mucho tiempo pidiéndolo, y hasta Roi se hacía eco y lo proponía de cuando en cuando, pero nadie se había atrevido a hacer una propuesta en firme porque significaría involucrar a demasiadas personas. Aunque si lo pedía como regalo de cumpleaños... ¡Ese sería el momento perfecto! ¿Dónde mejor que entre canciones y música?

Me emociono solo de pensarlo y esa noche, que no puedo dormir, empiezo a hacer una lista de todas las cosas que tengo que preparar antes del concierto. Menos mal que Amaia me lo ha recordado con tiempo. Además, me gustaría darle otra sorpresa, y para eso tengo que tener a Cris dispuesta y dándome caña en los meses que faltan.

Pero a ver, Alfred, vayamos por partes.

Uno: plantear lo del concierto.

La cara de Amaia cuando comprende lo que estoy queriendo decirle en el teclado me acompañará toda mi vida.

"Mi regalo de cumple concierto TPMV."

Pero, tras el shock inicial, se lanza a mis brazos y empieza a reírse.

-En el fondo lo sabía, Alfred. ¡Lo sabía! ¿Cómo ibas a dejar tú pasar esa oportunidad?

Difícil.

Amaia se separa y me mira, pensativa.

-Bueno, eso dependerá de lo que quieras. Escribe un documento y mañana llamamos a Mario para hacerle una propuesta en firme, ¿te parece?

El camino a casaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora