Mi Pequeño Cliché [MinSung]

25- ¿Montaña Rusa?

Los días en Italia no fueron tan buenos, pero ahora... ¡Irían a California! La ciudad en la cuál había pasado parte de su infancia JiSung.

JiSung estaba muy emocionado, en cuanto se enteró, llamó a ChangBin para avisarle y este avisó a su madre. Habían pasado años desde la ultima vez que había visitado a su tía, la última vez que la había visitado sólo fueron un par de días y ya habían pasado más de dos años.

Por otra parte, MinHo, estaba demasiado nervioso y asustado, no sabía cómo reaccionaría la tía de JiSung al verlo con un tipo como él ¿Y su no aceptaba su relación sólo por la forma en que vestía? No tenía la mejor pinta, pero trataba de verse, al menos, un poco decente.

MinHo nunca había tenido contacto con sus familiares, nunca había conocido a su familia biológica y todos los familiares de sus dos padres eran homofóbicos, por lo que nunca mantuvieron contacto alguno. Ni con ellos, ni con sus padres.

JiSung se soltó de la mano de MinHo y corrió a la calle. MinHo se sorprendió y soltó las maletas para correr detrás de él, pero se detuvo al ver que se dirigía a abrazar a una mujer mayor que ambos vestida con jeans rotos y chaqueta de cuero.

–¡Mi pequeña ardilla!– Dijo la mujer abrazando a el castaño.– ¡¿Cómo has estado?! Han pasado años desde la última vez que nos visitaste, casi no te reconozco.

–¿Acaso estás a dieta? Ahora estás mucho más delgada que la ultima vez que nos vimos– Respondió el castaño sonriendo. La mujer simplemente rió.

–¿Y quién es ese joven tan apuesto?– Preguntó la mujer moviendo sus lentes obscuros para ver mejor a MinHo– ¿Acaso es el chico del que me habló ChangBin?– MinHo volteó a sus lados esperando no ser el chico del cual hablaba. Si ChangBin había hablado de él, probablemente no era nada bueno.

–Él es mi novio, su nombre es MinHo – Dijo el castaño con una sonrisa. La mujer se acercó a el rubio y le sonrió.

–Moon ByulYi,–Se presentó– tía de JiSung y madre de un adolescente que sólo viste de color negro– Dijo la mujer provocando que tanto el rubio, como el castaño, rieran.

–Un gusto conocerla, mi nombren es Lee MinHo.

–¿Ya comieron?– Preguntó la mujer cambiando de tema– Podemos ir por algo de comida si lo desean– Dijo sacando las llaves de su auto y agitándolas. Ambos chicos asintieron y caminaron detrás de la mujer hasta llegar a el auto.

Después de comer, recorrieron la ciudad de California con mucho entusiasmo. MinHo nunca había ido a California, sólo a New York. Tomaba fotos de todo y guardaba silencio para no interrumpir la conversación que mantenía JiSung con su tía.

–¡Llegamos!– Gritó JiSung abriendo la puerta de el auto para después bajar corriendo hacia aquel lugar.

–¿Te gustan las montañas rusas, MinHo?– Preguntó la rubia a la vez quien se bajaba de el auto para después seguir a JiSung que ya había echo fila en la entrada de el lugar. MinHo bajó de el auto y se quedó parado por un momento mientras veía aquél lugar frente a él.

–No,– Susurró para si mismo– las odio.– Tomó una fotografía de la entrada de el parque de diversiones y después caminó hasta su novio que acababa de comprar las entradas para los tres.

Entraron a el parque de diversiones y de inmediato JiSung se puso a correr se un lugar a otro sin saber a dónde ir, al igual que su tía. MinHo simplemente rió y caminó hasta una maquina de golosinas, insertó el dolar, presionó un botón y una deliciosa barra de chocolate cayó. Repitió el procedimiento, pero esta vez fue un paquete de pastelillos el que cayó.