D I E C I S É I S

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FUE TAN fácil que, si la ocasión hubiese sido diferente, le hubiera parecido divertido

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FUE TAN fácil que, si la ocasión hubiese sido diferente, le hubiera parecido divertido. Entró a la bóveda del banco donde mantenían al Soldado del Invierno, disparando a todos los que le obstaculizaron el camino. No había cámaras de seguridad, probablemente para ocultar la evidencia de la existencia del Soldado.

Luna entró por el pasillo, grandes lentes oscuros ocultando su rostro. Estaba vestida completamente de negro, y su cabello estaba suelto. Lo había decolorado, y las rastas de color blanco enmarcaban su rostro.

Disparó por último al guardia que resguardaba la entrada. En otra ocasión, probablemente solo les hubiera dado tranquilizantes. Pero por lo que habían hecho, Luna esperaba que ardieran en el infierno.

Su corazón se detuvo un instante al verlo. Habían pasado años desde que había visto al Soldado del Invierno. Estaba sufriendo, aun retorciéndose de las descargas eléctricas. Luna había investigado lo suficiente para saber que le habían borrado la memoria. Después de todo, había pasado más de un año intentando saber todo sobre el Soldado del Invierno, el arma perfecta para ayudarla a recuperar la piedra lunar.

Acarició su frente, como una madre a un hijo, cariñosamente. Cerró los ojos. Y el dolor la golpeó.

Oh, cómo dolía. El cuerpo de Bucky dolía, cada extremidad, cada parte, cada respiro que daba. Dolía. Los toques eléctricos lo habían destruido. Pero no solo eso dolía. Bucky estaba en plena transición de olvidar todo, y los recuerdos se revolvían en su mente sin orden alguno. Las memorias dolían.

Luna absorbió su dolor. Si tuviera la piedra lunar, tal vez le hubiera podido quitar todo. Pero no la tenía, se la habían robado, así que tuvo que conformarse con absorber lo que podía. Besó su frente, y lágrimas comenzaron a correr por su rostro, sin poder detenerlas.

—Lamento haber tardado tanto —susurró. Había estado en Washington apenas se había enterado de que el Soldado había sido visto, el rumor llegando a sus orejas como si fuera el destino. Pero no podía acercarse. El Soldado la hubiera partido en dos. Así de fuerte era. No. Tuvo que esperar un momento donde bajara la guardia, y ese momento había sido cuando Bucky, en modo Soldado del Invierno, se había encontrado con Steve Rogers, su amigo de toda una vida. Cuando Emma se lo contó, supo que tenía que actuar. Estaba mintiéndole a su mejor amiga, pero no era ni de cerca lo peor que Luna había tenido que hacer para sobrevivir.

—Lamento no haber podido evitar lo que te hicieron —continuó diciendo Luna. Había llegado tarde. Había encontrado la bóveda después de que a Bucky le hubieran arrebatado sus recuerdos. Ahora, el Soldado del Invierno no recordaría nada. Lo habían herido. Sin verlo como un ser humano, sino como una máquina.

Luna los odiaba. Quería despedazarlos a todos.

El dolor era demasiado. Luna no entendía como Bucky lo soportaba. Tal vez porque ahora ya era el Soldado. Luna absorbió hasta que no pudo más, sin ser cerca de suficiente, y se sentó frente al Soldado, mareada.

FALLEN | steve rogers [moonstone series #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora