FALLEN | steve rogers [moonstone series #2]

O N C E

FINALMENTE LLEGARON  a donde la memoria USB los había mandado. Natasha salió primero de la camioneta, con el celular en la mano, probablemente viendo el GPS. Steve le abrió la puerta a Emma, haciéndola sonrojar, y ayudándola a bajar de la camioneta.

Los dos se acercaron a Natasha, que les llevaba ventaja. Con ojos audaces, la Viuda Negra examinaba la reja que los mantenía afuera del área del edificio.

—Es aquí —dijo Steve, sosteniendo su escudo en una mano.

—El archivo venía de estas coordenadas, según Emma —respondió Natasha, sutilmente echándole la culpa a Emma si la dirección estaba equivocada.

—Yo también vengo de aquí —musitó Steve, pensando en voz alta.

Señaló el letrero de la reja, el que estaba al lado de una señal de Alto. "Campamento Lehigh", se leía. Natasha lo miró, confundida.

—Debí de haberlo sabido —exclamó Emma para ella misma. Nat y Steve la voltearon a ver—. Oh, el campamento Lehigh fue una base militar usada por la Reserva Estratégica Científica en la Segunda Guerra Mundial. Aquí fue donde Steve se entrenó.

—Pareces saber mucho de eso —murmuró Natasha, sospechosamente.

Steve no dijo nada, haciendo una mueca. Tampoco le agradaba eso, pero no por las mismas razones. Nat probablemente pensaba que Emma los había llevado ahí por algo. A Steve simplemente le parecía incómodo que Emma supiera todo de él, como si un espécimen para estudiar se tratara.

—Oh, casi hice mi tesis sobre el Capitán América —admitió Emma, avergonzada, sonrojándose como nunca la habían visto—. Al final decidí tornar mi enfoque en el feminismo y en cómo las mujeres sirvieron en la Segunda Guerra Mundial. Se arriesgaron muchísimo y fueron heroínas de guerra, pero nadie parece recordarlas —insistió. Steve sonrió, la tensión en su cuerpo desvaneciéndose. Emma pareció darse cuenta de lo que acababa de decir y añadió, tímidamente—: Sin ofender, Steve.

—No hay ofensa, tienes razón —musitó suavemente.

Cada vez, Emma lo sorprendía más.