-¡Por Dioooooooos!-
Estoy con el Jesús en la boca, literalmente claro esta, está demasiado alto, pensé que esto sería más fácil y es todo lo contrario, me tiemblan las piernas y los brazos siento que no voy a poder hacerlo, creo que Sebastián está más emocionado que yo, en qué carajos estaba pensando cuando decidí hacer esto, pero es que los videos y las películas se veía tan fácil pero a la hora de hacerlo todo se vuelve sumamente complicado.
- ¿Estás bien amor? - que pregunta más tonta claro que estoy bien, nada más me tiemblan las manos y las piernas, imagino que debo de estar completamente pálida y él me pregunta que si estoy bien, viendo como se curvan sus labios formando una sonrisa, genial ahora se burla de mí - ¿Quieres ir primero? - si no lo amara tanto en estos momentos lo mandaría pero sin paracaídas.- Claro mi amor yo voy de primera - que Dios me acompañe y todos los ángeles que estén conmigo se activen porque siento que voy a morir.
- Bien amor así me gusta - Dios tú que te encuentras en los cielos sostenme con tus manos para poder llegar bien al suelo, lo único bueno es que no voy sola porque sino me estrello y beso el suelo con ganas - Estás pálida ¿Segura que quieres hacerlo? - cretino veo cómo comienza a reírse, pero para mi mala suerte eso solo logrará hacerme enojar y tirarme de una vez por todas, lo voy hacer, sigo repitiendo en mi cabeza que estaba pensando cuando dije que quería hacer esto, que emoción ¡Jajajaja! - Amor date prisa que no tenemos todo el día y aparte faltan más sorpresas - ¿Más sorpresas?, si son como estas vamos a tener que hacer que una ambulancia ande detrás de nosotros, no creo que mi corazón aguante tanta adrenalina.
- ¿Se encuentra lista? - lo voy hacer no lo puedo creer, estoy sudando frío y mis piernas tiemblan - Necesito que se siente ya que vamos hacer un salto tándem - ¿y qué carajos es eso? ¿Vamos a dar vueltas en el aire? Siento como mi cuerpo me pide a gritos que se termine esta tortura, siento emoción y un susto terrible, el joven del cual no se el nombre porque no he puesto atención se compadece de mi, porque mi marido no para de reírse - El salto tándem es un salto en el cual usted y yo estaremos sujetados por un arnés, tranquila es simple es solo saltar conmigo, yo llevaré un paracaídas lo suficientemente grande para los dos, puede estar tranquila yo la voy a proteger - Dios que salvada mi esposo deja de reír, volteo mi cara para verlo y ahora su semblante es serio, lo voy hacer pagar por sus burlas ya que viendo bien al instructor no está nada mal, describiéndolo un poco es alto, blanco, cabello castaño claro, ojos verdes, labios carnosos y rosados, definitivamente una tentación para cualquier mujer casada y si es soltera que ni se diga, carraspean haciendo que salga del trance en el que me encuentro ya que no me di cuenta en qué momento estaba escaneando detenidamente a mi querido acompañante, mi esposo está algo serio pero él tiene la culpa por burlarse de mí, bien dicen, "el que ríe a lo último ríe mejor, jajajaja"
- Siendo así pongo mi vida en su manos, espero no me falle - Sebas no se ríe ahora lo cual me hace sonreír a mi, eso le pasa por jugar de listo - Disculpa pero ¿cual es tu nombre? - se sienta detrás mío siento como se engancha a mí , y los nervios vuelven otra vez.
- Me llamo Jamie un gusto, no se preocupe no la voy a defraudar pues nada más relájese y déjese llevar - eso es lo que necesito relajarme pero joder como me cuesta, de aquí puedo ver todo tan pequeño, y lo único que puedo hacer es pensar en que algo va a salir mal, estúpidas películas que solo sirven para ver lo malo de todo - Vamos saliendo de a poco, cuando diga tres saltaremos y comenzará la aventura - Señor me hubiera traído mínimo un tarro de nutella para disfrutarla antes de morir, vamos caminando para saltar y mis nervios están a flor de piel, miro por última vez a Sebas, señor que si me muero mi esposo encuentre a una buen mujer que si no, salgo de donde esté para buscarle una yo, claro que vuelvo hablar literalmente. Sebastián me mira un poco nervioso, perfecto ahora que voy a sentarme mira con preocupación como no lo hizo antes, de cuando acá los hombres hacen lo que las mujeres quieren, okay Ariadna llegó tu momento.
- Muy bien señorita - señorita que no ha visto los anillos en mi dedo o es que está ciego.
- Es señora y cuídela bien ya que no quiero estar viudo - la cara de Sebas es de celos, Dios como me gusta verlo así, se ve muy sexy, pero ni pienso en lo otro porque sé que no pasará nada.
- Disculpen, bueno señora a la cuenta de uno - Dios que estas en los cielos protégeme - Dos - No quiero morir hoy - Tres - siento como el aire pega en mi cara y empiezo a gritar como loca, tengo los ojos cerrados - Tranquila estamos bien, disfrute la vista - me siento bien, es como si fuera un ave, estoy flotando, me siento tan liviana, solo que con la corriente de aire me acuerdo que estoy cumpliendo algo alocado que quería hacer.
- Es maravilloso - la vista es hermosa Dios que hermoso se ve todo desde aquí, tan pequeño, como si pudiese agarrar el mundo con mis manos, tantos colores, es todo tan hermoso, nunca esperé sentir la brisa del viento por todo mi cuerpo, el vacío en mi estómago.
- No quiero que se acabe este viaje - tengo nervios pero ya han ido pasando, ahorita solo siento adrenalina, amor por Sebastián quién es único y especial para mí, y le agradezco tanto esta experiencia.
- Siento decepcionarla pero ya tenemos que descender - no pueden durar un poquito más las cosas buenas, cuándo nos vamos acercando al suelo me siento la mujer más feliz y agradecida con la vida por haberme dado tan maravilloso esposo, me siento tan nerviosa también, que alivio tocar tierra, me acomodo la ropa otra vez porque se me subió un poco, seguro por la presión del viento, espero por mi amado esposo que ya viene descendiendo también, una vez que Sebastián toca tierra decido correr a encontrarme con él, todavía siento la adrenalina recorrer mi cuerpo, así que a unos cuantos pasos de él me tiró encima suyo rodeándole con mis piernas su cintura y con mis brazos su cuello.
- Gracias mi amor esto fue una experiencia demasiado hermosa y más porque la viví contigo - beso toda su cara y él me abraza fuertemente, decido alargar un poco más el abrazo y siento su ternura y su amor.
- Te mereces eso y más - me derrito por Dios que lo hago, decido terminar con el beso ya que subió de nivel, así que pongo mis pies sobre la tierra y lo beso en los labios lento y me separo para no seguir, sé que mi amor no anda listo para besos subiditos de tono y menos porque hay personas a la par de nosotros y no quiero dar espectáculos.
- ¿Estás lista para seguir? - claro que lo estoy, este día me emociona.
- Si amor, pero no me vas a vendar los ojos - hace un puchero que hace que me lo quiera comer.
- Amor hoy te quiero llenar de sorpresas, pero necesito taparte los ojos para eso - y ahora que hago, dije que lo iba hacer feliz hoy, pero ¡ay Sebas!.
- Cariño cuántas sorpresas faltan, ya no quiero que me vendarme los ojos, sabes que es mucho para mí - le acaricio el rostro y lo beso tiernamente, para que entienda que quiero ver todo ¡jajajaja!.
- Solo falta una sorpresa, te voy a vendar los ojos y punto, así que mueve ese hermoso cuerpo - me agarra de la cintura y me besa lentamente, nos separamos y encaminamos al auto, abre la puerta de mi lado cerrándola al instante que entro, rodea el coche para llegar a su lado, entra al carro y me mira de una manera que no logro saber con exactitud... Pone su mano en mi pierna mandando miles de descargas por todo mi cuerpo, se acerca a vendarme los ojos otras vez y en un momento rápido mi visión es nula.
- Te prometo que esta sorpresa te va a encantar, será una que nunca olvidarás - siento su respiración en mi cuello y de manera pausada llega a mis labios, sé con seguridad que esta sorpresa me encantará, lo siento en la seguridad de su beso.
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Descubriendo el engaño 1° Terminado
RomanceAriadna es una mujer completamente feliz tiene el trabajo que tanto quiere y al esposo que toda mujer desea, Sebastián es su mayor logro, su matrimonio es perfecto, toda va bien hasta que se da cuenta que tiene un pasado es doloroso y que todavía lo...