El viaje estuvo algo cansado, Sebastián me trajo a casa y se fue para la empresa, ya que lo estuvieron llamando porque surgió algo importante, la casa se siente completamente sola y fría, no entiendo porque falta el calor de hogar, estoy pensando en decirle a Sebas que quiero cambiar un poco esta casa ya que no tiene nada de mi agrado, pero necesito encontrar la manera, camino hacia la cocina para buscar un vaso con agua, tocan el timbre de la puerta, me apresuro a llegar para abrirla y me llevo la sorpresa de que es la misma muchacha de la vez pasada, un sentimiento extraño se apodera de mi cuerpo "¿Cómo supo dónde vivo?"
- Hola! ¿Cómo estás? ¿Qué sorpresa , vives acá? -en sus ojos veo un sentimiento difícil de explicar, cierta desconfianza crece "Deja de estar viendo películas Ariadna" - Perdona que te moleste ¿Estas ocupada, es que la verdad necesito algo de ayuda? -la miro detenidamente y veo que viene con una minifalda color negro, algo corta para mi gusto y una blusa de tirantes rojiza, trae unos zapatos de tacón alto, de aguja para ser mas exacta, que son del mismo color de la enagua, su cabello suelto y sedoso, en sus manos trae un bandeja tapada.
- Hola, mmm no, acabo de llegar de un paseo con mi esposo y estaba viendo lo que podía hacer para la comida, es más que todo para pasar el rato - "Hay algo raro en esta mujer me inspira muchas cosas" sonríe mostrando sus dientes, pero la sonrisa no le llega a los ojos.
- Bueno, siendo así que te parece si tomamos un café juntas, preparé unas quesadillas y me quedaron deliciosas, en parte es para pedir una disculpa por lo sucedido aquella noche - "¿Cómo sabía dónde encontrarme? Pero bueno nada pasará si acepto además estoy sola y me haría bien un poco de compañía, también me encantaría saber que fue lo que en realidad paso esa noche y porque venia la discusión"
- No tuviste que molestarte pero claro pasa - me hago a un lado para dejarla que entre a la casa, cuando entra cierro la puerta y comienzo a caminar a la cocina - Vamos a la cocina para poner el café - le doy la espalda para seguir mi camino y escucho sus pasos detrás de los míos.
- Tengo que admitirlo, su casa es impresionante - "Se la puedo vender pero no creo que a Sebas le agrade la idea"
- Muchas gracias, la hizo mi esposo para nosotros, no el estuvo pendiente de que la construyeran a gusto de ambos - sus pasos se detienen y me vuelvo para ver el motivo por el cual dejé de escuchar sus rechinantes tacones, su mirada esta fija en mi y rápidamente retoma el camino sonriendo.
- Que romántico, usted debe de tener mucha suerte, encontrar un hombre que haga ese tipo de cosas debe ser maravilloso - termina de decir esa palabra con un tono que no logro descifrar, pero sí puedo decir que era un poco sarcástico.
- Pues la verdad es que tengo mucha suerte, más que todo por ser la mujer que escogió para pasar el resto de su vida - llegamos a la cocina, pongo el café, me volteo y la veo sentada en uno de los bancos que están en el desayunador, su mirada está puesta en la casa no para de admirar los muebles en general.
- La vez pasada creí que esta era la casa que estaba en venta, pero tenias razón era la del frente, de hecho ayer la compré, por eso vine hoy, otra razón es que no conozco a nadie del vecindario y me pareció que eras una mujer excepcional, entonces pensé que talvez podemos ser amigas ya que aquí no tengo a nadie - baja su mirada y noto que se ha puesto triste "Pobre mujer seguro que ha sufrido por estar sola en lugar así, debe ser feo vivir en un lugar donde nadie te conoce"
- Claro me encanta la idea, y por lo de aquella vez ya te dije que no pasa nada cualquiera se equivoca - las dos sonreímos y suena una pequeña alarma indicándome que el café ya esta listo.
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Descubriendo el engaño 1° Terminado
Roman d'amourAriadna es una mujer completamente feliz tiene el trabajo que tanto quiere y al esposo que toda mujer desea, Sebastián es su mayor logro, su matrimonio es perfecto, toda va bien hasta que se da cuenta que tiene un pasado es doloroso y que todavía lo...