Caos. El caos era lo único que reinaba en el mundo.Después de tanta lucha por la supremacía entre hechiceros y brujas, Michael Langdon había ganado la batalla utilizando su arma secreta.
Raven, a quien había perdido por años y después de un sorprendente reencuentro se unió a él. Fue su ayuda lo que lo hizo ganar en su plan para el apocalipsis.
Y cómo podría negarse si estaba enamorada de él.No había fuerza sobrehumana que pudiera separarlos. Haber sido quemada injustamente era parte de su destino. El padre de Michael aprovechando el momento reclamó su alma y la hizo renacer sólo para ser parte del juego macabro de su hijo.
Con la noticia de que un refugio aún se mantiene en pie después de 18 meses de que iniciara el caos, ellos emprenden camino para poner a prueba sus conocimientos y poderes contra los débiles humanos que claman por ser salvados.
—Colocate esto.–le ordena extendiendo un traje de hule.
—Es para darle más suspenso.Explicó al notar la mirada confundida de Raven.
Ella lo tomó, con maldiciones y gruñidos lo colocó sobre su cuerpo. Le parecía una tontería. Era una bruja, no necesitaba ese tipo de accesorios.
—¿Contento?–reclamó poniendo sus manos en sus caderas. Sabía lo ridícula que se veía en ese traje.
Michael la miró y no pudo aguantar una soltar una pequeña risa. Realmente se veía adorable e indefensa a los ojos de cualquiera, incluso de él aún sabiendo que ella era todo, menos débil.
—Siempre consigues lo que deseas, eres como un bebé que comenzará a gritar si no siguen sus deseos. Patético.–escupió la peli negra rodando sus ojos, imagen no visible para su acompañante.
—Cariño deja de quejarte ya podrás desquitar todos tu estrés contra los tontos humanos del refugio.–añadió Michael colocándose el traje.—¿No es eso lo que te gusta?
Raven suspiró y concentrando su poder realizó una transportación llegando al carruaje sin necesidad de caminar.
Aveces podía ser muy infantil y caprichosa si se lo proponía, pero no era su culpa, era de Michael por consentirla y mimarla en todo.
El carruaje comenzó a moverse y supo que él ya estaba al mando del transporte. Se dedicó a cerrar sus ojos mientras abrazaba la vieja maleta a su pecho.
[...]
Sus ojos se abrieron al sentir ligeros movimientos.
—Ya hemos llegado.–le hizo saber y tomó sus manos para ayudarla a bajar.
Al salir, logró divisar a dos figuras esperándolos. Portaban el mismo traje que ellos y era indistinguible si eran hombre o mujer.
Michael no dijo nada simplemente mostró su identificación y la personas se apartaron del camino.
—Ocúpense de los animales.–dijo sin detenerse a mirar.
Siguieron su camino hasta la entrada del refugio.
—De nuevo en este horrible lugar.–murmuró Raven observando sus alrededores.
Las mismas infraestructuras, los años no pasaban por el lugar. Muros altos que protegían a las personas que habitaban en el interior, refugiándose de la realidad.
—Mantén tu linda boca cerrada.–aconsejó Michael de manera no grata.
Los trajes desaparecieron mostrando las ropas negras que portaban con elegancia y misterio.
—Wilhemia Venable.–se presentó la mujer de peinado alto y anticuado a los ojos de la chica.—Estoy a cargo aquí.
—Claro que sí.–dijo Langdon con una pizca de burla.
—Pareciera que no me cree.
—¿Por qué no lo haríamos?–intervino Raven haciendo lo que mejor sabía. Causar psicosis.
—Parece que hizo un trabajo maravilloso. Las paredes siguen en pie, la gente sigue viva y saludable. Todo un logro, dada la situación.–comenzó a decir el rubio paseándose por la habitación.
—¿La situación?
—Que otros tres refugios han sido invadidos y los tres restantes no sobrevivirán todo el año.
—¿Por qué están aquí?–interrogó Venable mostrando una sonrisa falsa.
—Sólo es cuestión de tiempo antes de que esto suceda aquí.–comentó la bruja evitando mirar las flamantes llamas.
—La buena noticia es que hay otro lugar. Un santuario. Es inexpugnable y tiene provisiones para una década.
—Vinieron para llevarnos ahí.
—Me asignaron para evaluar a la gente y elegir a los más merecedores de sobrevivir. Podríamos llevarlos a todos. O a ninguno. Los que quedan viven. Los que no...
—Terminan como los caballos.–terminó ella la oración colocándose al lado de Michael.
Sonrío con satisfacción sabiendo que la diversión estaba por comenzar.
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C H A O S
Fanfiction❝ Son almas gemelas, es su destino estar juntos. Ella resurgió después de tantos años sólo para estar con él. Es complicado de explicar, simplemente se necesitan, es como el Ying y Yang, nada puede separlos, sin embargo debemos hacerlo porque juntos...