—¿Como puede ganar cualquiera de ustedes cuando ya gané?–reclamó Michael tratando de ahuyentarlas. No quería tener a las brujas cerca de Raven.
—No ganaste.–aclaró Cordelia enfrentándolo.
—Tal vez no notaron el estado del mundo.
—Casi tan malo como tu chaqueta para cenar. Al menos, el mundo se puede salvar.–la pausada voz de Myrtle hizo presencia.
—¿Ustedes lo harán?
—Todas nosotras.
—Quítense la cera de los oídos. Yo solo vine a mirar.–corrigió Dinah desde lejos.
—Yo no.–dijo Coco acercándose.—Pero no me dejen morir. La primera vez fue horrible.
—Tu no eres nada, eres débil y estúpida.–pronunció Raven bajando los escalones del lado derecho.—Cuando terminemos, todas desearán estar muertas.
—Raven.–pronunció Cordelia intentando acercarse.—Ven con nosotras. Él solo te está utilizando.
—¿Y qué harás tú?–reprochó.—¿Acaso no me quieres para lo mismo?, ¿para acabar con él? No seas hipócrita. Dices quererme, pero, ¿dónde estaban cuando toda esa gente mató a mi madre, al aquelarre?
—Si lo hubiese sabido yo...
—No busques excusas baratas. No soy tonta para creerlas. Nada me hará cambiar de opinión. Renací para estar al lado del Anticristo.–escupió su enojo.—No soy una simple bruja. Soy la bruja Suprema de nacimiento. La sangre de la antigua Salem corre por mis venas. ¿Creíste que era especial solo porque si? No, aquel día en la hoguera le vendí mi alma al diablo. "Cuando el fin del mundo llegue, ahí estarás. Creando caos", dijo mientras mi cuerpo se consumía en las llamas con la luna roja como testigo.
Sus palabras quedaron marcadas en cada una de las brujas.
—Siempre creí que el mundo terminaría con fuego y hielo, no brujos y hechiceros.–murmuró Myrtle con burla.
[...]
Las pruebas de Michael a las siete maravillas fueron un éxito, convirtiéndolo en el alfa. El primer hombre en ponerse al nivel de una Suprema.
En un período corto se abría camino a sus propósitos, cada vez más cerca de cumplirlos. Sin embargo no podía ser feliz, le faltaba algo para sentirse completo.
Raven. Su querida y dulce niñera. La primera mujer en aceptar su amor y en ser recíproca con él.
Su corazón se había partido y el odio lo había consumido el día en que recitó aquel hechizo y la dejó atrapada en su antigua casa. Sola e indefensa. Todavía podía recordar sus gritos rogándole por no dejarla ahí, las lágrimas en su bello rostro angelical.
Se odiaba por eso.
La amaba con fuerza, pero su sed de poder y el querer protegerla lo cegó. Ahora se arrepentía de todo lo que le había hecho.
Caminó hacia su cuarto, harto de la presencia de las brujas. Solo soportaba a una y por el momento no estaba a su lado.
—Yo viajo sola.–escuchó la voz de Madison y decidió acercarse.
—Bien. Quizás deba hablar con Michael, a ver qué opina de todo esto.–se asombró de reconocer la voz del que según estaba de su lado.
—¿Y porqué querrías hacerlo?–esta vez fue el turno de Cordelia.
—Puede que tenga mis propias dudas sobre él.
—¿Sabes algo?–interrogó Cordelia con curiosidad.
—Puede que solo sea un presentimiento. Uno muy malo.
—De acuerdo. Irán juntos.
Después de unos segundos creyó que la conversación había terminado sin embargo Cordelia volvió a tomar la palabra.
—El lugar de destino.
—¿Qué tiene de especial este sitio?
—Es donde todo comenzó.
Se apartó de la puerta y con enojo camino hacia la salida. Tenía que comunicarse con Miriam y darle nuevas instrucciones.
Las brujas estaban planeando algo en su contra. Iban a la casa maldita para averiguar de él.
Sabía que Cordelia no iba a rendirse tan fácil. Esa perra era más inteligente de lo que aparentaba, hizo que trajera a sus brujas para ganar ventaja.
Estaba equivocada si creía que ganaría. Había algo que él tenía y ellas no.
Miró a todos lados para asegurarse que nadie lo seguía. Más allá se encontraba la mujer que deseaba ver.
—Tienes que ir por ella.–rogó con desesperación.—Las malditas brujas van de camino a la casa. Sabrán la historia y si la descubren...
Sus ojos se cristalizaron.
—Le harán daño, la alejarán de mi para siempre.
—Tranquilo, yo lo haré. Solo dime que hacer.–dijo tomándolo de las mejillas.
Michael llevó las manos hasta su cuello y se quitó el viejo collar.
—Solo necesita esto para salir.–dijo poniendo el objeto en la manos de la mujer.—Debes llegar antes que ellos.
—No te preocupes mi querido niño. Ella estará contigo más pronto de lo que imaginas.
Quizás a Mead le disgustaba un poco la niñera, pero si Michael estaba feliz, ella también.
Depositando un beso en la frente del chico la mujer partió en rumbo a la casa donde todo había comenzado para la joven pareja. La casa en donde Raven pasaba día y noche pegada a la ventana esperando por Michael.
[...]
La señora Mead tocó la puerta con insistencia.
Una demacrada joven de cabellos y labios secos abrió. Vestía faldas largas y anchas, blusa blanca y holgada.
—Te ha ido muy mal.–murmuró la señora Mead mirándola de arriba a bajo.—Toma tus cosas niña. Michael ya no soporta un segundo más sin ti.
Mostró el collar devolviéndole el alma al cuerpo. Por fin volvería a verlo.
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C H A O S
Fanfiction❝ Son almas gemelas, es su destino estar juntos. Ella resurgió después de tantos años sólo para estar con él. Es complicado de explicar, simplemente se necesitan, es como el Ying y Yang, nada puede separlos, sin embargo debemos hacerlo porque juntos...