T H R E E

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Caminaba detrás de Langdon, el tacón de sus botas hacía eco al impactar contra el luminoso piso.

Pronto todas esas caras desconocidas estaban expuestas a ella, una sonrisa maliciosa se alojó en su cara.

Con lentitud rodearon los sillones, Michael miró a Venable con seriedad y ésta no tuvo más remedio que apartarse.

La mujer tenía carácter, sin embargo no sería obstáculo para ellos.

—Me llamo Langdon y represento a la Cooperativa. No les voy a suavizar la situación... la humanidad está al borde del fracaso. Nuestra llegada fue vital para la supervivencia de la vida civilizada en la tierra. Los otros tres recintos en Syracuse, Nueva York, Beckley, al oeste de Virginia y San Angelo, Texas, fueron invadidos y destruidos. Perdimos contacto con los seis refugios internacionales, pero asumimos que también fueron eliminados.

—¿Y la gente qué estaba adentro?–preguntó Timothy queriendo la atención de la chica sobre él.

—Masacrada.–pronunció ella hablando por primera vez, dejando a todos con la sangre helada.

—El mismo destino les espera a casi todos ustedes.–Langdon volvió a hablar, sin embargo fue interrumpido.

—¿A casi todos?

—Sabiendo que llegaría este momento, construimos un resguardo. El santuario.

—¿El santuario?

—El santuario es único. Tiene medidas de seguridad para evitar invasiones.

—Disculpe, señor, ¿qué medidas?, ¿por qué no nos las dieron?–interrogó la señora Mead.

—Es clasificada.–respondió Raven manteniendo sus manos en la espalda.

—Sólo importa que El Santuario sobreviva para que la gente que lo habite sobreviva.

—¿Qué personas lo poblaran?–está vez fue el turno de André en preguntar.

—También es clasificado.–repitió la chica mirándolo.

—¿Y tú...eres?, ¿o también es clasificado?–cuestionó Coco con superioridad.

—Soy Raven Berges.–respondió haciendo que sus ojos brillaran.—Y he sido enviada para determinar si alguno de ustedes es apto para acompañarnos.

Las personas comenzaron a murmurar entre ellos.

—La Cooperativa desarrollo una técnica singular y de interrogación que nos gusta llamar Cooperar.–intervino Michael atrayendo las miradas de nuevo.

—Usaremos esa información para decidir si pueden venir.

—¿Qué es esto, "Los juegos del hambre"? Esto es una porquería. Yo pagué para estar aquí y esa es la única cooperación que pienso dar.

Michael abrió la boca con intención de decir algo, sin embargo Raven lo detuvo.

—Por si tu cerebro aún no te permite asimilar la situación, las cosas ya no son como antes. No tienes que someterte al interrogatorio si no quieres.

—¿Qué sucede si no lo hacemos?–preguntó Timothy mirándola con detenimiento.

—Se quedan aquí y mueren lenta y dolorosamente.–respondió pasando su lengua por los labios. Le gustaba causar pánico en las personas.

—Yo me ofrezco para ir primero.–Mr. Gallant levantó la mano cual niño en una institución.

—Y así será.–dijo Langdon.—El proceso sólo nos llevará unos días. No estarán en suspenso eternamente.

C H A O SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora