Abré tu mente.

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Capítulo 9.

Tomé una tazon de la alacena y vertí leche, galletas y chocolate dentro. Alcancé una cuchara y me fui hacia la sala, tomé el control y le puse play a la pelicula.

Una serie de cortos comenzó, sumergí la cuchara dentro del tazon revolviendo todo hasta que se torno de color cafe achocolatado.

Un cine aparecio en la pantalla indicando que ya había iniciado la pelicula, me removí en ni asiento acomodandome mejor. Estiré mis pies poniendolos a lo largo del sillon y tomando una cucharada de mi deliciosa botana me dedique a ver la pelicula.

Solté un suspiro, estaba sola en la casa como siempre. Realmente extrañaba la vieja compañia de Zayn, estos dias habia estado pensando en él más que los 4 años que ya habian pasado.

-Esto es una mierda -susurré llevando una gran cucharada a mi boca -Todo es tan fácil en las peliculas.

Seguí ingiriendo mi chocolate resbalando una lágrima por mi mejilla. Estaba tan harta de estar sola, harta de Eduardo y Sheyla, harta de tener esta vida horrible. Dejé el tazon sobre la mesita y me tire al piso recargando mis pies sobre mi pecho, con mi cabeza sobre mis rodillas solté todo.

Un timbrido me hizo cortar mi momento de desahogo, retiré mis lágrimas y camine hacia la puerta. Unas botas, pantalones entallados, camisa basica y una chaqueta negra apareció frente a mi.

-Lucy.

Lo mire confundida, asomé mi cabeza por la puerta mirando hacia todos lados, una risita sonó.

-¿Hola? -susurré torpemente - ¿C-cómo llegaste aquí?

Tomé el borde de la puerta y lo apreté sintiendome avergonzada.

-Fue por un pequeño error de hecho -explicó sin quitar una media sonrisa -se me paro la camioneta.

Levantó su mano apuntando tras su espalda hacia el auto negro aparcado frente a mi casa, mire dudosa.

-¿Ocupas el telefono?

Me aparté de la puerta lista para ir rápido a la cocina por el una vez me dijera que si, el chico asintió lentamente.

Caminé hacia la cocina despues de ponerle pause a la pelicula, busque con la mirada el artefacto sin encontrarlo. Levanté los trapos que mi madre tenía ahí y comencé a buscarlo de nuevo. Di otro vistazo deteniendome en la alacena, me puse en puntitas abriendola y tocando por doquier sentí el objeto.

Con el telefono en manos me giré golpeandome con una tela blanca y un pecho fuerte.

-¡Ah!

Respiré bajandome el susto, di una mirada hacia afuera de la cocina y después al chico que tenia enfrente. Quité el telefono de mi pecho y se lo extendí, varios sonidos se escucharon cada vez que presionaba una tecla.

Discretamente inspeccioné su cabello y las perforaciones que tenía en ambas orejas, bajando un poco más la vista, exactamente junto al cuello de la camisa pudé notar una mancha roja. Entrecerré mis ojos mirando mejor, la mancha roja continuaba bajando por el pecho y en un movimiento de él tambien pude ver dos más de color negro a cada lado de esta ¡madre santa! no eran manchas, el tenía un... tatuaje.

-Gracias Lucy.

Me extendió el telefono, hize una mueca en respuesta depositandolo sobre la barra. Mire a aquel chico quien no se movia de su lugar, cambié mi peso recargandome sobre mi otro pie esperando que dijera algo o se moviera. Su mirada escondia algo, sus ojos oscuros expresaban silencio haciendome remover en mi sitio. Moví mi mano haciendo danzar mis dedos sobre la orilla de la barra, volví a levantar el rostro esperando algo pero nada pasó.

Desvié la mirada hacia las mangas de su chaqueta viendo más tatuajes ¿Cómo no los había visto? llevaba días observandolo y no me había percatado de eso.

-Creó que ya me iré.

Sacudí la cabeza quitando mi vista de sus muñecas, metiendo las manos en las bolsas de su chaqueta salió de la cocina. Caminé atras de él en silencio deteniendome en la puerta, él se volteó quedando a tres pasos de distancia. Lo mire a los ojos sintiendo calma, algo muy raro pero no era la primera vez que me pasaba. Hace días, cuando me había pedido un cigarrillo, sentí algo parecido con su compañia y lo más raro era que se había desvanecido conpletamente cuando el decidío irse. Era como estar en una burbuja que apartaba cualquier sentimiento negativo, solo con una persona me había sentido así y eso me preocupaba.

-¿Tengo algo en la cara?

-No ¿porque?

-Dimelo tú, no dejas de verme.

Oh...

-Pe-erdón.

El rugido de una moto se escuchó a lo lejos tomando fuerza a cada segundo. Quité mi mirada del chico viendo una moto estacionarse en el frente, estaba obscuro pero pude reconocer que era un hombre. Llevaba una botas, pantalón ajustado, una camisa con estampado negro y ensima su chaqueta, un poco parecida a la de ojos obscuros.

Bajó de la moto desaciendose del casco dejando a la vista su pelo castaño. Acomodando su moto caminó hacia nosotros cruzando miradas con este chico tatuado.

-Viejo -saludó con un movimiento de la cabeza, una vez al lado de su al parecer amigo, los dos hicieron ese saludo caracteristico de los hombres -Creo que necesitas otro coche.

-Quiza necesite tu moto Liam.

El chico castaño negó divertido dandole una palmada en el hombro, yo seguía sin decir palabra alguna.
Liam volteó hacia mi lugar y levantando una ceja sonrió, me moví en mi lugar incomoda, no estaba vestida para conocer a alguien y menos siendo chicos guapos.

-Liam Payne.

Se presentó extendiendo su mano hasta mi, levanté cuidadosamente las manos ya que no llevaba las pulseras. Apreté un poco su mano y la solté al instante dejandola sobre mis pies.

-Lucia Molter.

Bastó mencionar mi nombre para sorprender al chico, una sonrisa se ensancho en los labios del chico tatuado. Liam volteó a verlo asintiendo, el chico dio vuelta y se fué subiendose a la moto, miré al castaño que al parecer estaba divertido con la situacion. Sacudío su cabeza despidiendose y giró sobre sus pies, tomé el pomo de la puerta lista para cerrarla cuando Liam se volteó.

-Un consejo Lucy -siguió caminando de espaldas -Abré tu mente.

Volteó subiendose tambien a la moto, se colocó el casco y ambos se desaparecieron por la calle.

Cerré la puerta volviendo al sillon, ¿Qué significaba eso? ¿A qué tenía que abrir mi mente?

Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora