*Capítulo 33

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Lo-lo-lo-lo... lo había dicho... ¿Era real o estaba soñando? ¿Realmente Alana acababa de decirles a mis padres que me amaba? Tenía que ser una broma, mi mente me estaba jugando una mala pasada ¿o no? Después de lo que pasó, ¿ella me amaba? ¿A mí?

- ¿Qué acabás de decir humana?

- Que lo amo.

- ¿Y él te corresponde?

- Sí, lo hace.

- Vida, silencio, quiero escucharlo de Muerte.

La atención de todos se centró en mí, ¿qué se suponía que respondiera? Por supuesto que la amaba pero, admitirlo sería un error. Podían culparla por mi falta y castigarla a ella. Eso era algo que simplemente no podía permitir. No pasaría. Nunca.

Centré la mirada en Alana. GRAN ERROR. Ella me estaba mirando con anhelo, esperando a que respondiera, a que dijera que su amor era correspondido. ¿CÓMO DEMONIOS SE SUPONÍA QUE DIJERA QUE NO Y LA SALVARA CON ELLA MIRÁNDOME DE ESA MANERA?

Una aclaración de garganta llamó mi atención, mis padres esperaban mi respuesta.

- Muerte ¿le correspondes en sentimiento a esta joven?

- Yo... amm...

- Responde. Y quiero la verdad, si mentís me voy a dar cuenta y te sacaré la verdad de manera poco agradable.

Ok esto se ponía feo. Era momento de confesar la verdad y dejarme de juegos. Ya tendría que haberme dado cuenta que esto terminaría así. No podría salvar a Alana, mis padres se la tomarían contra ella en cuanto ese monosílabo escapara de mis labios. Mi hermana estaba loca, y Pruns también. Ellos habían planeado todo esto, estaba seguro.

Por eso él no había hecho preguntas, no había nada positivo que sacar de los testigos, pero sí que había algo de peso en otra parte. Solo tenían que conseguirla y mi hermana era la única que podría. Mientras él estuviera ejerciendo como mi abogado no podría irse, sería dejarme solo. En cambio mi hermana era libre, y así era como habían podido planear todo esto.

Me habían puesto entre la espada y la pared. Entre mi amor por Alana y su seguridad. Su seguridad era la espada y con gusto me habría clavado en ella si mi padre no me hubiera clavado a la pared. ¿Genial no? Estaba completamente atrapado.

- Estamos esperando tu respuesta.

- Sí.

- ¿Sí qué?

- Sí, la amo.

Pruns eligió ese momento para atacar.

- Fue amor a primera vista ¿no es así?

- Sí, creo que sí.

- Relátenos los hechos, si no es mucha molestia.

- Ya lo he hecho.

- No, me refiero a desde el punto de vista de sus sentimientos.

Suspiré exhausto y rendido: no había opción, debía confesar. Era la hora.

- Estaba esperando a que pasara su muerte en el lugar y la hora indicados. Nunca la había visto, se quién es cuando veo a la persona, no antes. En cuanto la vi ya no podía despegar los ojos de su figura y cuando vi lo que Destino había impuesto para ella no lo resistí. Era demasiado cruel, así que la salvé. He estado cuidando de ella desde entonces sin desatender mis deberes. Todos los demás suspiros fueron recogidos por mis sirvientes y llevadas a mi hermana. Digan lo que quieran de mí, pero a medida que la fui conociendo me di cuenta de que tenía razón, su final no era merecido. No pienso arrancarle su fuente de vida, así que hagan lo que quieran conmigo. Nada de lo que digan va a conseguir que cambie de opinión.

Debí Dejarla Morir...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora