Daddy Issues (Kookmin) Editando

21

you have to get it out soon, just let it go

El peor fin de semana que he tenido, todo fue un caos en pocos minutos. Pasó de tristeza a casi irme a los golpes y de nuevo en la tristeza.
En parte agradecí que TaeHyung ni SeokJin estuviesen en casa; llegué destrozado pero nadie lo sabrá, todo mi despecho se quedó dentro de las cuatro paredes que confirman mi habitación. 

La semana empieza de nuevo, estoy como si nunca hubiese pasado nada. TaeHyung y SeokJin están de nuevo conmigo y no deben sospechar nada.

Hoy me levanté decidido a empezar el caos. Con sólo un café en mi estómago me dirijo con normalidad a mi puesto de trabajo, no hago nada excepto organizar mis pocas cosas en un rincón.

Me levanto de mi puesto soltado un suspiro; si no lo hago hoy, nunca lo haré. Mientras todos están como esclavos frente a las pantallas yo me voy hacia el otro piso. Inventando una escusa la secretaria de Park BiunGi, logro pasar a su oficina. Suspiro y pongo mi mejor cara para no demostrarle debilidad.

Recuerdo lo que me dijo TaeHyung antes de salir «No sientas dolor cuando él no la tuvo al cometer esa tragedia»

...

Hoy amanecí de mejor humor que días anteriores, mi chica y yo lloramos todo lo que quisimos; nos dijimos todo lo que sentíamos, nuestros miedos presentes y demás. Siento como si todo hubiese vuelto como antes lo estaba.

Llevo el almuerzo de MinJung para la oficina para evitar salir, quiero que esté cómoda. Camino tranquilo hasta llegar frente a su oficina; acerco mi mano a la puerta pero se abre antes. Esperando verla a ella me encuentro con un rostro que se grabó en mi mente como un tatuaje.

Nada cambió...

Mi manos se cierran en puños, ¿Qué carajos hace él aquí dentro? Dejo lo que traigo en mis manos y lo tomo de la camisa; mientras lo intento arrinconar me golpea pero no me parece afectar.

—¡Por Dios, déjalo!— ¿Por qué ella lo defiende? Golpeo su rostro con furia recordando cada gesto, cada movimiento.

MinJung grita lejana en mi mente, no soy consciente de lo que hago hasta que me separan de su cuerpo. Su cara de niño bonito ha quedado atrás.

Mi cuerpo tiembla, me siento una bestia desatada ahora mismo, todo lo recuerdo como si estuviese viviendo el momento una y otra vez.

—¡Maldito!

No pretendo contenerme cuando ese bastardo simuló con las manos el trasero de JiMin. Se lo folló pero no es algo que quiera saber. Rompería por completo su rostro si no me retuvieran.

Siento las lágrimas amenazando con salir, a pesar de todo lo que le dije a MinJun mientras hacíamos el amor, se va a la basura con lo que he hecho; ella llora y yo lloro peor.

...

—Buenas tardes— hago el mayor esfuerzo para no tener que vomitar aquí mismo.

—Me dijeron que era algo importante, así que dese prisa— no pretendo ni sentarme a hacerle charla.

—Park BiunGi— digo una y otra vez a la vez que camino de un lado a otro.

—Creo que debería irse joven—. Me de tengo de golpe y lo enfrento con todo el valor que me faltó hace dieciséis años.

—No me iré.

—Llamaré a seguridad— no dejo que tome algo cuando ya estoy teniéndolo de la corbata.

Mis ojos son iguales a los suyos, ¡Diablos, como no me puede reconocer!

No quito mi mirada de la suya, mis lágrimas han empezado a caer y él está en shock. Los recuerdos me golpean sin compasión, cada uno es más doloroso que el otro.

—Eres un bastardo.

Abre su ojos a tope, al parecer no le ha sido tan difícil recordarme con la fotografía que le he mostrado cuando era niño.

—Q-qué.

—Ahora si me reconoces hijo de puta— apreto más mi agarre en su corbata haciendo presión en su cuello.

Intentaba quitarme pero cada que lo hacía yo hacia más presión, escuchando su respiración pesada.

—Mi querido padre disfrutando de la buena vida, en vez de estar en la cárcel— escupo con asco su cara como alguna vez lo hizo conmigo.

—Disfruta pequeña perra— hago un gran esfuerzo por no llorar al recordar como me llamaba.

Tomo un vaso con agua que hay encima de su escritorio que en vez de dárselo y evitar que si respiración se debilite más, tomo un sorbo y después se lo echo en su rostro.

—Recuerda cuando nos dejabas sin comer— su rostro se torna rojo, mientras tose una y otra vez con desespero.

Quisiera matarlo con mis propias manos ya que mi madre no pudo, pero no quiero pudrirme en una cárcel.

—Vive lo que mi madre y yo sentimos— no puedo hablar bien del odio y repudio que siento.

Justo ahora mismo le hago lo que él nos hacía, no se compara con todo el daño que nos hizo pero si siente en carne propia lo que es desmayarse;  aunque no de una manera tan cruel que nosotros.
Voy soltando poco poco el agarre hasta dejarlo recostado contra el escritorio. Miro su rostro y sé que respira todavía, pero ha cambiado; está más delgado y su característico cabello castaño ahora son sólo canas.

Me derrumbo justo ahí, caigo de rodillas pero no importa el dolor. Empiezo a llorar de una manera desgarradora, me tomo el cabello a dos menos tratando de calmar mis nervios.

—Mamá— la nombro en un pequeño susurro. A pesar de no ser religioso, lanzo un beso hacia arriba; mi madre es la que me da fuerzas cada día para seguir soportando la miseria de vida que tengo.

Mordiendo mi labio sigo llorando, sin embargo me levanto y me arreglo el traje. Salgo con rapidez de la oficina pero un cuerpo más grande se interpone en mi camino; levanto mi mirada y lo veo allí frente mío. No hago contacto visual pero si paso por un lado suyo corriendo.

...

Ver a JiMin salir de la oficina me ha dejado sin habla; pensar en sus dulces labios sobre los de otro me atormenta. Empiezo a respirar más rápido, pero todo aumenta cuando entro a la oficina y ver el cuerpo inconciente de Park.

Todo entrará en caos...