Capítulo 27

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Preguntame en qué pienso

Por suerte llegué a tiempo a retirar el dinero, me subí a mi auto y manejé hasta el otro extremo donde se encuentra JiMin y sus amigos. No importa ahora todo lo que se me viene encima, estoy totalmente concentrado en lo que le diré a JiMin.
Me detengo, salgo del auto y camino hasta estar frente a la puerta, SeokJin me abre y me deja pasar. Han pasado como seis horas desde que me fui, espero que JiMin esté mejor.

—¿Está mejor?

—Claro que sí.

Antes de hablar con JiMin, quiero hablar con SeokJin, quiero contarle absolutamente todo, no quiero que me lleguen a odiar más.

—¿Podemos hablar?— me observa sorprendido pero me lleva hasta su habitación, al parecer los dos chicos que habían antes se han ido.

Empiezo a contarle todo desde principio a fin con detalles, espero que cada palabra que le estoy diciendo lo tenga en cuenta y analice para que pueda notar mis intenciones con JiMin. Todo lo que me espera de aquí en adelante, mi situación ahora mismo. Se sorprende de muchas cosas de mí, pero habla cuando yo he terminado por completo; me pone condiciones y reglas, hasta consejos me ha dado, los aprecio mucho. Ahora espero que hable con TaeHyung, el cual no me lleva en las buenas pero que me entienda.

—¿Quieres un café?— me pregunta y yo acepto gustoso, hace un café delicioso.

—Quiero hablar con JiMin e irme a buscar donde quedarme.

—Puedes quedarte aquí JungKook— me sirve en una pequeña taza de porcelana.

Nos sentamos en el comedor para seguir hablando, tanto estoy comprometido con ese pequeño hombre que le doy algo de dinero a SeokJin; no para "comprarlo" sino  como un agradecimiento por dejarme estar acá pendiente.

—¿Qué hace él acá?— damos media vuelta para ver a JiMin salir de la habitación.

—JungKook necesita hablar contigo— le dice SeokJin, pero su ceño se frunce y espero lo peor, el momento ha llegado.

—Los dejaré solos— toma las llaves y JiMin lo sigue queriendo irse también, pero SeokJin lo detiene y lo obliga a quedarse.

—No quiero hablar con idiotas.

Voy tras él y me cierra la puerta con llave, intento abrirla con fuerza pero él sigue gritando y diciéndome mala palabras.

—¡Ve con tu chica y no me jodas JungKook!— eso fue suficiente para mi cólera llegara a su punto máximo y deba arremeter contra la puerta con más fuerza de lo normal; del marco de la puerta queda astillas de madera, no me importa.

JiMin aparece en frente mío con su rostro sonrojado de la rabia, está listo para golpearme en cualquier momento.

—Golpeame JungKook, hazlo— este chico no es consiente de lo que dice.

—Ya lo hiciste una vez, no te tengo miedo.

—Yo tampoco te tengo miedo— le digo a la vez que me acerco a su cuerpo, quedando más cerca, pero la verdad es que yo sí le tengo miedo, miedo de lo que haga ahora, que se aleje de mí.

—¡Anda golpeame cobarde!— mi rabia sube y él no lo sabe, me está retando y no lo soporto.

Me empuja y es cuando exploto, me coloco más cerca de él y lo empujo con fuerza, sin remordimiento de que se caiga. Jamás suelo comportarme así pero todo lo ocurrido me llevó al límite; me abalanzo contra él y lo peor de todo es que se cubre listo para recibir mi golpe, eso me rompe de la peor manera. Lo tomo de los brazos y lo lanzo a su cama, intenta levantarse pero me pongo encima de él; me golpea con sus rodillas pero no me inmuto.

—¡Déjame! Eres una basura de persona— lo último me lo susurra con voz rota por el llanto.

Sin darme cuenta lo suelto un momento y me siento sobre sus piernas, cierro los ojos y suspiro. Cuando los abro tomo sus muñecas con demasiada fuerza, no se queja y no me importa; coloco entre mis piernas las suyas y las apreto con fuerza.

—No digas eso JiMin.

—Es la verdad— estoy tan cerca de su rostro que veo sus ojos rojos por el llanto que intenta retener—. Eres un bast…

—¡Cállate! ¡Joder! ¡sólo cállate!— se queda en silencio cuando estaba a punto de terminar la palabra que me destruiría por completo.

—¿Lo sientes? ¡Dime que las sientes!—dime JiMin.

Se queda en silencio y las lágrimas salen en mayor cantidad, pero esta vez no caen en su rostro sino en la manta detrás de él.

—¿Qué quieres de mí?— en estos momentos no quisiera que se lo preguntara.

No le contesto y nos quedamos llorando en silencio, con mi rostro enterrado en su cuello. Suelto el agarre que tengo en sus muñecas y él me quita de su cuello.

—No me hagas más daño.

...

Soy la persona más vulnerable, ese hombre me pone mal en todas las maneras por haber. Quiero golpearlo hasta que me pida perdón pero también quiero que me diga todo lo que tenga que decir. JungKook no es una mala persona, me lo demostró un tiempo atrás a penas empezó todo esto. Sin embargo me decepcionó cuando vino a agredirme, agradezco que me haya cuidado de unas horas, no cualidades hace eso; JungKook no es cualquiera pero me lastimó.

Tengo mi cuello mojado pero no importa, me importar arreglar esto y mirar sus ojos llenos de lágrimas, él igualmente está vulnerable.

—Quiero todo de ti.

Me deja sin palabras una vez más.

—Quiero que escuches todo lo que quiero decirte.

Llegó la hora de sacar todo.

Mantenemos nuestro espacio personal mientas hablamos de todo lo malo que nos ha dado la vida. Quiero abrazarlo y él también lo quiere pero todavía hay que seguir firme con nuestra distancia.
Una que otra lágrimas se nos escapó cuando JungKook me confesó que había sido adoptado por Park de un orfanato de mala muerte; no pude sentirme peor al saber que sus padres lo dejaron en un lugar así. Por un momento sentí que JungKook fue como un reemplazo mío, también me contó de la necesidad que MinJung empezó a generar con el tiempo, de los absurdos traumas que decía tener como si ella hubiese sido la que vio a su madre ser masacrada enfrente suyo.

De ahí salió mi tema, le conté lo sucedido con mi madre con todos los detalles, fue cuando no lo soportó más y me abrazó con fuerza, me di cuenta que lo necesitaba. Le dije quien es mi hermana y quien es mi padre; entro en un caos mental, casi no se lo cree, pero me dijo:

—Sabía que esos ojos los había visto antes— se hace referencia a que mis ojos son como los de Park, lo único que saqué de él —. Pero los tuyos son más hermosos.

Me lloró tanto que me sentí mal, que nunca hubiese imagino que ella sería mi hermana, que lo perdonara pero yo le dije que no tenía la culpa de haber caído en las garras de una persona así.
Los dos lloramos como nunca, reímos y hasta nos dio rabia, pero al final de cuentas sacamos nuestras inseguridades, vulnerables pero con él otro al lado, tal vez también compartimos un beso.

Aquí empieza algo nuevo...

Daddy Issues (Kookmin) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora