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Para cuando volvieron, sus amigos ya se despedía y le agradecian a Hans por todo. Thomas no prestaba atención, miraba hacia las dos chicas que hablaban en la cocina: a una de ellas para ser exactos. La chica castaña de ojos grises, sonreía como una niña a la que le regalaban una paleta.

-deja de mirarla tanto, pareces acosador -le susurro Minho.

Parpadeo un par de veces, miró a su amigo que sonreía divertido. Intento disimular una sonrisa. ¿Podría ser más obvio?

-¿Te doy un concejo? -miro hacia la cocina-. Dale tiempo y no la juzgues. Ella no tuvo el privilegio de seguir con la memoria perdida.

No recordó haber visto a Minho así de serio en todo esté tiempo. Asintió con su semblante serio, regresó su vista a la cocina y sus ojos chocaron con unos grises. La sonrisa ya no estaba en ese bonito rostros, ahora una mueca de angustia tomaba su lugar. ¿Qué había cambiado? Hace unos segundos estaba sonriendo y ahora estaba angustiada.

Advirtieron a Hans de que escapara de Denver, sin embargo, se negó a irse de Denver. Dijo que se quedaría unos días más. Sin más, el grupo partio. Brenda le hizo la parada a un taxi que pasaba por las abandonadas calles de ese lado de la ciudad.

______ se detuvo un momento para amarrar bien sus agujetas. Al ponerse de pie observo todo el taxi lleno. Brenda iba en medio, Jorge en el asiento del copiloto, Newt sobre las piernas de Minho y Thomas al lado de la ventanilla.  ¿Dónde se subiría ella?

-¿Y donde iré yo? - se cruzó de brazos, indignada por no haberle guardado un lugar.

-puedes ir en el techo o el maletero, tu eliges -dijo Jorge. Usando sus palabras. Sonrió coqueto y agrego-: también puedes venir en mis piernas.

La mandibula de Thomas se tenso. No podía evitar sentir celos, el sabe las intenciones de un chico hacia una chica y las intenciones de Jorge posiblemente no eran solo bromas.

-prefiero que me amarren un pie al escape y me arrastren -contestó disgustada.

-Thomas puede llevarte en sus piernas -propone Brenda. Sonríe con malicia.

Génesis aprieta los labios para ocultar la sonrisa. Thomas, que aún mantenía la puerta abierta, hizo los brazos a un lado dejarle el camino libre.

Se sentó sobre sus piernas, apoyando su espalda en el pecho de Thomas. No sabía que corazón latía más rápido; si el de ella o el de Thomas. Cerró la puerta y el taxi por fin pudo comenzar el trayecto.

-como en los viejos tiempos -murmuró Minho. Refiriéndose a la pareja que iba a su derecha.

Nadie pronunciaba ni una palabra. Thomas estaba muy ocupado en no tocarla, no quería incomodarla ni invadir más su espacio personal.

Las calles no estaban en su mejor condición, había baches por todos lados y el conductor por esquivar uno grande cayó en otro enorme. La cabeza de Génesis chocó contra el techo una vez; para la segunda, Thomas ya la sujetaba fuerte para evitar que rebotara de nuevo.

El único que se volvió a golpear la cabeza fue su hermano.

Su piel se erizo al sentir la respiración de Thomas en su cuello. Era cálida y pausada. Artículo un gracias apenas audible. Thomas no retiró sus brazos y ella tampoco se lo pidió. Sus manos, un poco más chicas que las de Thomas, las coloco sobre las de él. La observó y ella actuaba como si no lo notará.

Después de llegar a su destino y pagar el taxi la cantidad debida, fueron por a comer algo. La cafetería era un lugar agradable, un local no muy grande con una terraza para poder disfrutar de un rico café.

Bad Dream (#JUNTOS3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora