𝐄𝐋 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 𝐘 𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐈𝐎 [Namjin/Taekook/Yoonmin]

Namjoon Part.2

- Me gustas- mi respiración se cortó y mi cuerpo se paralizó- puede que no te conozca pero sé algo, tu no quieres sentimientos. No necesito que me correspondas, solo te pido una oportunidad.

- N-no entiendo- respiré profundamente para recuperarme del shock y le mire arrogante- ¿Que gano yo dándote la oportunidad?

- Te pagaré, el dinero que ganas al día yo te lo daré. A cambio...no se, iremos al cine, pasearemos por el parque o puedes estar con tu hermano. No te estoy ligando a nada Jin, esto solo será un trato, ¿si? Así que no te asustes, piénsatelo- Namjoon se explicaba atropelladamemte.

- Necesito que me respondas a una pregunta- dije moviendo mi mano lentamente por su pecho.

- Todo lo que quieras- su boca parecía una fuente de caramelo, su voz solo sabía pronunciar dulces palabras.

- ¿Por que yo?- el sonrió con ternura.

- ¿Por que no?- le mire incrédulo y solté una risa vacía.

- ¡Soy una prostituta Namjoon! Búscate a alguien mejor.

- Mi corazón no late por tu trabajo tonto- dijo como si fuera lo más lógico del mundo y yo un niño de cinco años- mi corazón late por la razón por la que estás aquí, mi corazón late por tu entrega, por tu amor, por tu esfuerzo, por tus ojos, por tu nobleza, por tu inteligencia. Mi corazón late por tu alma- una lágrima cayo por mi mejilla, ¿cómo de triste era que esas fueran las palabras mas bonitas que he escuchado en mi vida? Namjoon acarició mi espalda- solo una oportunidad- susurró.

- Esta bien, pero te advierto que te decepcionarás. Yo solo soy una bola de problemas a la que le ha salido patas- los dos reímos y nos quedamos un tiempo en un agradable silencio.

Namjoon se fue poco después, ese fin de semana vi la vida de color rosa y me sentí como si estuviera flotando en una nube. ¿Podía actuar como un chico de mi edad por primera vez en mi vida?

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Después de despedirme de Jin salí del burdel, había una mujer en el mostrador contando el dinero con sus grandes uñas rojas.

- Hola joven- me miró inquisitiva- ¿Que hace un niño en un burdel?

- Mientras pague no creo que deba importarte- respondí secamente y pude irme finalmente.

Señora Tata, 55 años. Soltera (viuda). Una de las tres cabecillas del barrio rojo. Administra los burdeles y ejerce un gran poder en el barrio.

Mi padre también conocido como el jefe de policía del sector donde me encontraba ahora, había estado bastante estresado últimamente. Alguien no deseado en el barrio rojo esta reuniendo demasiado poder.

El barrio solía tener un cierto equilibrio de poderes, Tata controlaba la prostitución, los Min el narcotráfico y antiguamente los Jung eran una mafia contratada por los poderes anteriores para protección y demás. Sin embargo la familia Jung fue aniquilada hace dos años y una nueva mafia se instaló con el nombre de Kim. El incidente hizo que la policía se removiera inquieta, después de exhausta investigación estaban apunto de acabar con la mafia y la prostitución de menores para poco después acabar con el narcotráfico. ¿Por que sabía esto? Mi padre siempre decía que era un genio y me explicaba los casos para que le ayudara, y eso ahora mismo se había vuelto mi cruz.

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Volví a la mansión, Rapmon agitaba su cola en la puerta, acaricié su cabeza y me dirigí al salón. Mi madre estaba viendo la televisión con asco.

- ¿Pasa algo madre?

- Los asquerosos homosexuales están haciendo una protesta en el centro, ¿acaso no tienen vergüenza? -trague duro.

- Ya ves...me voy a mi cuarto- la puerta sonó en ese momento y mi padre entró en la sala.

- Hijo, vamos al despacho, tengo información jugosa- mi padre parecía un niño con un nuevo juguete.

Seguí a mi padre por las escaleras y nos encerramos en el despacho.

- ¿Sobre que es la información?

- Kim- sonrió de oreja a oreja- suele estar mucho de viaje y hemos descubierto que va a estar fuera tres meses aproximadamente, nuestro plan es atacar su base días antes de su llegada. Si lo hacemos antes podría preparar un contra ataque con antelación. Cuando llegue y esté todo destruido acabaremos con él. Y no solo eso, sin él los burdeles no tendrán seguridad y es entonces cuando acabamos con el imperio de Tata.

- ¿Y los Min?

- Es bastante complicado, son muchos. Los arrestaremos poco a poco. Es como tirar de un hilo.

- Padre he estado pensando sobre los burdeles.

- ¿Tienes algún plan?- me miró curioso.

-  Es más bien una duda. ¿Que pasará con los menores?

- Serán llevados a orfanatos, ¿no es genial?

- E-eh si. Me voy a  mi cuarto- camine hasta la puerta- felicidades por la nueva información- dije incómodo. Llegué hasta mi cuarto y me tiré sobre la cama.

Desde que vi a Jin supe que mi vida tranquila iba a cambiar, estuve observándolo durante un tiempo haciendo cuentas extrañas y horarios. Siempre se repetían las mismas palabras "Jungkook", "House of Cards" y escuela.

La oportunidad que me brindó Hoseok fue como un regalo de los dioses, pero lo que no me esperaba era que Jin tuviera relación con Tata. Luego descubrí que Jungkook era su hermano y con la última pieza del rompecabezas House of Cards cobró sentido, y ojalá nunca lo hubiera hecho.

Tenia tres meses para sacar a Jin de ese burdel y después quizás, ¿adoptar a Jungkook? Jin no permitiría que lo metieran en un orfanato. Tampoco iba a ser fácil sacar a Jin de ese sitio, además, ¿adonde se lo llevaría? Tenía que empezar a hablar con mi padre, diría que quería independizarme. Mis padres seguramente empezarían los preparativos después de un tira y afloja y me comprarían un súper apartamento, podría vivir ahí con Jin y Jungkook.

Pero había algo que fallaba, ¿porque llegaba tan lejos por Seokjin? Podría perfectamente pasar de él y lo había incluso intentado, pero no podía. Jin parecía la tentación en persona, un pecado que te llamaba, que parecía rogarte que te hundieras debajo de su piel y descubrieras todos sus secretos. Y que susurraba en tu oído que en el momento en que le miraste a los ojos ya habías caído en su telaraña. Un auténtico demonio. Sin embargo a través de sus ojos podías ver fragilidad.

Al final me había resignado, no podía simplemente evitar un sentimiento que no me dejaba dormir. Le quería

- Y encima he perdido mi virginidad- pensó en voz alta.