Jin

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La convivencia había sido extraña, agradable y extraña. Emociones nuevas y continuas, un beso en la frente al despertar, el desayuno preparado (quemado pero hecho), mantas con palomitas, cocinar juntos (Namjoon no era muy bueno cocinando). Y muchos detalles más que hacían que el corazón de Jin revolotease.

- Jin, pongamos el árbol de navidad mañana.

- ¿Tienes un árbol?- pregunté sorprendido.

- No lo usamos mucho pero lo tengo, quiero que lo pongamos juntos y después cenemos como reyes. Es 24 de diciembre, hay que celebrarlo- sonreí tímidamente.

- Me parece bien.

Namjoon pasó un brazo por mi cuerpo y me apegó al suyo, su respiración chocaba con mi nuca haciéndome cosquillas. Paz, una paz infinita reinaba. Vivir juntos era lo mejor.

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- Jin, no voy a aguantar mucho más.

- No me dejes por favor- el niño lloraba a mares y gritaba de frustración.

- Tienes que cuidar bien de tu hermano.

- No te vayas, por favor. ¡No te vayas!

- Cariño, mi hora ha llegado. Tienes que ser fuerte en este mundo para sobrevivir, así que se fuerte bebé. Siempre he estado orgullosa de ti...- la chispa de vida se acabo por completo y la mano que acariciaba a Jin cayo lentamente.

- ¡MAMA!

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- ¡Jin despierta!- Nam me sacudida por los hombros, mis ojos se llenaron de lágrimas. Empecé a sollozar en su pecho y él acarició mi espalda mientras me mecía de un lado a otro y tarareaba un canción para intentar tranquilizarme.

- Mama...- Namjoon solo me abrazó mas fuerte. Pasaron varios minutos y empecé a estabilizar mi respiración.

- ¿Quieres hablarlo?

- No- si en ese momento me hubiera presionado o me hubiera echado de la cama lo habrían entendido, él no era mi pañuelo de lágrimas personal. Pero solo me siguió meciendo y tarareando hasta que me dormí.

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Al día siguiente hicimos como si nada había pasado y fuimos al centro comercial para comprar la comida.

- Waw- había una tienda donde casi absolutamente todo era rosa.

- ¿Quieres entrar?

- ¿Para recordarme a mi mismo que soy pobre?- respondí cortante- Y no me lo vas a pagar tu, complejo andante de héroe.

- ¿Y si hacemos un trato?- levanté una ceja expectante- hoy nos vamos a emborrachar, hasta que el plan de bailar desnudo en el tejado no sea una locura- solté una corta risa.

- Trato hecho- entre satisfecho en la tienda y compre algunas cosas, todas obviamente rosas.

- No sabía que te gustaba el rosa, siempre vistes de negro.

- No es mi ropa lo que uso, es la ropa de todos los del burdel. Y a todos les queda bien el negro, es práctico.

- Por dejarte llevar un poco no te vas a morir, ¿sabes?- Nam paso su brazo por mi cintura- podrías comprar mas ropa.

- Yo no soy como tú, ya hemos hablado de esto.

- Si ni tribiji ni tingi fitiri- puso una voz estúpidamente aguda.

- Vamos a casa antes de que me canse de aguantarte- suspiré.

Cogimos un taxi y volvimos a casa, casa. La casa de Namjoon. No la suya, el no tenia un hogar.

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Después de sacar las abundantes bolsas de comida empezaron a montar el árbol. Parecía algo banal pero para Jin, un niño de corazón, fue increíblemente divertido.

- Eres raro Jin- afirmó Nam, sujetándole para que no se cayera de las escaleras para colocar la estrella- siempre pareces muy maduro pero luego las cosas más simples te hacen feliz.

- ¿Eso no es bueno?

- Parece que reprimes tu verdadera personalidad para no verte débil frente a un enemigo que no es tan grande.

- Tienes que ser fuerte para sobrevivir.

- No tienes que ser así conmigo, Jinnie. Allí fuera te dejas la piel luchando por el mañana pero aquí no hay nada a lo que temer, no tienes que hacerte el fuerte conmigo.

- ...¿Y si tengo miedo de un corazón roto?- a Namjoon le dio un ataque de risa.

- ¿Vas en serio? Tengo dinero y aspecto aceptable, podría casarme con cualquiera y encima mi familia es homofóbica. Lo estoy arriesgando todo contigo Jinnie, es como si en vez de cruzar por el puente lo destruyes y te tiras al vacío.

- No entiendo por que me eliges a mi...

- Yo quiero un camino feliz, no un camino fácil.

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La mesa estaba puesta, había comida para cinco. Namjoon creía que iba a vomitar el pavo y Jin...se había comido todo lo demás. Y un postre.

- ¿Como puedes comer tanto?- Jin se sonrojó.

- Y-yo solo no desperdicio la comida...

- Bueno... es hora de beber- Nam se levantó de la mesa y volvió con botellas de vino.

Cuando se termino la primera botella el caminar no parecía algo tan fácil, cuando se termino la segunda botella se habían caído tres veces hasta llegar al salón y Nam dejo beber. Después de la tercera...

- Nam~

- ¿Si?

- Me gustas- Nam que después de vomitar se encontraba bastante sobrio le miró incrédulo- en realidad en cuanto te vi me gustaste, pero ahora me gustas- gustas. Antes me parecías increíblemente sexy, ahora quiero que durmamos juntos sin tener que follar, ¿sabes lo jodido que es eso? Menos mal que no esta aquí para escucharme, no quiero estos sentimientos, los sentimientos te hacen débil- soltó con desdén.

- Los sentimientos te hacen humano.

- Mi vida esta repleta de demonios come humanos. Yo no quiero que él se hunda en el mismo mundo de mierda, él no debería estar con una persona como yo.

- Pero el sí quiere.

- Imaginemos hipotéticamente que empezamos a salir, sería un infiel de mierda, el me diría que deje mi trabajo y viva de su dinero, me volvería dependiente. Yo sería una carga y después de un tiempo se aburriría de mi. Y yo estaré igual o peor que ahora.

- Pero si sale bien será la mejor decisión de tu vida.

- Puede ser...ese tío esta forrado, podría pagarle a Jungkook sus estudios sin tener que aguantar las violaciones del señor Kang- un silencio inundo la sala.

- ¿Que?- Nam intentó controlar el tono.

- Ese asqueroso mafioso de mierda, dice que me dará todo lo que alguna vez había soñado. Yo no quiero un marido maltratador que no entiende un maldito no, pero si no digo que si dentro de poco...tengo miedo de que se vuelva peor- de repente su rostro se ilumino- hoy tuve un sueño de mi madre, era de cuando ella moría. Hacia muchos años que mi mente no me maltrataba de esa manera.

- ¿Puedes hablarme sobre tu madre?- le mataba la curiosidad desde la pesadilla.

- Yo solo tenia seis años cuando murió, era una mujer hermosa...también era una prostituta, murió en nuestra choza. Nuestro hogar, Jungkook no recuerda nada. A veces parece que todo sea una ilusión mía- río con desgano- después de dos meses trabajando de puta me intenté suicidar para estar con ella, pero las cosas no funcionan así, ¿verdad?

𝐄𝐋 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 𝐘 𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐈𝐎 [Namjin/Taekook/Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora