Tata

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Nací en Busan, en 1963. Era de una casa adinerada, sin embargo, es bien sabido ya que el dinero no significa felicidad. Mi padre y mi hermano abusaban de mi con frecuencia.

A los catorce me escapé de casa y con todo el dinero que tenía viajé a Seoul. Sin mirar atrás, sin arrepentirme, sin nadie de quien despedirme.

Pero la realidad es la realidad, un año después sin ver una luz al final del pasillo empecé a prostituirme en un pequeño burdel. No era como las películas donde una persona llega a la cima por un golpe de suerte.

El burdel no era un sitio normal, era un refugio para la gente como yo desesperada y sin lugar a donde ir. La jefa del lugar y yo tuvimos una hermosa amistad, era como la madre que nunca tuve. Me educó con sus valores.

Siempre recordaré de ella su nobleza y bondad, pero como siempre lo bueno no dura mucho. El sida la atacó sin aviso y me dió todo lo que tenía.

Me volví la nueva jefa, House of Cards se había creado para salvar a la gente como yo y yo seguí ese objetivo como si fuese un sutra. Al principio fue muy difícil tener tantas responsabilidades y ser tan joven, pero yo era fuerte. Ella me hizo fuerte.

Ella siempre decía que yo debía pertenecer al mundo de los hombres por mi carácter, así que me aventuré a ese mundo desconocido. Negocié y compré, sin darme cuenta yo administraba toda la prostitución del barrio rojo, era a lo más que podía aspirar alguien como yo. Quería ayudar a más gente y parar el maltrato en la prostitución.

Durante las negociaciones conocí al que pensé sería mi alma gemela, el amor de mi vida. Además me hice gran amiga de una prostituta, no tenía nombre pero se apellidaba Kim. Decían que éramos como hermanas, Jeon y Kim siempre están juntas. Decían todos.

Siete años después de casarme mi marido se cansó de esperar a que yo diera el paso y me propuso tener hijos, no pude negarme, no quería perderle. Lo intentamos una y otra vez pero no pude conseguirlo, desesperados fuimos al hospital. Yo era estéril. En ese momento sentí que algo que nunca había apreciado asfixiaba mi corazón agonizante.

Y el amor de mi vida, mi alma gemela. Se divorció y me dejó sin pensarlo, "no quiero a una mujer inútil". Kim estuvo para mi durante todo un año en el que solo quería morirme, pero entonces le di la espalda. ¿Por que?

Kim estaba embrazada, lo que yo había anhelado tanto, lo que me había hecho perder lo que mas amaba. Ella lo tenía.
No podía verla sin morir de envidia.

Cumpliendo los cuarenta, dos niños de cuatro y seis aparecieron en mi puerta. Decían ser hijos de Kim, el mayor me dijo "Mi madre está muerta, por favor cuide de mi hermano" Y yo lo hice, por que en los grandes ojos de ese niño de cuatro años pensé ver el alma de mi hijo nunca nacido.

Ayudé al otro niño como pude y sin darme cuenta tenía un hijo y lo que sería mi sobrino. Le pedía un cuarto de lo que gastaba en Jungkook a su hermano y les mantuve gratuitamente durante un par de años. Se lo debía a Kim.

No sabía que yo era capaz de ser tan amable.

Ahora miro hacia atrás y veo como cosas tan malas me han llevado a conocer algo tan bueno, a mi niño Jungkook. A mi hijo.

Jungkook lloraba a mares en la habitación de su madre con las hojas entre las manos, Tata al entrar le escuchó y subió corriendo.

- ¿Kookie, estas bien?- preguntó alarmada.

- Mama- Jungkook extendió sus brazos y Tata entendió el mensaje- te vas a ir y yo te voy a echar tanto de menos.

- ¿Que tonterías dices bebé? Yo no me voy a ninguna parte.

- La policía te va a arrestar, mi novio me lo ha dicho. Puede que estés incluso cinco años en la cárcel.

- ¿Estas seguro?

- Se supone que no debería decírtelo pero no quiero mentirte, mama por favor- empezó a hipar- debes escapar.

- No lo voy a hacer Kookie.

- ¿Que?¿Porque no?

- Yo merezco ir a la cárcel, he hecho cosas malas- Tata acariciaba su coronilla.

- Sé lo que has hecho, se para lo que trabajas en realidad. Hace unos años te oí hablando con mi hermano y desde entonces escucho todas vuestras conversaciones. ¡Pero también sé la razón por la que lo haces!q No mereces estar en la cárcel.

- Kookie, sigue estando mal. Yo ya me mentalicé con esto, algún día me atraparían. Era algo destinado a ser, pero gracias por decírmelo. Mi angelito es siempre honesto- agarró la punta de la nariz.

- Te quiero mucho Tata.

- Y yo también hijo.

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-Sugaaaaaaaaa.

- ¿Que? Estoy ocupado ahora- Suga estaba haciéndose un tatuaje nuevo- ¿Crees que debería decirle a mis padres sobre el bebé?- la maquina de tatuajes paró.

- Haz lo que quieras.

- ¿Eso es un no quiero que lo hagas pero es tu vida después de todo?

- Puede ser.

- Creo que debería decirles, ellos cuidaron de mi durante quince años.

- Y después te dejaron en la calle por una gilipollez.

- El amor de un hijo es una putada la verdad, puede que deba odiarles pero no puedo simplemente borrarles de mi memoria.

- ¿Qué ganarás contándoles?

- ¿Qué pierdo?

- .. haz lo que quieras Jiminnie.

- De todas maneras tengo tiempo para contarles, tenemos que ir al hospital, a comprar cosas y empezar a planificar- contaba inmensamente feliz.

- ¿Por que no empezamos con algo más fácil? ¿Cómo quieres llamarle?

- No se... ¿Serendipia?

- ¿Quieres que peguen a nuestro hijo?

- Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual o por destino. Como nuestro hijo- Jimin le guiñó Y Suga no pudo resistirse.

- ...si le apodemos Seren espero que no le hagan mucho bullying.

- Mi hija será tan fuerte que le pateará el culo a cualquiera que ose insultarla.

- ¿Te gustaría que fuese una niña?

- Me da igual, ella o él será lo que quiera ser. Yo le querré igual.

La animada charla seguía con los dos inconscientemente acariciando el vientre de Jimin.

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𝐄𝐋 𝐀𝐍𝐆𝐄𝐋 𝐘 𝐄𝐋 𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐈𝐎 [Namjin/Taekook/Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora