Once.

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No era un secreto que Emmanuel fuese un friki. Incluso era ubicado por algunos profesores como "el chico de suéter de Spider-Man", y es que si, él solía ir a la universidad con un suéter de Spider-Man. Por si se lo preguntan, Emmanuel es lo suficientemente social como para que no sufra acoso escolar o algo parecido, aunque claro, nunca falta el gracioso que le hace algún comentario en forma de burla a los cuales sabe defenderse o ignorar dependiendo su estado de ánimo.

Pese a que un 90% de los alumnos de su facultad tienen la fama de ser unos ebrios de primera, Emmanuel no ha ido a una sola fiesta y la primera vez que bebió alcohol no fue más que una copa de vino en un viaje escolar.
Atravesando el campus con paso apresurado acomodando sus lentes cada que estos se resbalaban y con sus labios entreabiertos jadeando sutilmente por el esfuerzo físico llegó a la parada del camión. Esta vez no iría directo a casa, pasaría a una tienda coreana para comprar fideos instantáneos para preparar ramen para su amiga, Candy.

Tras una exhaustiva investigación (media hora en Google) se puso al tanto de la condición de su pálida amiga. No pretendía presionarla en lo más mínimo al respecto, pero desde hacía bastante tiempo se había prometido a sí mismo que ayudaría en todo lo posible a la misteriosa chica de la casa Sunflower.

Como ya era costumbre estos habían mensajeado todo el día. Emmanuel le enviaba fotos todos los días del atardecer, excepto en sus días de descanso, los cuales pasaba con ella.

Y ¿cómo es que pasaban el tiempo juntos estos chicos? ellos sólo comían algo mientras platicaban. Una vez terminaban de comer, ambos entraban al saloncito donde se encontraron la primera vez, donde cada uno de ponía a leer algún libro diferente.
Emmanuel encontraba fascinante el levantar la mirada y observar la brillante mirada de la chica concentrada en la lectura, sus labios rosas ligeramente curvearse cada que leía algo que le emocionaba o arrugar la frente cada que parecía disgustarle algo de lo que estaba escrito. La apacibilidad que disfrutaba al lado ella era inefable, prefería hacer su tarea con ella en la misma habitación pues le resultaba tan relajante y satisfactorio como esos vídeos de ASMR de YouTube.

—¿Y bien? —la voz de su madre lo sacó de su pequeño trance mental.

—¿Qué? —soltó automáticamente.

—Últimamente has estado muy distraído ¿por qué será? —sabía que aquella pregunta de su madre era retórica—. Te preguntaba si podrías pasarte a comprar más leche mañana saliendo del trabajo.

—Si, claro, no hay problema —Emmanuel tartamudeó avergonzado ante su falta de atención. Su madre sólo lo observó con una pequeña sonrisa divertida, pues ya sospechaba cuál era la distracción de su hijo.

Ese viernes, Emmanuel llegó un poco más tarde que de costumbre a la casa de Candy. Se había pasado toda la mañana y gran parte de la tarde haciendo quehaceres y mandados para su madre.

—Anoche tuve una mala racha en Clash Royale —anunció Candy de manera trágica.

—¿En serio? —pese a que Emmanuel era un friki, había varias cosas que desconocía, su fuerte eran los cómics y superhéroes.

—Si, todo porque subí de arena y mi deck ya no me sirve ahí, volví a bajar de arena tan rápido como subí.

—Entiendo —mintió. En realidad no entendía nada.

El rato que pasaron juntos no fue diferente a los anteriores. Comida, plática, saloncito. Emmanuel incluso aprovechaba el silencio para hacer sus tareas ahí. El atardecer se acercaba, giró su cabeza hacia la ventana y se encontró con una Candy Saunders que contemplaba absorta lo poco que se lograba vislumbrar tras la gruesa cortina. Un tímido rayo de luz se colaba tras la ventana y la cortina e iluminaba con sutileza el pálido rostro de la chica, haciendo que su piel de viera más brillante.

—¿No crees que es curiosa la vida? —pronunció ella. No sabía si le hablaba a él o si hablaba para sí misma así que permaneció en silencio—. Es curioso cómo puedes pasar de estar terriblemente enojado a rebosar de alegría, de tener pereza en todo tu cuerpo a sentirte la persona con más energía en el mundo, es curioso cómo puedes cambiar un ceño fruncido a una amplia y sincera sonrisa. Y cómo pasa de ser día a ser noche en un pequeño instante, aún cuando ese naranja en el cielo te estuvo avisando que la noche estaba por llegar.

Y justo en ese instante la noche cayó. Candy elevó su delgada mano hacia la cortina tapando por completo la ventana para luego caminar hacia el interruptor de luz y estar más iluminados que con las luces sobre las mesitas al lado del sofá y sillones. Emmanuel no le quitó la mirada de encima en ningún momento, y es que ella solía decir muchas cosas así, ella parecía prestar atención a todos esos detalles que nadie más notaba, se fascinaba con cosas a las que eran muy simples y comunes para el resto del mundo, pero no para Candy; para ella cada cosa, cada pequeño detalle por muy insignificante que fuera era importante.

La verdad es que Emmanuel se sentía maravillado por su pensamiento, cuando la escuchaba hablar tenía toda la certeza de que nadie en el mundo lo diría como ella. La pálida chica notó la constante mirada de su amigo sobre su ser, así que sólo lo observó ladeando la cabeza.

—¿Pasa algo? —preguntó finalmente cuando notó que los ojos cafés de Emmanuel parecían verla, pero realmente no la veían a ella.

—Sólo me preguntaba cómo es que se ve el mundo a través de tus ojos.

—Terrible. Se ve como una pesadilla de la que no hay escape —contestó tras un largo silencio.

—Debe haber algún lugar en el que no te sientas así —Emmanuel habló en voz alta, tenía esa mala costumbre de decir lo que pensaba, y no siempre era algo bueno.

—Si lo hay, no lo sé. —se sentó a un lado del moreno, quien apartó sus libros y cuadernos para tener más espacio para ambos.

—¿No te gustaría ver un atardecer en un lugar que se parezca a Suiza?

—Emmm... —Candy bajó la vista. No supo responder.

—Si tu sales conmigo, prometo que no te pasará nada —La chica no dijo palabra alguna, sólo sacudió su cabeza con fuerza negando una y otra y otra vez, mostrando su pánico al exterior—. Tranquila, tranquila. Sólo era una sugerencia.

Las semanas difíciles para Emmanuel habían comenzado: los exámenes. Había hablado con Candy que no podría ir a su casa sólo por dos semanas en lo que pasaban los exámenes, inluso en su trabajo le dieron esas semanas libres, de modo que no tenía más responsabilidades que estudiar. Claro, se tomaba sus descansos para mensajear con su pálida amiga. El último día de exámenes Emmanuel estaba más que desgastado mentalmente. Salió de la universidad y fue directo a casa. Justo cuando el atardecer llegó se dispuso a tomar una fotografía, pues no había tenido oportunidad de tomarlas antes, apuntó el cielo naranja con la cámara de su celular pero se quedó pensando en Candy y sus palabras de la última vez. La vida es curiosa.

Emmanuel sintió en ese momento que el cielo naranja, las nubes, las estrellas que comenzaban a centellear, todo, tenían escrito el nombre de Candy. En cada cosa que miraba veía a Candy. Su corazón comenzó a latir con más fuerza y sintió como si la sangre se le acumulara en las mejillas.
Un mar de sentimientos se apoderaron de él. Sentía en parte traicionar la confianza de Candy, pero los sentimientos son algo que no se pueden controlar. La vida es curiosa, si. Las cosas cambian de un momento a otro. El anochecer ya había llegado, y en esa transición, en ese pequeño lapso de tiempo se dio cuenta de lo que sentía. De un momento a otro las cosas cambian. El corazón de Emmanuel se aceleraba cada que pensaba en Candy, no de la manera que él creía. Creía que era preocupación, solidaridad hacia su condición, pero no. Esto era algo mas. Él lo sabía. Él lo sentía.

El problema era ¿qué iba a hacer ahora?

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Realmente lamento no haber podido actualizar en tanto tiempo. Conseguí un trabajo de 12 horas diarias y es bastante desgastante xc

Pero aquí estoy, a la 1:30 a.m subiendo capítulo nuevo.

Me disculpo por los errores y palabras repetitivas con las que se encontrarán, lo editaré más adelante (en un par de días).

Espero les esté gustando cómo va todo.

Gracias.

Agorafobia #PGP2020 #StayHomeAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora