Capítulo 43

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Marco

Llego a casa pegando un portazo y suspirando más fuerte de lo que debería. La única ventaja de pasar algunos días solo en Madrid es esa, poder pagar mi rabia por ella con el aire sin que nadie me diga nada.

Ella. Emma.

Maldita morena toca narices. ¿Por qué me tendré yo que enamorar de las tías más irritantes que encuentro?

Ella. Emma.

Ella y Luca.

-¡Ostia puta! -tiro el móvil sobre el sofá y enciendo la tele en busca de algún partido europeo que me mantenga ocupado por lo menos 90 minutos pero cuando el primero que aparece en la pantalla plana es un antiguo mundial Francia contra Inglaterra la apago de inmediato.

¿Es que todo se ha alineado contra mí hoy?

Sin ni siquiera parar a mirar la llamada que hace vibrar el teléfono voy a la cocina y abro la nevera en busca de un refresco y mantener medianamente la cordura mientras voy a la ducha, pero al fondo de la nevera ahí está, la maldita agua de Aloe que compró Emma argumentando que era muy sana.

Está en todas partes, no sale de mi cabeza cuando ni siquiera quiere estarlo y se esfuerza por salir de mi vida. Es imposible. Sacarla de mi mente es imposible. Bueno, realmente ella es imposible. E insufrible. Y me tiene jodidamente loco desde el mundial.



Después de una larga ducha de agua fría me cambio sin pensarlo a una sudadera y un pantalón corto. Sudadera, que cómo no también huele a ella. A esa mezcla entre vainilla, naranja y coco que desprende. Si la tuviera aquí juro que...

¿Por qué narices le di ese puto beso a Marina? ¿Qué me quería demostrar, que era capaz de perderla? Pues felicidades campeón, lo has conseguido.

Tratando de sacarla de mi cabeza paso algo de tiempo en Twitter pero tras un par de me gusta y un retuit me aburro soberanamente.

Anda, entra a Instagram, total un poquito de ella no te hará daño. Más -me digo.

Inusualmente, la catalana tiene contenida esa vena suya de influencer de colgar historias cada dos minutos como mucho, pues lleva unos cuantos días sin prestarle atención a la red social. Quiero argumentar a mi favor que no la controlo, tan solo... cotilleo un poco su perfil, nada más.

Quien si que está activo para mi sorpresa es Lucas, que acaba de subir una foto jugando al Black Ops. Ya estamos... No sé como Maca consigue soportarlo las veinticuatro horas del día, yo le tiraba una sartén a la cabeza, por pesado.

Le comento una chorrada rápida; "Lamentable orejas" y me pongo a leer los comentarios de los demás chicos, para pasármelo bien un rato. El comentario de Carvajal no tiene precio, pero sigo rebuscando para buscar el que me interesa... Ahí está, Llorente nunca falla.

@marcosllorente: Pero si tienes el mando al revés.... y la respuesta de Lucas no podría ser mejor; @lucasvazquez91: tu tupe si q está al revés.

No sé cuanto más tiempo me tiro leyendo comentarios de los chicos y riendo a carcajada limpia, pero cuando levanto la vista de la pantalla fuera ya ha ocurrido y Rome me muerde el dedo gordo del pie pidiéndome que le dé de comer. Quizá deba dejar ya de perder el tiempo, pero no me apetece mucho.

Cuando he terminado de ponerle pienso el enano, el telefonillo silba durante unos segundos haciendo que me pregunte quién viene a verme a las ocho de la tarde.

-Medrán, cuanto tiempo tío -le doy una palmada al cordobés haciéndome a un lado.

-Ya hablaremos más tarde. ¿Me explicas qué coño has liado ahora? -su voz es bastante seca y sé que está bastante jodida la cosa. Genial.

-¿Sobre qué? -prefiero hacerme el tonto, a ver si cuela.

-Marco, déjate de gilipolladas. ¿No querías tanto a Emma? ¿Para liarte otra vez con la otra a sus espaldas? Joder, colega...

-La cagué pero...

-¿Así que es verdad?

Por un segundo nos quedamos ambos callados, sumidos en un silencio que me perfora los tímpanos y consigue que me sea imposible tragar saliva.

-No hice nada serio. Vino a verme, salimos a tomar algo y al volver a la habitación... ¡Fue solo un par de besos! Yo iba bastante mal y... no sé. Soy gilipollas.

-Gilipollas del todo. ¿Me estás diciendo que te tiraste a Marina sabiendo que Emma estaba aquí esperándote? -se cruza de brazos. A ver como le explico yo que sólo me lié con ella para demostrarme que... que si, que soy gilipollas.

-No me la tiré, joder. Pensé que quizá sería buena idea tomar algo con ella para no estar todo el día comiéndome la cabeza con Emma, eso es todo. Me emborraché y nos liamos. Ya está, no pasó nada más. No sé como la prensa se enteró pero no era mi intención. Marina pretendía ir a joder a Emma al volver si no... -tomo aire y lo dejo ir con cuidado- si no volvía a estar en el centro de atención.

Medrán se deja caer sobre el sofá y se pasa las manos por el pelo, como intentando hacer entrar y comprender toda la información con la que le he avasallado en pocos minutos.

-¿Y Emma no sabe que te chantajeó? -se humedece los labios levemente.

-Ni lo va a saber. Si ella cree que estar separada de mí es lo mejor para ella... es lo que le voy a dejar creer.

-¿Tu eres idiota?

-Pues un poco, la verdad. Medrán tío, no puedo cuidar de ella porque sencillamente no sé cuidar ni de mí mismo.

-¿Y por eso la dejas ir?

-No puedo ¡joder ojalá supiera como mantenerla a mi lado! Ojalá pudiera olvidarme de esos ojos que van cambiando de marrón a verde por la luz. No sé si podré hacerla reír hasta que le duela, si podré darle todo lo que necesita, todo lo que se merece. Nunca podré salvarla ni asegurarle un mañana porque sencillamente no puedo imaginarme despertando a su lado cada mañana sin terminar el día discutiendo, porque siempre la acabo rompiendo. No quiero hacerle creer que me voy a imaginar un futuro juntos porque no puedo, ni quiero, prometerle algo que sé que romperé porque sencillamente soy así de gilipollas.

-Marco... ¿vas a dejarle creer a tu chica que le pusiste los cuernos para que otro se la esté ligando a base de bien? Osea, ¿que te parece bien que se vaya a cenar sushi super acaramelada con otro? -abre los ojos de par en par, y realmente creo que está meditando la posibilidad de que sea imbécil de verdad.

-¿Como con otro? -siento que mi corazón deja de latir durante un segundo.

-¿No...? ¿No has visto las historias de Luca?

No le dejo ni terminar la frase para ir corriendo a por el teléfono. Y ahí está ella. Preciosa, como siempre, con el pelo recogido en un moño desenfadado y ya desmaquillada, peleándose con los palillos para conseguir coger el nigiri sin que se le desmonte todo. Ahí está, preciosa como siempre sin ni siquiera intentarlo.

Pero no es el hecho de que aparezca en un video de Luca riendo y sacando la lengua como suele hacer cuando está realmente concentrada en algo lo que me molesta, sino el maldito texto que ha escrito el muy cabrón.

La chica más guapa de este mundo la tengo yo. ¿Puedo ser más afortunado?





Things I'd Do For You [SAGA THINGS #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora