Capítulo 75

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Llegamos diez minutos tarde a Valdebebas gracias a que Marco ha ido pegando bandazos a diestro y siniestro con el coche, por mucho que Igor o yo le suplicábamos por nuestra joven y estimada vida.

Los hermanos me adelantan pues he de pasar por mi despacho antes de nada a buscar mi cámara y un par de tarjetas y así cubrir sin miedo a quedarme sin espacio a media comida. El entallado vestido me pone difícil el tener que correr de una punta a la otra de las instalaciones así que, medidas estrictas para situaciones difíciles, me bajo de esos Louboutin de doce centímetros que tanto me he empeñado a llevar y troto descalza por el mármol blanco.

-¡Emma! -Reguilón aparece justo enfrente de mí cuando me estoy volviendo a calzar para no parecer una loca delante de todo el equipo técnico del Real Madrid-. ¿Qué haces? ¿Necesitas ayuda para subirte a eso?

Me tiende el brazo para que me agarre mientras me pongo los tacones y realmente se lo agradezco desde lo más profundo de mi corazón, pues sería capaz de torcerme un tobillo con los nervios.

-Gracias, es que llego tarde, ya sabes...

-Tu siempre corriendo a todas partes -ríe por debajo de la nariz.

-Déjame que te ayude con esto... -me presto a colocarle bien el cuello de la camisa gris oscuro que lleva como agradecimiento a que me haya salvado la vida después de haberle abandonado en Galicia.

-Gracias -me sonríe tiernamente y suspiro pensando que la verdad es que me da mucha pena no haberme podido de enamorar de él como lo estoy de Marco, pues es un chico estupendo.

-Esto... -me alejo un poco todavía algo atontada-. Será mejor que vaya entrando, ya sabes, tengo que haceros fotos y todo ese rollo...

-Sácame guapo, ¿eh?

-Con que sonrías es suficiente, tú eres muy fotogénico -le sonrío como despedida pero él me llama haciéndome detener en seco.

-Emma, ¿la decisión te ha parecido bien? 

-¿La decisión? ¿Qué...?

-Sagnier, ¡aquí estás! Te estábamos buscando por todas partes -Butragueño sale a nuestro encuentro y tras darme los dos besos de rigor alaba mi vestido-. Sergio ves para dentro, ahora Emma os hará la foto del equipo y no querrás faltar, ¿verdad?

-Claro, tienes razón. Hablamos luego, Emma.

¿De qué decisión me estaba hablando?

Sin detenerme, cruzo la mirada con Marco, que sonríe al verme aparecer desde la mesa tres y no puedo evitar mirarme la punta de los zapatos acto seguido, solo para asegurarme de que voy en la dirección correcta y que no me comeré el suelo de un momento al otro. 

Tras hacer la foto protocolaria del primer equipo, suelto unos cuantos flashes aquí y allá mientras se sientan en sus mesas y cuando veo oportuno que he terminado de hacer fotos tanto de las parejas como de los solteros de oro del equipo, apago la cámara, la dejo a un lado, y me siento en la mesa que me corresponde a disfrutar de la primera comida de Navidad con mis chicos.

-¿Todo bien por aquí, hija? -la mano cálida de Florentino me aprieta el hombro cuando empiezo a disfrutar al fin, después de tanta comida, de la segunda copa de champán que Llorente me ha traído a escondidas.

-Todo perfecto. Verlos a todos juntos es algo muy bonito -le sonrío con los ojos iluminados por la situación.

-Ojalá tu convenzas a Marco de que se quede, porque entiendo que es una temporada algo turbulenta para él pero...

-Presi, ¿le puedo robar a Emma un momento? -Isco sonríe de oreja a oreja al otro lado de mi espalda provocando que pegue un bote considerable.

-Claro, hijo, claro.

-¿A qué ha venido eso? -le pregunto cuando ya nos hemos alejado lo suficiente como para que Florentino no nos escuche.

-Tenía ganas de tener una foto con mi chica favorita -se encoge de hombros sonriente.

-¿Sabe eso Sara? -encaro una ceja divertida.

-Tu eres mi hermanica preferida, pero ella es el amor de mi vida.

Joder Francisco Román Alarcón Suárez, creo que eres el hombre más romántico de la faz de la Tierra.

-¡Lucas! Toma, haznos una foto -le tiendo la cámara al gallego.

-Solo si luego te haces una conmigo...

-Vale, trato hecho -río-. Oye, ¿has visto a Marco?

-Se acaba de ir a casa, se encontraba mal, tenía algo de fiebre. Oye Emma, la memoria de la cámara está llena.

-¿Con esa tarjeta también? Joder, me habré equivocado. Isco, espera un segundo, voy a por otra tarjeta.

-Genial, hasta ahora -me guiña un ojo el malagueño bromeando con Lucas.

Things I'd Do For You [SAGA THINGS #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora