De corazones y auditorias [Naruhina]

Nucifera loto y Männliche Stärke

He pensado una infinidad de veces sobre mis metas, lo que quiero hacer con mi vida aún más importante quien quiero ser. La gente suele pensar que no tienen muchas opciones para decidir quién quieren ser, en parte por las obligaciones entonces se alejan de lo que quieren para enfocarse en lo que deben hacer, la idea de tener opciones fue únicamente mía, cada vez que las cosas se ponían mal en casa cerraba mis ojos con fuerza; no quería conocer las razones de esos desgarradores sonidos guturales, y pensaba en mí, en un futuro diferente, una utopía, un escape. 

No era muy consciente de lo que sucedía a mi alrededor, tenía presente el miedo en todas partes y me centre en lo único que merecía mi amor y atención, mis hermanas pequeñas, supe que los hombres eran crueles y las mujeres cobardes y en cuanto lo note determine como meta no ser de esa manera no seguir el ejemplo de ninguno de ellos. En ese entonces tenia escasos 14 años y a partir de ese momento me centre en las únicas personas importantes para mi, las gemelas de 11 años que me prometí proteger, una promesa a mí misma. No a mi madre ni a mi padre ellos no merecían tal lealtad.

Tome mi café con lentitud teniendo en mente la premisa que me exigí a mí misma hace casi 12 años, era mi descanso para el desayuno, un espacio de tiempo que normalmente era agradable y tranquilo.

- ¿Por qué todas tienen nombres con "H"? ¿es algo místico o qué? - Mi mejor amiga interrumpió mis pensamientos.

- Siendo sincera no lo sé. Nunca se lo pregunte a mi madre. - Respondí mientras me giraba para mirarla. Sakura se miraba pensativa.

- Tu nombre es el más lindo. Hinata. Hina. Hinata – pronuncio mi nombre casi con deleite- Tus hermanas son Hanabi y ¿cuál era el de la menor? - Parecía intentar hacer memoria, pero evidentemente no funcionaba.

- Hime. Harías bien en recordar su nombre, llegan mañana. - Su interés me daba la impresión que estaba nerviosa por algo.

- Se quedaran el fin de semana, lo sé. Las veré el sábado en la tarde, pasare el viernes con Sasori, por favor no me odies. - Anuncio mientras con la mirada me suplicaba que no destrozara sus planes probablemente recién formados con su novio, por el cual ya me había plantado varias veces. Tomé un fuerte respiro y acepté con una triste y disimulada sonrisa, esperando que esta vez no le rompieran el corazón - Eres la mejor, ahora si volvamos al trabajo, estoy en conversaciones con otra empresa que podría significar un gran crecimiento para nosotros.

Dejé la taza medio vacía sobre la mesa de café y me dirigí a recursos humanos, debía encargarme de algunas solicitudes por parte de nuestras trabajadoras en la fábrica. Agradecía que en mi entorno laboral no existiera un solo hombre, de cierta forma era más sencillo ya que no tendría que tratar con relaciones laborales, embarazos y demás complicaciones; aunque tratar con madres solteras y lesbianas no era cosa sencilla tampoco.

- Estas son las solicitudes del sindicato Hinata – Le agradecí a Temari mientras ella me entregaba el documento y volvía a su lugar cerca del mío.

Las solicitudes no eran muchas y poco a poco se fue llegando a conclusiones de común acuerdo, la última era realmente la que comenzaba a provocar controversia y debate entre las empleadas. La guardería llevaba una semana sin funcionar lo que obviamente les complicaba la situación a las madres de familia, sin embargo, fue un tema que pude solucionar temprano; con una serie de entrevistas a primera hora y ahora la empresa contaba con 20 cuidadoras, en realidad se necesitaban 30, pero la calidad fue prioridad a la hora de hacer las contrataciones. A medida que hice la explicación el calor de la discusión mermo.

- Por lo tanto, las nuevas encargadas de la guardería comenzaran a trabajar el lunes de la próxima semana ¿Alguien que quiera añadir algo más? - Era la pregunta para dar por finalizada la reunión y volver a mis demás deberes. Una de las empleadas se levantó y tomo la palabra.