De corazones y auditorias [Naruhina]

Heridas sin sanar

                                                                                                    Never be alone - Shaw Mendes

Tener un cachorro era toda una aventura, sus ganas de jugar nunca cesaban, pronto note que una de sus actividades favoritas era esconder muchas de mis cosas bajo la cama, que claramente convirtió en su refugio ¿Esa gran casa y cama para perros que compre? No las volteo a ver, el hermoso cachorrito,Hielo, como lo nombré, prefería dormir a mi lado y para mi resultaba imposible decirle que no a esos ojos tan dulces, así que definitivamente era un consentido.

- Hola Matsuri– La chica delgada y castaña era quien trabajaba paseando a las mascotas del vecindario. Una adolescente que buscaba ahorrar, muy dulce y confiable.

- Señorita Hinata– Era muy amable. Le sonreí en respuesta.

- Puedes traer a Hielo a eso de las 2pm. Hoy saldré temprano de la oficina – Le indique y ella asintió mientras llevaba otros cuatro perros, un bulldog, uno muy pequeño y un par de labradores.

Un largo suspiro se me escapó, hoy era 27 de Agosto, el día en que él moriría. Hiashi Hyuga dejaría de existir.

Miles de llamadas y mensajes inundaban mi teléfono. Lo ignore, no tenía ganas de dar explicaciones sobre mi ausencia en la ejecución. Y como si el día no fuera lo suficientemente intenso, hoy había reunión de avances para el proyecto del perfume. Era la primera vez en casi un mes que vería a Naruto Uzumaki, en otras ocasiones, ambos fuimos esquivos el uno con el otro. Era incomodo desde la situación del aeropuerto.

Cerré la puerta y me recosté en ella, todo era abrumador, realmente no quería dejar mi lugar seguro, estar en la cama todo el día y enfocarme en ver televisión o algo que me mantuviera relajada era mi plan inicial para este día, pero al parecer era muy importante ver los avances de la fragancia que ambas empresas lanzaríamos a modo de competencia en mes y medio, todo estaba casi listo, ligeros toques y detalles en el diseño eran lo que faltaba. 

Para sumarle más inconformidades, esta vez la reunión seria en la empresa de nuestros posibles socios. Como si no tuviera que soportar suficiente tensión en este día. Abrí los ojos finalmente y tome fuerza del mismo aire que me rodeaba. Debía ser valiente, siempre lo había sido, no podía derrumbarme ante algo que seguramente era sencillo y fácil para cualquiera, negué con la cabeza intentando concentrarme, no era la gran cosa, no debía darle tanta importancia.

- Puedo hacerlo. Puedo hacerlo – En cuanto abrí los ojos de nuevo, sentí que en algún lugar dentro de mí, estaba mintiendo. Mi teléfono celular me hizo dar un respingo – Maldito aparato – Era Sakura.

- Solo confirmo que no llegues tarde. Calcule el tráfico y la distancia de tu apartamento a la empresa. Debes salir ahora – No saludo, mi amiga estaba en modo negocios.

- Estoy en la puerta – No tenía ánimos de discutir con ella cuando solo daba órdenes y no escuchaba a nadie más. Camine hacia el ascensor – Allá te veo – No espere por su respuesta y me aferre a mi relicario.

El tiempo resultaba muy corto cuando me dirigía al lugar de la reunión pero en cuanto llegué, era más pesado y largo, me mantuve mi auto estacionado al frente de la empresa, me aferraba al volante con fuerza. Intentando encontrar mi valentía, pero no encontraba de donde podría sacar semejante fortaleza. 

No era un día ordinario. Era 27 de Agosto.

¿Y si hacia mal en no presentarme? ¿Me arrepentiría después por no estar ahí? No tenía respuestas para eso, pero sabía que en este momento lo que menos quería era presenciar algo así. Ya no odiaba a mi padre, pero por otro lado sentía que si asistía a su ejecución una parte de mi estaría complacida y hasta feliz de verlo recibir lo que merece. Y eso era demasiado perturbador para mí. Pros y contras, evaluar las posibilidades me ayudo a calmarme y aceptar que no ir era lo mejor que podría hacer. Pensé más a fondo, mi madre, esa mujer estaría ahí también, era una razón más para permanecer lejos.