Corazón de Hielo

314 29 1
                                    




Mis hermanas me esperaron despiertas y con cientos de preguntas que no escuche y no respondí tampoco, hice un gesto con la mano dándoles a entender que no hablaría sobre nada por lo que había pasado esa noche. Me recosté sobre la puerta de la que sería mi habitación por última vez, cerrándola con mi cuerpo. Bajé mi cabeza cansada y enojada por todo lo sucedido fijándome en mis zapatos, estaban sucios y con rastros de hojas, si así estaban mis zapatos no quería ver mi rostro.

Evite el espejo del baño deliberadamente, me quite la ropa y decidí darme un largo baño, el día de mañana me despediría de mis hermanas y no las vería hasta dentro de 3 meses en la boda de Hime, también es probable que asistieran al lanzamiento del nuevo producto sobre el cual aún estoy indecisa.

En la ducha mientras lavaba mi cuerpo me encontré furiosa, no debería haber hecho nada, mi vida se hallaba completamente fuera de líos justo como estaba, no tenía por qué haber aceptado esa cena, lo más simple era negarme o dejarlo plantado, así me hubiese mantenido alejada de todo el shock emocional por el que estaba pasando, el agua caliente lavaba mi rostro y apagaba mi ira. Era mi culpa, pero no podía volver a cometer semejante error, a veces era sencillo olvidar que cuando se toma un riesgo y se apuesta a ganar no siempre se obtiene lo que se desea. Yo era experta en eso, pensé amargamente.

Sacudí mi cabeza alejando los malos recuerdos para centrarme en el presente, el pasado estaba escrito, nadie puede cambiar lo sucedido; el presente y el futuro estaban sucediendo, su desarrollo y sus historias si dependían de mí y podían cambiarse, era mi decisión. Después del razonamiento estaba tranquila nuevamente, mantenerse alejada había funcionado bien para mí hasta ahora, ser la dama de corazón de hielo me mantenía a salvo de situaciones como las de la noche presente.

El toque de mi puerta me saco de mis pensamientos mientras terminaba de ponerme la pijama, según mis hermanas de monja, en mi defensa la cuidad mantenía una temperatura baja aún en verano o tal vez mi cuerpo resintiera el frio más que las otras personas. Dude si abrir, sabía que eran mis hermanas y probablemente me acosarían hasta sacar la historia de lo sucedido esta noche. Suspire, era mejor una charla incomoda con mis hermanas que ninguna charla, teniendo en cuenta el poco tiempo que compartía con ellas.

Abrí la puerta resignada, mis hermanas entraron como un huracán en el cuarto pero no tocaron el tema. Me pidieron u ordenaron depende de la forma en que se mire que organizará el horario para el día de mañana, aún nos faltaban las fotos para los camafeos, sin mencionar mi inevitable y ahora tan esperada mudanza. 

Tal vez la soledad era buena para mí.

- ¿Qué hay del perro, Hinata? – La mire sin comprender, había olvidado sobre lo que estaba refiriéndose – El Malamute, con mi amigo – Parafraseó para recordarme - Es lo primero que debemos hacer, el criadero esta en las afueras de la cuidad – Aclaró.

- Bien, pero me parece que tendremos que madrugar – Mis hermanas tenían una expresión sombría que me hizo sonreír, sin importar los años, madrugar no era para ellas – Al menos un poco ¿7am?

- Es por un cachorrito que hará feliz a mi hermana, puedo soportarlo – Accedió Hanabi intentando convencerse a sí misma.

- De alguna forma, siempre que te visitamos terminamos madrugando, Hinata– Se quejó Hime– Esta bien, tenemos poco tiempo pero no esperen que me bañe a esa hora – Aceptó con una mirada torturada.

- Genial, mi auto apestara toda la semana – Me burlé, todas reímos.

- Sera mejor que vayamos a dormir ya si no quieren tener una zombi para mañana – Advirtió mi divertida hermana de cabello corto.

De corazones y auditorias [Naruhina]Where stories live. Discover now