No tan sola

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                                Ven y camina conmigo - Enrique Bunbury feat Pepe Aguilar

No quise abrirla, pensé en romperla, quemarla o sencillamente botarla y olvidarme que alguna vez existió esa nota en papel ; pero no hice nada de eso. La guarde, la curiosidad fue en ese instante más grande que mi desprecio por esa mujer pero no iba a amargarme antes de tiempo, no quería darle el poder a esa nota de arruinarme mi cita con Naruto.

Dejé la hoja en mi cama, tome a Hielo y juntos iniciamos el camino hacia casa de...mi novio. El corazón se me aceleraba del solo pensamiento y me burlé de mi propio romanticismo, hice una parada en el apartamento de la presidente de edificio para dejar el contacto y mis recomendaciones sobre los chicos que podrían ser los vigilantes de nuestros hogares, también hice una parada para comprar los ingredientes de la cena que prepararía junto a Naruto.

El vigilante era diferente, no tan amable como Konohamaru por lo que me hizo esperar mientras llamaba a Naruto para confirmar si aceptaba mi visita, el tipo me inspeccionaba con duda pero al final accedió. El vació del ascensor solo hizo aumentar mi ansiedad y cuando las puertas se abrieron creí que no podría respirar.

Una camisilla blanca y un torero gris, eso era lo que llevaba Derek mientras Hielo saltaba hacia él, por un momento me avergoncé de mi traje blanco y negro oficinal, era demasiado formal para una cita en casa y me reprendí mentalmente por no cambiarme de ropa.

- Dejare las cosas en la cocina – Avergonzada por mi falta de experiencia en estos ámbitos decidí ignorar la mirada de esos ojos azules disparejos mientras me barrían de arriba abajo.

- Te ayudo – Su voz ronca y profunda hacía que brotara todo el nerviosismo de mi cuerpo. Entonces sus fuertes brazos torneados me abrazaron desde atrás, su toque traspasaba la tela y su calidez volvía a la vida mi corazón - ¿Qué tal tu día? – Fue un susurro, estaba bastante cerca de mi oído, entonces dejé ir la tensión inicial.

- Esta mejor ahora – Trataba de no sonreír pero no podía impedirlo.

- Es la primera vez que me haces un cumplido o al menos creo que eso era – Estaba confundida ¿hablaba en serio?

- Si es un cumplido pero no es el primero – Ahora el parecía ser tomado por sorpresa.

- ¿Cuál fue el primero? – En verdad parecía no recordarlo y eso estaba haciéndome enojar.

- Tus ojos – Esperaba que la pista le diera una idea pero el solo frunció el ceño.

- No entiendo – Hice amago de alejarme de él, me enfurecía que no lo recordara cuando nunca le había dicho palabras así a nadie más que a él – Espera, si lo recuerdo. Es solo... - No termino la oración, esperando que continuara me gire para encararlo pero él tenía un gesto confuso dibujado en su rostro – Si no fuera porque no soporto los lentes de contacto los tendría puestos. Solo, no lo entiendo. No creí que fueras sincera en ese aspecto – Entonces soltó mi brazo brindándome la oportunidad de marcharme si quería, pero más que enojada creía entender lo que quería decir.

- Decías en serio lo de odiar tus ojos – solo hizo una mueca evadiendo lo que él creía era una pregunta pero de mi parte fue una afirmación. – Yo no mentía. Detesto las mentiras Naruto– Hable entre dientes intentando contener mi temperamento que hacía ebullición en mi interior – Tal vez debería irme, si crees que yo mentía... – Me trague el nudo en la garganta y me obligue a continuar – Tal vez tú si lo hacías. – Miré alrededor ¿Dónde se había metido Hielo?

- HIna... - Me detuve por un momento al escuchar su voz suave como un intento de disculpa pero pronto continúe removiendo cosas para encontrar a mi cachorro e irme de ese lugar. – Hinata, por favor espera – Por un instante me tomo del brazo con suavidad intentando persuadirme pero me zafe de su agarre con brusquedad.

De corazones y auditorias [Naruhina]Where stories live. Discover now