Confianza

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Dime quien ama de verdad - Beret feat Karen Méndez & Juacko

Naruto se encontraba dormido, aunque no hace mucho tiempo, una de sus manos abrazando mi espalda y la otra sosteniendo mi seno con firmeza, era nuevo para mí, aunque sabía que la mayoría de los hombres tenían una loca afición por los pechos, Naruto definitivamente era uno de ellos, estaba relajada y tranquila en su abrazo dominante mientras lo examinaba.

Pero no rompió mis limites, ni siquiera cuando se dio cuenta que una parte de mi quería romperlos, respetó mi decisión, me respetó a mí, me sorprendí a mí misma cuando noté que ya no me preocupaba que el cruzara el límite que tracé, ya no estaba esa energía nerviosa a que hiciera algo sin mi autorización, a que traspasara la línea que había definido.

El tiempo juntos se había vuelto una cosa difusa parecía mucho y muy poco, las horas de trabajo pasaban entre rápidas y lentas, a veces me enfocaba tanto en el trabajo que me olvidaba de todo y a veces el trabajo era tan tedioso que un minuto se sentían como horas, y entonces él aparecía en la empresa buscándome, invitándome a comer, trayéndome algo dulce, aprendió rápidamente cuales eran mis favoritos y ahora los recibía cada día, demasiada masa azucarada para mi propio bien. Ni siquiera note que tan a menudo estaba durmiendo en su casa con Hielo o las ocasiones en que lo dejaba bien cuidado para que pudiera socializar con otros perros o cuando Naruto necesitaba dormir mejor, lo consentía demasiado dejándolo dormir de su lado de la cama y ningún perrito inteligente pasaría por alto eso.

Mientras divagaba sobre eso tracé suavemente el contorno de su rostro, un rastrojo estaba creciendo sus labios suaves, aunque algo tiernos por nuestros besos, tenía unas cejas rebeldes me di cuenta, algunas de las pequeñas hebras eran largas y se comenzaban a curvar, sonreí, disfrutaba mi exploración sobre este magnífico hombre y jamás había tenido la confianza de hacer algo como esto antes, me detuve abruptamente dándome cuenta. Confiaba en él.

- Me despertaste – La suave voz ronca me sorprendió, mi mano aún seguía sobre su mejilla y antes de poder retirarla atrapo mi mano y la llevo a sus labios besando mi muñeca, el tierno gesto hizo que mi corazón aleteara – ¿No puedes dormir?

- No es eso - Sabía que podía dormir si lo intentaba, él solo me dio una mirada entre dormida de confusión.

- ¿Entonces que es? - Parecía estudiarme, sin poder comprenderme del todo, ya éramos dos.

- No quiero dormir, estoy disfrutando del momento – La verdad de mi propia admisión nos sorprendió a ambos, mis dedos deteniéndose en sus rizos.

- Me alegra – El sueño ya fuera de su semblante – pero es de madrugada y debemos levantarnos temprano.

-  No salgamos mañana - esta comodidad y esta intimidad nuevas y tan satisfactorias no quería moverme, no quería levantarme de la cama.

- ¿Qué excusa les daríamos a mis padres? - Su diversión y curiosidad filtrándose en mi voz.

- ¿Enfermos? - Naruto no pudo evitar reírse de mi mala excusa – Podrían creernos – Fingí estar ofendida. Este juego era más divertido de lo que alguna vez podría describir – No nos necesitan hoy – Dije con malicia

- Prometí cocinar ¿Recuerdas eso? - Nuestras narices se tocaron – Mi hermanastra vendrá, Karin.

- Supongo que no sería cortés recibirla en estas fachas – Los besos que había comenzado a darme en el cuello eran muy distrayentes - ¿Qué cocinaras?

- Ramen - Su voz era un susurro, sus besos se detuvieron justo en el inicio de mis pechos – Quiero quitarte esto y besarlas – Su admisión envió un escalofrió por todo mi cuerpo

De corazones y auditorias [Naruhina]Where stories live. Discover now