Hanna

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El domingo fue un día renovador. Sakura decidió que necesitábamos tiempo de amigas, lo que nos acercó más, cerca del medio día después de terminar la película romántica favorita de mi mejor amiga tome mi celular. Había varios mensajes.

"Buenos días preciosa, anoche te metiste en mis sueños, creí que debería decirte, pero nada de detalles, no preguntes."

"¿No eres fan del teléfono verdad? ¿O acaso me estas ignorando?"

"Estas logrando que me sienta un intenso"

Sonreí, si estaba actuando como un intenso. Yo apenas y había medio aceptado salir con él. Me lleve el teléfono al pecho pensando en que responderle. Saku se había levantado a sacar a Hielo, estaba siendo tan amable como le era posible. Decidí no darle demasiadas vueltas al asunto.

"¿Porque no puedo preguntar por el sueño?"

Su respuesta fue inmediata.

"Huirías como un conejito asustado"

Su respuesta me dejó aún más confundida que al principio.

"¿Debería hacerlo?"

Espere mientras escribía.

"Creo que los dos ya hemos huido de esto y no ha resultado"

"¿Quisimos ser amigos recuerdas?"

Lo recordaba, fue el día de la cena fallida, él me dijo que los negocios iban primero pero ahora parecía haber cambiado sus prioridades, y el día anterior me dio un ultimátum. El sonido de la puerta cerrándose me alejo de mis pensamientos.

Sakura regreso con una buena cantidad de comida deliciosa, grasosa y nada saludable haciendo un completo drama por hacerle romper la dieta. Ese domingo lejos de todas las cargas, libre de secretos o al menos de la gran mayoría, las horas se fueron con más rapidez de lo que imaginé.

Mi amiga no me juzgo en ningún momento, no me pidió hablar más sobre el asunto pero el relato nos acercó aún más, era otro nivel de confianza. La noche comenzaba a cernirse sobre la cuidad y recordé que mañana enfrentare a la mujer que me dio la vida pero también logro destruirla al mismo tiempo. Mi primer pensamiento fueron mis hermanas, necesitaba arreglar las cosas con ellas y el primer paso era llamarlas. Ignore el otro texto que me hubiese enviado Naruto y marque rápido sin darme la oportunidad de arrepentirme.

- ¿Qué haces? – Fue un instinto y Saku se notaba confundida por mis acciones.

Me aleje un poco casi chocando con el vidrio que me separaba de la cuidad, el teléfono de Hanabi repicaba y los segundos que tardó en contestar se me hicieron eternos. Un millón de posibles escenarios pasaron por mi cabeza ¿Y si ella les hizo daño? ¿Estarían bien? Fue un inmediato alivio cuando contesto.

- ¿Hinata? – Sonaba consternada como si no creyera que la estaba llamando - ¿Eres tú? – Sabía que estaba llorando solo con escucharla.

- Hola Hanabi– Ahora no sabía bien que decirle - ¿Cómo va todo? ¿Estás bien? – Mi voz temblaba ante la posibilidad de que me colgara o comenzara a gritarme. No esperaba que se rompiera.

- Oh, hermana. Lo siento, en verdad lo siento. Yo no quería presionarte ni nada de eso – Se compuso un momento – Estamos bien muy bien, lo que más nos preocupaba era que nunca volvieras a dirigirnos la palabra. – Pude escuchar como sorbía por la nariz.

- Tampoco quería echarles nada en cara – Tome aire, ahora yo estaba cerca de romperme – Lo que hice fue porque quería, cuidarlas no era solo mi obligación, lo necesitaba. Necesitaba salvarlas a ustedes al menos por todas esas otras personas por las que no pude hacer nada –Un suspiro tembloroso se me escapo. Hime se puso al teléfono.

De corazones y auditorias [Naruhina]Where stories live. Discover now