Descubrimientos

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Sakura no pegunto por Hanna y yo no pregunte por los gritos que escuche en su oficina, ambas sabíamos lo que había sucedido, lo que enfrentamos ese día, pero aún guardábamos ese respeto y privacidad la una por la otra, esa regla de esperar a que la otra hable si quiere hacerlo sino solo quédate ahí y déjale saber que la apoyas.

- ¿Sabes hace cuanto no comía papas fritas? – La dieta era historia - ¡Dios! Había olvidado lo deliciosas y crujientes... - Ella seguía comiendo, esta vez libre de restricciones y yo no podía estar más feliz por eso. – Espera – Mi amiga parecía acabar de recordar algo importante - ¿Qué? Hoy... ¡El almuerzo con Uzumaki! – Ahora me acusaba.

- ¡No le cancelé! – Me defendí. Ella solo aguzo la mirada intentando descifrar si decía la verdad – En serio, Saku. ¡Vendrá a recogerme! – Esperaba fuera suficiente.

- Pruebas – Exigió. Vaya imagen que tenía. Le tendí mi teléfono e inmediatamente comenzó a verificar mi historia. Rio por momentos y me devolvió el aparato – Bien ahora te creo – continuo comiendo más que satisfecha.

- Gracias por la confianza – Refunfuñe.

- En este aspecto – Lo medito – Necesitas cierta regulación – Genial lenguaje de ejecutivos – A propósito de regulación, la prueba de mercadeo fue un éxito total 9/10 – El almuerzo terminó y volvimos a nuestras labores.

Revisé los informes, me enfrasque tanto en mi trabajo que no note cuando las horas iban pasando y de pronto mi oficina ya estaba a oscuras, 7pm. Me levante del escritorio y me estire, seguramente Naruto lo olvidó. Esa línea de pensamiento me entristeció y decidí ir a la oficina de Sakura con fin de distraerme.

Su oficina era un desastre de papeles pero nadie tenía permitido tocar uno solo, sino ella estallaría en una cólera incontenible. Levantó la vista al notar mi presencia.

- ¿Sigues aquí? – Arqueo una ceja confundida. Yo subí y baje mis hombros en un respiro dándole a entender que yo tampoco sabía que sucedía.

- ¿Cómo vas tú? – Inmediatamente esbozo una mueca.

- Mejor creo, tengo mucho trabajo, hay algunos ejecutivos que están presionando por expandir Katsura a toda una línea, ya sabes, crema corporal, maquillaje; en realidad es una buena idea pero lo veo difícil ahora. Estamos muy concentradas en el perfume – Soltó unos papeles pero tomo otros, ella se quedaría allí mucho más tiempo.

- Dime que tal sale todo, yo ya me voy – Me colgué el bolso en el hombro y fui retirándome poco a poco.

- Por favor, se atenta con el celular. A veces eres descuidada con eso – No me miro cuando lo dijo y continuo enfrascada en la demencial cantidad de documentos que llenaban su oficina.

Mi celular. Mientras tomaba el ascensor pensé que posiblemente hubiese sucedido algo. Sin dar más tiempo a especulaciones sin fundamento busque en mi  bolso, estaba esperanzada de encontrar algo, que tal vez Naruto me  hubiese llamado o me escribio y por estar concentrada en el trabajo no lo note, pero no pude saberlo, el teléfono estaba totalmente muerto.

Era descuidada con el teléfono pero es que nunca pude acostumbrarse a la tensión que provocaba tener uno, que te encontraran siempre, te llamaran como si nada; sin mencionar que la tecnología nunca se me daba bien, esos aparatos se las ingeniaban para salírsele de control solo a mi. No llevaba cargador en el bolso y tendría que esperar a llegar a casa para encenderlo y verificar si había algo que justificara la ausencia de ese hombre que paso de querer alejarse a volverse un intenso en tan poco tiempo. La intensidad que despedían los dos, era demasiada como para ignorarla.

De corazones y auditorias [Naruhina]Where stories live. Discover now