Orígenes, recuerdos y dolor

232 27 1
                                    



El día fue particularmente corto y con mis hermanas tuvimos que correr hacia el viejo local donde solíamos ir cada vez que necesitábamos actualizar las fotografías de nuestros camafeos. Estábamos agotadas para cuando entraron por la puerta y una vieja campanilla anuncio nuestra llegada. Habíamos desayunado apresuradamente y teníamos el tiempo medido para sacar las fotografías e ir a organizar un poco el desastre de cajas que era mi nuevo apartamento.

- Vaya, vaya. – El viejo regordete de mediana edad que atendía el negocio nos dedico una sonrisa al vernos – Las hermanas Otsutsuki. Pensé que no las vería este año. Es la primera vez que llegan tarde – La amabilidad del dueño nos conmovió como hacia siempre, era cercano a nosotras y nuestro pasado doloroso, lo conocimos en medio de la transición de nuestras vidas.

- Una emergencia de cachorros – Explicó Hanabi. El hombre lucía divertido – Es más serio de lo que suena, Asuma– El fotógrafo hizo un signo de rendición con sus manos.

Sin más tomamos las fotografías, Hime posó presumiendo su anillo de compromiso, el cual hacia honor a ella era digno de una princesa , Hanabi por otro lado hizo una sonrisa satisfecha cerrando sus ojos mientras sus manos sostenían su rostro. Hasta que fue mi turno y decidí sonreír mientras mostraba mis manos sucias y lastimadas por el trabajo y juego en el criadero donde se recuperaba el pequeño valiente que decidí adoptar. 

Cuando las fotos estuvieron en los correspondientes relicarios pude recordar al cachorro, era tan blanco como la nieve y tenía la nariz negra como la noche, en un principio me asustó al pensar que se trataba de un lobo, pronto mi hermana me saco de mi error, recordé el dolor que reflejaba el pequeño animalito mientras mantenía sus ojos cerrados con fuerza.

Cerré el camafeo, lo colgué de mi cuello y miré el reloj, 1:24pm. Hice una mueca, las gemelas tenían que estar en el aeropuerto a las 5pm. Se veían realmente agotadas.

- Compremos algo para llevar. Iremos al apartamento organizaremos solo las camas y el televisor. Y pasaremos el tiempo viendo alguna película ¿Qué dicen? – Mis hermanas en lugar de responder se lanzaron sobre mi, sacándome una expresión de sorpresa y alegría – No necesitan chantajearme, compraremos helado de chocolate para la película.

- ¡Eres la mejor! – Ambas exclamaron al unísono. Sonreí negando con la cabeza, mis hermanas tenían 23 años pero a mi lado siempre actuaban como adolescentes. Era agradable ver como aún podía ser la hermana mayor para cuidarlas y consentirlas, como no pude demasiados años atrás.

Risas, comida chatarra y una tonta, cursi pero conmovedora película romántica después, estaba despidiéndome de mis hermanas. Las despedidas nunca eran fáciles, al menos no para mí. Las abrace con fuerza mientras me tragaba mis lágrimas, si yo lloraba ellas también lo harían. Un fuerte abrazo después y varios respiros profundos nos separamos. Entonces les pedí que me escribieran en cuanto llegaran y demás recomendaciones que mis hermanas siempre asumían como maternales. Hanabi se adelantó pero Hime se quedó a mi lado, mordiéndose un labio con nerviosismo.

- ¿Qué sucede? – Ella desviaba la mirada. Tomo aire como si este le llenara de valentía y me miró con tanta determinación y un toque de ira en sus ojos que me quede impávida esperando que hablara.

- Solo escúchame y no digas nada. – Me agarró de los brazos como queriendo aferrarse a algo – A papá lo ejecutaran en 1 mes. Le darán la inyección. Mamá quiere que vayamos todas – Yo estaba en shock como si de pronto todo mi cuerpo fuera nada más que frio y miedo. Mi hermana buscaba algo en su bolso de mano. Sacó un papel de su bolso y me lo entrego – Es la invitación para entrar en el cuarto, donde...ya sabes. Anote el número de mamá detrás de la hoja – Yo no reaccionaba. En cuanto el papel toco mi mano, sentí tanto dolor y repulsión que me rompí.

De corazones y auditorias [Naruhina]Where stories live. Discover now