De corazones y auditorias [Naruhina]

Inseguridades

- ¡¿Una cita?! – Sakura me aturdió, dejándome un poco en vergüenza cuando todos en el restaurante se giraron para verme - ¡¿Tú y Naruto Uzumaki?! – Era más una acusación que una pregunta.

- No es una cita en serio. Baja la voz Sakura– Las miradas seguían sobre nosotras y yo comenzaba a ponerme nerviosa, lo cual no creí que fuera posible.

- ¡No puedo! – Ella estaba fuera de sí, pedí al mesero que nos diera la comida para llevar y el pareció aliviado y casi feliz cuando aceptó - ¡Eres mi mejor amiga! Estas son cosas que se le cuentan a tú mejor amiga – El joven se acercaba velozmente con una bolsa, le pagué más de la cuenta en un intento por salir rápido - ¿Por qué sigues usando efectivo? – Agradecí que se distrajera por algo así.

- Nunca sabes cuándo lo puedes necesitar – Ya fuera del restaurante podía soportar las acusaciones de Sakura. – Solo quiere agradecerme – En el fondo aunque no lo admitiera sabía que era más que eso.

- Tú. Le. Gustas – Había bajado el tono de su voz pero aún era más alto de lo normal. Me quedé en silencio analizando las palabras de mi amiga, tal vez fuera cierto, mi corazón se aceleró con la idea. - ¿Estas...sonriendo? – Mi amiga me miraba sorprendida - ¡Estas sonriendo! ¡También te gusta! - Por alguna razón no era capaz de negarlo, no era cierto pero tampoco era del todo una mentira – Nunca creí que viviría para ver este día – Una sonrisa ilumino su rostro, yo por otro lado estaba muy avergonzada para encararla. Negué casi divertida varias veces.

- No es una cita – Fue todo lo que logre decir.

- ¿Entonces qué es? – No sabía decir si estaba feliz por la situación o se estaba burlando de mi reacción a todo lo que estaba sucediendo.

- ¿Cuidarías a Hielo hoy? – Evite el tema, no tenía una respuesta para darle a Sakura, simplemente no quería aceptar que estaba en lo correcto.

- Lo haré – Una sonrisa bailaba en su rostro, era ligeramente intimidante. Ambas entramos a nuestros respectivos autos – ¡Llegare temprano para ayudarte! – Sin decir más su auto desapareció de mi vista.

Ahí estaba la trampa, Sakura entendía por "ayudarme" como una larga sesión de belleza, maquillaje, peinados, varios cambios de ropa me esperaban. Estaría exhausta antes de salir del apartamento. Entonces mientras retrocedía vi mi reflejo en el espejo de mi auto, tenía una sonrisa enorme, las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes. Me observe por un momento asombrada por la imagen que me trasmitía ese espejo, casi parecía una mujer normal, completa y sin heridas más grandes y profundas que sí misma.

Razone muchas veces sobre el aceptar una cita, eso era exponerse, cuando llegue a mi apartamento todo lo que podía hacer era pensar mientras que el peludo juguetón que tenía por mascota había preferido dormir, si no fuera así Hielo habría sido una buena distracción.

Muchas ideas y posibles escenarios pasaron por mi cabeza. No sabía qué hacer en una cita, era terrible charlando y bastante torpe cuando me encontraba nerviosa, lo que por supuesto estaría. Tal vez eso lo alejaría, eso le generó ideas contradictorias, alejarlo sería lo sano, eso era lo que pensé por mucho tiempo, si permanecía y lo alentaba a explorar lo que empezaba a pasar entre nosotros en algún momento vería mis heridas, físicas y psicológicas, era tan arriesgado abrirme de esa manera sabiendo los daños que le causaría a él y a mi misma.

Pero, ahí estaba rebuscando un vestido. Abriendo una brecha, una oportunidad para que Naruto se infiltrara en mi corazón, y al encontrarlo... ¿Qué haría?