El Trato

2.- Manos a la obra

La tarde transcurrió tranquilamente, la preparatoria es un agotamiento total y cabe aclarar qué hay bastantes clases que me aburren demasiado, pero este es mi último año antes de entrar a la Universidad y yo creo que sacar buenas calificaciones es lo que más debería importar, pero veme aquí, hice un trato con un chico que casi no le hablo para que su mejor amigo, me amé.

Esta tarde quedé con Shawn de vernos en el parque que está cerca de mi casa para poder llevar a cabo la misión "enamorados" es un nombre muy estúpido, pero pues así lo eligió él y no tengo tiempo para ponerle nombres a lo que hago. No estaba para nada segura de sí funcionaría o no, pero lo que realmente deseo es que Harry por fin me haga caso, creo que desde mitades de segundo grado me gusta y me encantaría bastante poder ir tomados de la mano y darle besos y que el me los devuelva, en fin, ser una pareja feliz.

-Oye Roxana, ¿Estas bien?.- Llegó Shawn, después de una hora esperándolo sentada en el parque, sola.

-¿Por qué tardaste tanto? Quedamos dos con veinte, son las tres con diez.

-Si lo sé, lo siento, pero Harry quería ir por unos zapatos nuevos para el fútbol y yo no podía negarme.

-Claro eso es muy creíble.- Dije ya con cierta frustración.

-Bueno deberías alegrarte, no paró de hablar de ti en todo el camino.

-¿Eh? ¿De qué hablo o qué? Cuéntame por favor.

-Bueno tú lo pediste...1,2,3,4,5,6.- Comenzó a literalmente a contar hasta con los dedos.

-¡PETER!.- Me pare a darle un golpe en el hombro.- Es enserio, ¿qué te dijo de mí?

-Primero, ¡Auch! ¡SI DUELE!.- Gritó sobándose dramáticamente el brazo.- Segundo ¡NO ME DIGAS PETER!- Respiró y luego volvió a hablar.- Y tercero, todo empezó gracias a mí, que hice todo lo que me pediste. Comencé a hablarle de ti, le dije que tú eras una persona muy inteligente y como él tiene problemas con matemáticas, creí que te encantaría ayudarlo.

-Oh por Dios ¿es enserio?- El asintió seguro con una sonrisa.- Muchas pero muchas gracias. Bien, yo mañana por la noche tengo una pijamada con Sasha, así que le hablare tanto pueda de ti, ahora otra cosa.

-Genial...¿hay más cosas?- Pregunto con cierto desinterés.

-Sip, hay que poner reglas o límites, algo que nos ayude a no sobrepasarnos o dejarnos llevar por la situación.- Dije sacando mi libreta.- Bien las reglas son simples: número 1: cada uno hablará bien del otro mientras este con esa persona ósea cada que tu estés con Harry hablaras bien de mí y así haré lo mismo con Sasha, pero no cuando yo esté presente o tu.

Número 2: el primero que logre conquistar al otro, va a terminar con este trato.

Número 3: en caso de que no nos hagan caso ambas partes... tendremos que dejar que ellos sean felices con otras personas.

Oh y lo más importante... Número 4: No puedes decirle a nadie sobre este trato, a absolutamente nadie.

-Bien me queda claro, sólo que no me parece la regla número 3... ¿por qué no seguir luchando por su amor?

-Porque nosotros sabemos que no fuimos correspondidos, no podemos obligar a que nos amen, sería como un amor obligado y yo no quiero eso, quiero ser feliz, si se queda conmigo vaya que felicidad, pero si esa persona no es feliz ¿qué más da todo el esfuerzo? Esa persona no nos ama y ya... hay que vivir con eso siempre presente. No voy a obligar a nadie a amarme.

-Tengo una duda más... ¿Cómo sabes todo esto? ¿hay alguien en especial a quien le dediques esas palabras?

-No, bueno, todo eso me lo enseñó mi abuela, ella fue parte fundamental de mi vida y esas palabras son las que más recuerdo que me contará.

-Supongo que la extrañas mucho.

-Si bastante, pero bueno, no hay que desviarnos de tema ¿estás de acuerdo con lo anterior?

-Si estoy de acuerdo y ¿tu?

-Yo hice las reglas, obviamente estaré de acuerdo.

~editado~