Sakura y Las Cartas

Escudo

Sakura y las Cartas

XV

Escudo

...

Sakura estaba en la habitación que había compartido con Tomoyo completamente sola. Su amiga y su guardián habían ido con Meiling a buscar recuerdos para llevar a sus conocidos, así que la joven de cabellos castaños estaba sola, admirando en silencio el precioso anillo que tenía en su dedo. Sabía que a él, le acarrearía muchos momentos difíciles, pero estaba segura que iban a poder con ellos.

Sintió pasos en la habitación, pero no se preocupó de quien era porque podía sentir la presencia de su suegra, fácilmente. Giró hacia las cortinas que dividían la habitación en dos y la miró con una sonrisa.

—¿Necesita algo señora Ieran? —preguntó.

—Solo quería tener unos minutos a solas con mi nuera —comentó, haciéndole un gesto con la mano para que le diera espacio para sentarse junto a ella— ¿Estabas ocupada?

—No —negó con la cabeza—, Tomoyo tenía todo listo desde temprano, así que solo estamos haciendo tiempo para ir al aeropuerto.

—Ya veo —ambas se quedaron en silencio. La mayor sabía que Sakura tenía preguntas que hacerle, pero no encontraba la forma así que, para darle confianza, decidió iniciar ella con la conversación.

—Si pudieras comparar una carta Sakura con mi hijo —le dijo, haciendo que la jovencita la mirara confundida— ¿Cuál escogerías?

—Pues no es muy difícil hacer la comparación —dijo pensando un poco, mientras miraba de reojo su anillo—. La carta Escudo es la que más se adapta a él.

—¿Por qué?

—Sé que, pase lo que pase, Shaoran siempre hará lo que esté a su alcance para protegerme —buscó en su bolso y sacó dicha carta—. Como un escudo impenetrable.

—¿Y sabes por qué es eso? —le preguntó.

—¿Por qué soy su persona más importante? —contestó dudosa con otra pregunta. Ieran afirmó con su cabeza para luego tomar su mano derecha con la suya.

—¿Recuerdas lo que viste con la carta Regreso? —Sakura afirmó—. Son los recuerdos de mi hijo que te permití ver e intervine un poco con la magia porque quería que supieras esas cosas.

—Vaya —exclamó sorprendida.

—El primer recuerdo fue para que supieras que cuando llegaste a mi casa toda empapada, hace unos años atrás, yo ya sabía que eras una persona especial, aún cuando mi hijo no se había dado cuenta de eso.

—Pero, Shaoran con Meiling en ese entonces...

—Mi hermana y yo, solo aceptamos ese compromiso improvisado entre ellos para darles tiempo a madurar, y a que el consejo tras el Clan Li no molestara a mi hijo antes de tiempo. Él quedó muy afectado con lo de su padre.

—¿Es por eso lo del segundo recuerdo? —Ieran asintió con la cabeza—. Shaoran se veía muy feliz, pocas veces lo puedo ver así.

—La muerte de su padre fue algo muy traumático para él. Mi marido era quien se encargaba de los niños cuando empezó a debilitarse, mientras yo tomé el control como la jefa del clan, la mujer con mayor poder de la familia y, por lo tanto, la encargada del orden y la disciplina. Él era el amor y la comprensión, la alegría de mis hijos.