Nieve

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Carta Sakura

XIV

Nieve

...

Sakura Kinomoto estaba roja de la pena.

Sus mejillas estaba en un tono aún más oscuro que el qipao rojo con detalles dorados que Tomoyo, con un aire risueño, le ayudaba a colocar. La chica de ojos amatistas ya traía su vestido chino rojo puesto.

—¡Ya, Tomoyo! —exclamó, moviendo los brazos que mantenía alineados con sus hombros, mientras la chica de cabellos violetas le prendía los botones dorados.

—Es que aún no puedo creer tu osadía —junto las manos bajo su mejilla derecha con los ojos brillantes—, aprovecharte de que me quede dormida para escabullirte al cuarto de Shaoran....

—¡Qué no fue así! —protestó sintiendo como el calor se escapaba por sus orejas.

—¿Y por qué saliste de su cuarto esta mañana?

—Es que... no es así —volvió a repetir.

—¿Entonces? —Tomoyo se alejó para observarla mejor. Aquel qipao que le había entregado Ieran, se acomodaba muy bien a la figura de la jovencita de ojos verdes, los detalles de flores de cerezo doradas en el margen inferior derecho la hacían lucir aún más— ¡Estás perfecta! —y sin dudarlo, sacó su cámara de video para verla de todos los ángulos.

—Ayer usé la carta del Regreso —ante la confesión, Tomoyo bajó la cámara, Sakura se puso seria de pronto, así que la acompañó cuando se sentó en la cama—. Ieran me ayudó a ir al pasado. Ahí conocí al papá de Shaoran.

—Oh...

—También, supe el porqué de las palabras de Meiling sobre el broche —tomó entre sus manos la pinza de flores rojas que tiene que colocarse en el cabello, con nostalgia—. El broche que tienen las hermanas y la madre de Shaoran, las hizo su padre antes de morir —Tomoyo apretó los labios ya que cuando Shaoran le contó que quería hacerle ese dije a su amiga, le había comentado algo al respecto—. Ese broche que Shaoran me regaló fue un pedido de su papá, para que se lo dé a la persona más importante en su vida...

—Ahora entiendo —susurró Tomoyo, tomándole las manos—. Shaoran se demoró dos días en tomar el valor para contarme que quería hacer ese broche, y claro que no dude ni un segundo en ayudarlo. Ahora me alegra más haberlo hecho.

—Sí —afirmó Sakura—, ahora cuidaré aún más ese broche...

—Sakura —dijo Tomoyo, acercándose las manos de su amiga que aun apresaba entre las suyas.

—¿Sí?

—Aún no me dices porque salías de la habitación de Shaoran esta mañana, cuando estaba buscándote —Tomoyo sonrió y Sakura suspiró. No iba a poder omitirle nada a su fiel compañera de aventuras.

—Sabes que a Shaoran siempre le genera un tanto de inquietud, el solo hecho de mencionar la carta Regreso por el poder que se debe usar para ella. Pues, como era de esperarse, me descubrió, así que cuando volví del pasado...

...

—Creo que me iré a dormir y... —mencionó Sakura guardando la carta, pero Shaoran, sin mirarla, la tomó por la muñeca y haló de ella— ¿Shaoran?

—Ven conmigo —le dijo, y ella se dejó guiar un tanto cohibida.

—¿Vas a regañarme? —eso lo hizo detenerse y mirarla.

Sakura y Las CartasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora