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Jimin recién salía de su universidad, de vuelta a su lujosa casa, donde sus empleados ya habrán preparado la comida, limpiado y recogido toda la casa y estarían esperándole en la puerta a por nuevas órdenes.

Ese era su estilo de vida.

–¿Qué piensas hacer este fin de semana? –Preguntó Tae, su mejor amigo.

–Supongo que estudiaré e iré a casa de Jungkook a ayudarle con sus deberes.

–Aburrido..

–Responsable. –Corrigió mientras las risas de ambos se mezclaban.

Acababan de dejar a Jungkook en su casa y como los dos eran vecinos aprovechaban e iban juntos. Jimin, como buen alumno llevaba en sus manos un par de cuadernos de su clase de dibujo y un par de fichas de deberes que no quería que se arrugasen en su mochila.

Sin querer, o aposta, Tae empujó a Jimin haciéndole caer sobre un chico, tumbando a ambos contra el duro asfalto.

–Oh dios mío, perdoneme, ¿Está usted bien? –Preguntó Jimin rápidamente en cuando se quitó de encima del chico.

El chico, algo confuso, miró a su alrededor y sonrió de lado, casi como si hiciese una mueca y tras unos segundos dirigió su mirada hacia Jimin.
Jimin le miraba fijamente, esperando que su respuesta fuese que sí estaba bien, todo a su alrededor se había parado frente a ese chico.

–Sí. –Contestó serio levantándose del suelo. Jimin siguió sus pasos también y recogió sus cuadernos.

–En serio lo siento. –Dijo una última vez antes de hacer una pequeña reverencia e irse, sin darse cuenta de que había perdido una pequeña hoja de su cuaderno.

Florecer (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora