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Miércoles. Jimin saltaba de la alegría, incluso había colgado el nombre del chico en su habitación, para poder verlo más seguido.

–¡Sé su nombre! ¿¡Es Yoongi verdad!? –Gritó en mitad del recreo a Taehyung, quién sonrió asintiendo.

–Min Yoongi para ser más exactos.

–Suena muy bien.. –Suspiró cual colegiala enamorada. –¿Pero él puede hablar? –Preguntó radicalmente.

–Obvio que sabe. –Rió algo obvio.

–¿Sabes? Hoy vamos a cenar juntos, ¿Crees que le gustará la misma pizza que a mí?

–Frena el carro.. ¿Ya tenéis una cita? –Dijo alzando una ceja.

–Le invité ayer a cenar hoy juntos.. –Admitió moviendo su pie ligeramente.

–Qué lindo.. –Admitió revolviendo su pelo. –Yo creo que sí, es un chico muy inteligente y sabe qué debe hacer o qué no, tú no le presiones.

–Te recuerdo que sigue siendo un desconocido para mí. –Bufó cruzando sus brazos.

–Oye chicos.. esto parece un partido de tenis. –Concluyó Jungkook dejando de mirar de uno para el otro. –Dejaré vuestros dramas amorosos y me iré a casa, mi hermano ha venido a recogerme, ya me diréis qué tal os ha ido.

Ambos se miraron extrañados, ¿Desde cuándo Jin sacaba a su hermano de clase porque sí?







...

Quedarían unos cinco minutos para que su invitado especial apareciese, Jimin se encontraba muy nervioso, no se podía estar quieto, revisaba que la casa estuviese limpia, que la mesa estuviese puesta, incluso había buscado películas para ver juntos, por unos momentos pensó en una de romance, pero no era la mejor situación, luego en una de terror, ¿Pero y si Yoongi sentía miedo? Mejor no, después pensó en una de humor, así podría oír su risa. Y así fue. También trajo mantas al salón para estar calentitos mientras veían la película, y palomitas a parte de la pizza, que había llegado a penas hace unos minutos.

Toc toc.

Jimin brincó del susto y comenzó a agitar sus manos hasta llegar a la puerta, todo sea para calmarse.

–Buenas nocheees. –Saludó Jimin viendo a su amigo, que sin decir palabra alguna, se acercó a Jimin, sujetándole de los hombros, sabiendo que este se alejaría. Sonrió unos escasos segundos y colocó la flor de nuevo enredada en su pelo, y después lo revolvió un poco. Acto seguido, entró en la casa sin siquiera preguntar y fue directamente hacia el salón, donde el olor a pizza lo inundaba.

Jimin sonrió ligeramente y se dirigió al salón para sentarse en el otro extremo del sofá, y diciendo extremo, digo extremo. Yoongi le miró alzando una de sus cejas, Jimin le devolvió una sonrisa inocente y éste negó con su cabeza, levantándose y sentándose a su lado, pegamos uno del otro. Jimin podía sentir sus mejillas arder.

–H-he elegido una película de humor.. –Murmuró mirando de reojo a su amigo, que se semi-levantaba a por dos porciones de pizza, entregándole una a Jimin, quien agradeció con una pequeña reverencia.

Dieron play a la película y ésta comenzó. Había que resaltar que Yoongi comenzó a aguantarse la risa desde el primer segundo de ella, Jimin no podía quitar su vista de él, era como si le vigilase con lupa, podía mirar cada expresión del chico, cómo sonreía, cómo se le iluminaban los ojos al ver a X personaje, cómo masticaba haciendo que sus mejillas se inflasen, realmente era un chico bastante lindo y adorable.

–¡Achú! –Estornudó Jimin tapando toda su cara, llamando la atención del chico que estaba tan atento de la película.

Miró a su alrededor y cogió una de las mantas, tapando a Jimin de cuello para abajo y sonriendo tras verle como un bebé acurrucado en ella.

La película continuó y todo siguió bastante tranquilo entre ambos, aunque ninguno quería que se acabase, aunque fuera como excusa para estar juntos. Pero todo llega a su fin. Yoongi, miró a su amigo casi cubierto por la manta y se acercó a él, pegándose a Jimin, poniéndole en tensión extrema, ni siquiera se apartó cuando Yoongi se acercó a su oído mientras que con su mano acariciaba su mejilla ahora ardiente.

–Gracias.. –Murmuró con una voz ronca pero segura de lo dicho. Jimin quedó helado ante el tacto y ante su voz profunda, incluso un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo por la cercanía de ambos. Yoongi, aún envalentonado, se atrevió a permanecer así un par de segundos más, haciendo que su mano bajase lentamente por la mejilla del pelinaranja, hasta llegar al límite de su cara. Giró suavemente la cabeza de Jimin hacia él, obligándole a mantener contacto visual, los pequeños ojos de Jimin se agrandaron de sorpresa e instintivamente se tapó un poco más con aquella manta, de mientras, Yoongi no quitaba su mano de la barbilla de él. Se acercó más a él, casi juntando ambas narices, pudiendo compartir la respiración entre ambos, y pasados unos segundos se levantó y se marchó de allí.

Jimin estaba confuso y temblando ligeramente, pero aún podía sentir el tacto de Yoongi en su mejilla y el aire que desprendió aquel susurro en su oído.

Florecer (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora