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Viernes. Jimin ya se había terminado de comer las uñas de la mano izquierda y estaba a décimas de segundo de comenzar con la derecha. Taehyung no respondía mensajes, y había faltado a clases, al igual que Jungkook, que por cierto, era el segundo día que faltaba. Ahora mismo estaba solo, llevaba solo todo el recreo y todas las horas. Había sido una tortura de día.

En cuanto las clases acabaron, fue como alma que lleva al diablo hacia casa, casi tropezando con cada pequeño bache por ir tan deprisa, no sabía si quería llegar a casa o ir a casa de Tae a por respuestas. Decidió darle una última oportunidad y dejarle más mensajes en el buzón de voz, aunque estaba seguro que no respondería.

Una vez en casa, cerró la puerta y no saludó a nadie, estaba cabreado con todo el mundo, con él mismo y con la vida. Solo quería que llegara la noche y pedir una explicación de todo lo sucedido, Yoongi nunca le había dejado con la palabra en la boca, sí que es verdad que una vez casi se va sin avisar, pero no tan descortés, y si se iba a ir, ¿Por qué entró en la casa? Ese chico le estaba volviendo la cabeza loca. Ni siquiera bajó a comer, no tenía hambre. Ni tampoco ganas de estudiar. Ni de hacer deberes. Ni de dormir. Ni de hacer nada. Ojalá si al adelantar su reloj el tiempo también pasase así de rápido. Pero así no iban las cosas y tendría que esperar.








...

Yoongi no fue.

Florecer (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora