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Jin abrió la puerta y automáticamente su alma cayó al suelo.

–N-Nam... –Murmuró mientras que en sus ojos se volvían a formar lágrimas y un nudo en la garganta le impedía hablar.

–O me dejas entrar a por mis cosas o me las traes. –Dijo en un gruñido cruzando sus brazos y mirando a hacia otro lado, pero no al suelo, haciéndole ver fuerte frente a Jin.

El pobre de Jin solo pudo asentir, echándose a un lado y dejando a su "ex" oficialmente entrar en la casa. Nam no se opuso a la decisión de Jin y entró sin ningún problema, por un lado quería chocar hombro con hombro, empujándole y haciéndole daño, pero por otro sabía que no merecía la pena tocar a alguien tan basura como lo era Jin en estos momentos.

Namjoon comenzó a subir las escaleras, sabiendo que miles de recuerdos le golpeaban fuertemente en la cabeza. Tragó saliva con un nudo en su garganta y entró en la habitación sin apenas detenerse, una vez dentro comenzó a mirar alrededor todo lleno de pañuelos con mocos. Le dio asco, obvio, pero algo en su pecho se estrujó. Buscó rápidamente con la mirada todo lo que fuese suyo y lo recogió llevándolo en las manos.

–Nam.. –Se oyó desde la puerta, siendo cerrada tras Jin. –¿P-podemos hablar?

Nam no contestó, sólo siguió con lo suyo.

–Bebé..

–¡No me llames así! –Gritó Nam a punto de explotarle la cabeza. –¡No somos nada! ¡SE ACABÓ!

El corazón de Jin se hacía a mil pedazos, incluso podía jurar escuchar cómo se rompía trozo por trozo y se clavaba en su pecho, comprimiéndolo.

Ambos quedaron en silencio mientras Nam seguía buscando sus pertenencias, ahora en el armario, recogiendo la ropa. Jin se acercó tras él y trató de tocar su hombro, pero él se giró bruscamente, con la cara más seria que Jin había podido ver o imaginar jamás, sentía miedo, pero no de ser golpeado o de que le gritase, sino miedo de perderle, de perder al amor de su vida, al chico que estuvo con él día y noche y al que no puede sacar de su mente a cada segundo.

–No me toques.. –Murmuró entre dientes.

Jin apretó sus puños, definitivamente Namjoon le odiaba, y él lo sabía, pero tenía que hacerlo, necesitaba hacerlo una vez más. Volvió a agarrar el hombro de Nam, y tal y como esperaba éste se giró comenzando a gritar barbaridades pero no duró ni tres segundos cuando fue que Jin le sujetó de los hombros y le besó.

Nam forcejeaba contra Jin, tratando de alejarle, incluso tiró al suelo todo lo que llevaba cargado en sus brazos y manos sólo para poder empujarle con más fuerza. Jin se resistía a ser apartado y aprovechó el retroceso de pasos de Nam para acorralarle contra el armario, haciéndole más difícil que se alejara. No perdió ni un segundo más y comenzó a mover sus labios tratando de crear un ritmo que ambos pudiesen seguir, pero de un fuerte empujón le apartó y con su manga limpió sus labios como si hubiese besado el trasero de un perro.

–Te lo diré clarito. –Dijo a punto de escupir del asco que sentía por dentro. –No vuelvas a tocarme Jin, no me mereces, eres un sucio egoísta, solo te amas a ti mismo y miras por ti, no te importé nada mientras te restregabas con tu "amiguito", no te importé nada cuando sabías que estaba en tu casa, trabajando, y tampoco te importé cuando os descubrí y me fui llorando, sabiendo que el chico al que amo, tú, me estaba engañando en mi cara y no fuiste capaz de venir a buscarme, no fuiste capaz de nada y por lo tanto no me mereces, Jin, no te mereces nada.

Jin comenzó a llorar inevitable, sus ojos picaban demasiado y no sabía muy bien si ya lloraba del dolor que sentía o por las palabras de su amado. Volvió a tratar de acercarse a él, pero recibió otro empujón.

Florecer (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora