37

72 11 7
                                    

Sábado. Yoongi aún dormía en la cama de Jimin, notando aún su fragancia. Se mantenía abrazado a la almohada pasando una de sus piernas por encima de ésta.

Es un hecho de que si nadie le hubiese interrumpido él se hubiese quedado así toda su vida.

Gruñó dando una patada a la almohada, alejándola de él y se sentó sobre la cama, frotando sus ojos para poder ver algo, aunque solo oía el molesto ruido del timbre sonar y sonar y sonar y sonar y sonar.

–¡PARAA! –Gritó levantándose y yendo a abrir, juró que iba a matar a quien estuviese llamando como poseso a esas horas de la mañana. Miró su reloj. O tarde. Las tres de la tarde.

Agarró el pomo de la puerta apretando sus dientes, haciendo que chirriasen y abrió fuertemente.

Jimin estaba tocando el timbre por última vez antes de alejar su mano de ahí y sonreír inocentemente. Yoongi por su parte, al verle de arriba a abajo dió media vuelta hacia el interior de la casa, pero el frío seguía tocando su espalda y volteó a ver. Jimin seguía en la puerta parado.

–¿Qué haces? Entra. –Ordenó cruzándose de brazos. Pero Jimin ni siquiera movió su cabeza.

Yoongi rodó sus ojos y se acercó a él, pasando una mano por delante de sus ojos. Jimin sonrió estirando una flor hacia Yoongi, dejando a éste desconcertado. Golpeó suavemente la mano de Jimin apartando la flor de él.

–Deja de hacer el tonto y entra, hace frío.

El anaranjado negó y Yoongi por sus propios medios tuvo que arrastrarle de la manga de su chaqueta hacia dentro y cerrar la puerta.

–Di algo.

Podía jurar que había una vena en su cuello a punto de reventar si Jimin no hacía nada y por un momento recordó que él actuaba exactamente igual.

–¿Estás tratando de imitarme? Te sale muy mal, mejor déjalo. –Pero a pesar de eso no le hizo caso.

Rodó sus ojos agarrando la flor y mirándola cuidadosamente, él quería lanzarla hacia atrás pero sabía que sería una gran falta de respeto para su pequeño. Volvió a mirarle a punto de salir de la casa de nuevo y rápidamente fue a detenerle.

Jimin con una pícara sonrisa en su rostro comenzó a correr camino al salón, escondiéndose tras el sofá siendo perseguido por Yoongi.

–¡Como te atrape te vas a enterar, enano!

Jimin se ofendió llevando una mano a su pecho.

–Será que tú eres muy alto.

Yoongi saltó el sofá yendo tras Jimin seguido de risas, se estaban divirtiendo demasiado persiguiéndose por toda la casa, aunque cuando Yoongi le pillase no tenía ni idea de qué hacer después de eso.

–¡Sal de ahí! –Gritó Yoongi golpeando la puerta de una habitación donde Jimin se había encerrado.

–¡No tienes fe ni nada! –Gritó Jimin de vuelta haciendo contrapeso para que no se abriese.

–¡Si sales te daré un abrazo!

–¡Y cuatro collejas!

–Mierda.. –Musitó Yoongi habiendo sido descubierto. –¡Pero con amoor!

Yoongi apoyó su cabeza contra la puerta y sin darse cuenta comenzó a regular su respiración que estaba por las nubes. Dió un último golpe a la puerta con la palma de su mano antes de rendirse finalmente y quedarse ahí en silencio, escuchando también la respiración de Jimin al otro lado.

Sonrió levemente recordando cómo habían llegado a aquella situación tan chistosa de un momento a otro, si no fuera porque es Jimin, estaba seguro de que le hubiese arrancado los ojos por haberle despertado, pero él era una excepción.

–Jimin.. –Habló sutilmente cuando su respiración se había normalizado lo suficiente como para no sonar entrecortada entre palabra y palabra. Jimin por el otro lado de la puerta puso su oreja, escuchando con muchísima atención las palabras de su mayor. –Vas a morir. –Advirtió dando otra palmada a la puerta mientras se despegaba de ella.

Jimin comenzó a reír, sabiendo que ese viejo gruñón no iba en serio. O sí..

Yoongi por su parte pasó una mano por su cabello, tratando de analizar la situación y cómo hacer salir a Jimin de su escondite para poder matarle con una almohada, pero un grito de voz desconocida le asustó haciendo que diese un brinco inesperado mientras su cuerpo giraba hacia atrás para poder ver a la persona de la que provenía.

–¿¡Tú quién eres!? –Gritó aquella señora al borde de un colapso mental.

–¡Mamá! –Gritó Jimin saliendo de la habitación con el corazón en un puño.

Ésto no iba a ir bien..








ESTOY ESCASA DE IDEAS, LO ADMITO, PERO PROMETO QUE ÉSTO VOLVERÁ SÓLO DENME TIEMPO Y GRACIAS POR SOPORTAR TODA LA MIERDA QUE ESCRIBO Y COMENTAR, OS QUIERO💕

Florecer (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora