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Lunes. Comienzo de otra semana, se supone que esta sería una buena semana, Jimin y Tae ya no se hablaban, Tae se cansó de suplicar, aunque fuera su mejor amigo, cualquier persona tiene un límite.

Jimin, se veía feliz, despreocupado, sacando las mejores notas que alguna vez pudo sacar. Sin duda, él creía que todo iba mejor sin esas "personas tóxicas" a las que llamaba mejores amigos.

¿Jungkook? Desaparecido aún, no cogía llamadas y tampoco estaba en casa, un caso perdido.

Una vez pasada la tarde, sus padres, nuevamente se fueron, y la casa quedó sola. Tal y como él esperaba. Incluso ya lo había maquinado, ahora, en vez de estudiar, haría "algo divertido".

Toc toc.

Ya era hora, la pizza. El hambre lo mataba por dentro. Se levantó de su sofá con el dinero arrugado en su mano y en la otra un porro a medio comenzar.

Abrió la puerta.

Y la cerró nuevamente.

Volvieron a llamar.

–Pírate a casa del novio de tu amigo. –Dijo dando otra calada, como si eso le fuese a relajar o a hacer sentir mejor. Su nuevo "hábito" comenzó en los recreos, donde se juntaba con unos enclenques, pero al menos le hablaban y le hacían sentir mejor, y como ellos fumaban, ¿Por qué él no? Los golpes eran más fuertes. –¡Vas a romper mi puerta! Vale más que tu cara para que lo sepas. –Gritó abriendo la puerta nuevamente.

El otro no tardó ni un segundo en agarrar el porro de la boca de Jimin y apagarlo contra la puerta, dejando una gran marca negra y cenizas en el suelo.

–¿¡PERO ESTÁS LOCO O QUÉ TE PASA!? –Espetó dando un fuerte empujón. –¡Inconsciente!

No dijo ninguna palabra más. Ninguno de los dos. Yoongi entró en la casa y cerró la puerta, para después dirigirse al salón, a esperar sentado en el sofá.

–Largo de mi sofá. De mi salón. De mi casa. ¡De mi vida!

Negó con una sonrisa para después dar pequeños golpes a su lado en el sofá.

–¡Que te largues!

Yoongi negó.

–Sé karate y no tengo miedo de usar una llave contigo. ¡Incluso puedo matarte! –Gritó con furia.

Yoongi se puso de pie, quedando frente a frente con Jimin. Él alzó su brazo en puño y apuntó a Yoongi, que cerró sus ojos tranquilamente, sin miedo alguno. Jimin cerró sus ojos también, no sabía si estaba preparado para hacer eso, pero el dolor acumulado era más fuerte, y entonces abrió sus ojos, viendo la flor frente a él y a Yoongi con sus ojos cerrados y una sonrisa en su cara, mostrando las encías de sus dientes, haciéndolo bastante adorable a la vista. Y entonces no se sintió capaz.

Yoongi, tras unos segundos en los que nada sucedía, abrió sus ojos y miró a Jimin fijamente, con sus ojos acuosos y aún con su puño levantado, pero no firme. Metió la flor con cuidado entre los cabellos naranjas de Jimin y sujetó su brazo suavemente, bajándolo de nuevo.

–Lo siento.. –Murmuró Yoongi bajando su cabeza hacia el suelo.

Jimin simplemente le abrazó, comenzando a llorar en el hombro contrario, y Yoongi lo correspondió pegándolo a su pecho, abrazándolo con fuerza contra él.

Florecer (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora