~Citas Inesperadas.
Capítulo 14.
-Hay... ¿hay alguien ahí?- exclamó Miley, volteando a todos lados, dando pequeños y nerviosos pasos hacia adelante.
Se encontraba en un cuarto oscuro, solo una pequeña lámpara arriba de su cabeza, iluminaba el cuarto frío y lúgubre en donde se encontraba. El miedo invadía su cuerpo, al no encontrar alguna señal de salida o al pensar que no era la única persona en aquel cuarto.
-No saldrás de aquí, hasta que me des lo que quiero, preciosa.- susurró una voz masculina a su oído.
-No, tú no estás aquí. Solo es otra pesadilla. ¡Otra pesadilla!- se tomó desesperada de la cabeza, tapando sus oídos mientras apretaba con miedo los ojos.
-No es ninguna pesadilla, Miley.
-No te tengo miedo, ya no.
-Eso lo veremos- contestó.
Varios minutos después no se escuchó más ni una voz, pero ella seguía apretando los ojos, con desesperación. Con miedo, se quitó lentamente las manos de los oídos, mientras planeaba una salida rápida de aquel cuarto. Abrió los ojos y se encontró con una puerta en frente de ella.
-Por favor, no otra vez- rogó.
Dio unos cuantos pasos hacia la puerta que estaba enfrente de ella, tomó el suficiente valor, y tomó de la perilla de aquella puerta vieja. Escuchó el rechinido escalofriante, que causo al abrirla lentamente. Otro cuarto oscuro, sólo que en este se encontraba alguien en una silla, volteada, impidiendo a Miley, saber quién era el que estaba sentado.
Hasta que escucho un quejido salir de la boca de la persona desconocida. Se acerco nerviosa, intentando saber quién era, los quejidos aumentaban con más dolor en ellos.
-¿Quien es?- preguntó nerviosa, obteniendo mas quejidos. Se acercó mas, a solo quedar a unos cuantos metros de la persona y visualizo el cabello que tenía.
Solo una persona podía tener ese peinado y ese color dorado de cabello; Justin. Corrió hasta el desesperada, y tembló al ver la horrible imagen que estaba enfrente de ella. Justin estaba atado de los pies con las patas de la silla, sus manos también lo estaban, pero había algo mucho peor, tenía varios bultos morados en su cara, sangre salía de su nariz y un orificio repleto de sangre se encontraba en su camisa, por la parte del corazón.
Una bala, una bala había atravesado su cuerpo. Miley calló en cuclillas frente a él. Su corazón se había parado.
-¡Justin! ¡Justin! ¿Qué pasó?- chillo.
-Miley....- contestó lentamente, escupiendo gotas de sangre. Con dolor levanto sus manos atadas, hasta tomar las manos de Miley.
-Tengo que sacarte de aquí- desesperada desamarro el primer pie de Justin, pero este negó con la cabeza, mientras volvía a tomar las manos de Miley.
-No...
-Sí Justin, te tengo que sacar de aquí.
-No...Miley- la miró.-no, no...me queda mucho tiempo.
-No digas estupideces Justin, por favor, déjame sacarte de aquí, te pondrás bien- exclamó llorando.
-Miley- le acarició despacio su mejilla- aun que, no...no me veas, estaré con...contigo siempre preciosa, te lo prometo - logró decir con suspiros cansados.
-No Justin, no digas eso. Por favor, no, no me dejes- le gritó.-te pondrás bien, te pondrás bien-tomó fuerte de sus manos.
-Te amo Miley- se escuchó, dando el último suspiro que su cuerpo contenía.