~Citas Inesperadas.
Capítulo 24.
-Seguro ya perdiste la cabeza y no sabes lo que dices- río con gracia Miley.
-Hablo muy en serio Miley. Serás la concursante nueva, lo anunciare a la prensa mañana mismo.
-¿Pero por qué? ¡Yo no quiero ganar! ¡Ni quiero estar con él!- mintió mientas señalaba a Justin.
-Nadie dijo aquí que ganarías, Justin te hará perder una vez que sepas quién mató a la señorita García, te meterás, te harás amiga de las concursantes y investigaras quién fue el o la que la mató.
-¿Y que se supone que le dirás a la prensa?
-Que Miley West, renunció como conductora, para declarar su amor por Justin, y claro, luchar por el.
-Mentiras de nuevo...- habló Miley seria.
Las palabras de la castaña le estaban haciendo más daño a Justin, de lo que se pudo haber imaginado, pero esto no se quedaría así.
-Tengo que.
-Solo fingirás que amas a Justin, y que tu amor a él te hizo dejar tu trabajo. Tendrás que concursar como cualquiera de las chicas, pero no ganarás, solo finge esfuerzo, después Justin te eliminará y el saldrá con una de las concursantes.
-¿Que pasa si no quiero que Miley sea eliminada?- dijo el rubio viendo serio a Miley. Erick lo miro confundido por unos segundos.
-No sé a que quieras llegar con todo esto, pero esto es un concurso para gente que está enamorada. Miley no lo está de ti, ni tú de ella, no veo el motivo por la cual no deba ser eliminada.
Ambos se miraron, sabían todo lo que habían hecho, todo lo que sabían entre ellos dos. Miley estaba indignada con tal noticia, dejar lo que amaba atrás por entrar al concurso, la frustraba demasiado, el solo hecho que tendría que fingir amor hacia Justin, le hacía que las piernas le temblaran.
Pero por el otro lado, Justin estaba más que feliz con la noticia, su milagro había llegado. Tenía el plan perfecto para remediar todo con Miley. Le importaba poco que dijera Erick, o las demás concursantes, pero si algo estaba seguro, es que no dejaría ir a Miley tan fácil del programa. El teléfono de Erick sonó, interrumpiendo la batalla de pensamientos que ambos estaban teniendo.
-En unos minutos regreso chicos, arreglare unas cosas- salió Erick de la pequeña terraza, dejando nuevamente a Miley y a Justin solos. Seguían viendose, como si se pudieran comunicar con sus mentes simplemente. Justin moría de ganas por saber que era lo que Miley pensaba, aun que fuera imposible, intentaba leer sus pensamientos con los gestos que hacía y con la mirada que tenía.
Mientras que Miley, maldecía a los cuatro vientos, la hora en la que a Erick se le había ocurrido esa idea. No podía rechazarla, era la única manera de encontrar al culpable del porqué su amiga ya no estuviera aquí, y si tendría que fingir amor por Justin, lo haría.
-No sabes mentir, nena- se escuchó la voz ronca y seria de Justin.
-Yo no miento, y no me vuelvas a llamar así, porque lo lamentaras- advirtió seria la castaña.
-Claro que mientes, mentiste hace unos minutos. "Yo no quiero ganar, ni quiero estar con él" eso ni tú te la crees- sonrió relajado Justin.
Le dio la mirada que siempre la mataba, mientras esta tragaba saliva sonoramente, se levantó torpemente de la silla y se acomodó en una esquina del balcón, dándole la espalda a la mirada que la volvía loca.
-Dije la verdad Justin, no me gustaría pasar un segundo contigo- dio la vuelta, rumbo a la salida, pero un movimiento rápido y preciso de Justin le impidieron la salida, acorralando la en la esquina del balcón.
-Tu no te vas de aquí, hasta que admitas que quieres estar conmigo- la miro directo a los ojos.
-No te tengo miedo- lo desafió.
-Deberías...- acerco su cara a la de ella.
-¿Por, por qué?- tartamudeo Miley.
-Por que se que te vuelvo loca- susurró contra su cara. La castaña lo único que puedo hacer, fue girarse, viendo la espectacular vista que tenía, y teniendo a atrás a su perdición.
-Déjame en paz Justin. ¿No habías dicho que yo había matado a Vero y que no era el amor de tu vida? Me has juzgado dos veces, jamás harás que sienta algo por ti.
-Perdóname por eso Miley. Estoy muy arrepentido por todo lo que te dije. Estaba frustrado por la muerte de Verónica, la quería mucho.
-Ella era mi mejor amiga...
-Lo sé, y lo lamento.
-No creo que estés arrepentido.
-Verás que si, haré que veas en realidad te quiero- Un escalofrío recorrió la espalda de Miley.
-¿Cómo?- preguntó la castaña. Justin volteó su cabeza, para asegurarse de que Erick no había llego.
-De la mejor manera que sé hacerlo- susurró despacio en su oído. Espero unos segundos, para después girarla, y quedar frente a frente. La miro por largo tiempo, mientras levantaba sus manos para tomar su rostro. La beso cálidamente, sin preocupaciones o prisa, quiso decirle todo lo que sentía con un beso, quería que lo perdonara.
Le entregó todo su amor en un beso, todo y cada rincón de este. Miley sentía que su cuerpo iba a explotar, iba a perder la cabeza con este chico. Podía transmitir tantas cosas en un beso, que no sabía cómo pararlo, no quería pararlo de todas formas. Justin disfrutaba cada centímetro de su boca rosada, había olvidado lo bien que se sentía besar a su joya, nada se comparaba con besarla, nada, era...como una conexión especial que tenia con ella, sin razón alguna. Justin se separó lentamente de su boca, y se dirigió a su oído.
-Solo dame una oportunidad, para que sepas que no te haré daño. Esperaba un milagro, para tenerte dentro de la competencia, y por fin ha llegado- susurró sensualmente en el oído de Miley.
-Yo no puedo ganar, además no...no quiero- mintió en un hilo de voz.
-Estás mintiendo nuevamente. Y si no, haré que quieras ganar, de todas formas, desde ahora eres una concursante más ¿Lo recuerdas? Yo puedo sacarte de la competencia cuando yo quiera...y te prometo que no lo haré- la miró por última vez, mientras ella quedaba boquiabierta.
Tenía razón, mientras Justin lo decida, ella seguirías siendo una concursante de Citas Inesperadas.
La mañana había llegado en las Bahamas. Hoy Miley empezaría como concursante del programa. Los nervios invadieron su cuerpo cuando le entregaron su uniforme de concursante. Todas lo tenían, era un short holgado negro, y una camisa blanca de tirantes que tenía marcado al frente "Citas Inesperadas" y atrás "Cyrus" Se recogió su cabello en una alta cola de caballo.
¿Quién sería la nueva conductora? No lo sabía, Erick no lo había mencionado. Camino rápidamente por los pasillos, llegando el amplio jardín donde se grabaría el primer programa. Miley pudo notar algo raro en Erick, esta con un chico, un poco más alto que Miley.
Erick parecía estar regañandolo, no lo podía ver, estaba de espaldas. Cuando Miley estaba lo suficientemente cerca de ellos, Erick la vio nervioso.
-Miley, el es el nuevo conductor de Citas Inesperadas, después hablaremos.
Miley lo vió confundida por un momento.
-Mucho gusto yo soy...
-Miley Cyrus, encantado de verte otra vez.
El chico dio vuelta, dejando ver en su rostro la sonrisa sínica y escalofriante que ella ya había visto. Miley dio varios pasos atrás en señal de horror. Su corazón latía a mil por hora, las pesadillas, los gritos, las burlas, regresaban a su cabeza como balas que le perforaban el pecho. Su respiración estaba agitada. No esto no podía estar pasando. Quería salir de ahí, lo antes posible, quería huir de él.
Dio tan solo un paso atrás, con la intención de salir corriendo, pero un brazo alrededor de sus hombros la detuvo con firmeza u seguridad.
-Valla, valla- resopló Justin, sosteniendo a Miley de lado dándole protección.-Si es nada más y nada menos que...
-Jared Davidson- terminó la frase la castaña.