~Citas Inesperadas.
Capitulo 42.
Miley visualizo a la rubia correr a los brazos de Justin dándole besos en la mejilla. Sintió que el calor de sus mejillas subía, al notar que era la misma rubia con quien había peleado, cuando apenas estaba empezando como nueva concursante. Recordó que la había amenazado y que estaba seguro que ella estaba involucrada en la muerte de Verónica García. Tuvo que esperar a que acabara el programa para advertirle a Justin de esta chica a escondidas.
-Tengo un mal presentimiento Miley- negó con la cabeza Justin- No te quiero dejar sola.
-Calma, no tienes por qué preocuparte. Estaré en mi habitación- se acomodo en el sofá de la habitación del rubio.
-Prométeme que contestaras mis llamadas.
-¿Cómo se supone que me hablaras si estas en una cena con la rubia?
-Bueno, pues iré al baño varias veces y…-pauso, después de que una sonrisa picara apareciera en su rostro- ¿Acaso estas celosa Miley?
La castaña hecho una carcajada al aire.
-¿Yo? Oh Dios mío Justin, que ridiculez ¿Por qué habría de estar celosa?
-Por que una rubia estará conmigo- levanto las cejas.
-Te recuerdo, que tuve que pedirte que la escogerías- sonrió victoriosa.
-Bueno, la verdad es que yo si me pondría celoso que estuvieras con un rubio que no fuera yo. Pero no le tengo miedo a eso, porque ahora eres mía- se inclino frente a ella.
-Y tú mío.
-Por siempre- susurro después de darle un largo beso- Si pudiera quedarme contigo estas horas lo haría amor, no sé cómo demonios me convenciste de escoger a otra que no fueras tu- resoplo fastidiado, parándose y dirigiéndose por una gorra roja que combinaba con su atuendo.
-Oh vamos, solo serán unas horas, además puedes descubrir algo acerca de lo del asesinato de Vero…
-Sí, creo que tienes razón en eso- se miro al espejo mientras acomodaba su cabello para después acomodar la gorra. Miley lo observaba tiernamente. Tenía que aceptar que también odiaba no estar con él estas horas, y que era detestable saber que estaría con una rubia oxigenada. Pero tenía que hacerlo.
-Es hora- suspiro el rubio.
-Suerte en tu cita, amor- rio ampliamente.
-Te aprovechas de mi sufrimiento, Miley- hizo una mueca, aparentando un perrito mojado- Eres malvada.
-No, no lo soy- se acerco a abrazarlo fuertemente- Te veo luego.
-Por favor no le abras a nadie la puerta a menos que sea yo, ¿Entendiste?- susurro en su oído- Te amo.
-Yo igual- lo beso y sin más, visualizo como el rubio suspiraba viéndola, después de salir por la puerta de su habitación. Espero unos minutos, para salir discretamente del cuarto y dirigirse al suyo. El tiempo pasaba lento, y apenas habían pasado un poco más de media hora cuando alguien llamo a su puerta. Miley frunció el ceño. No podía ser Justin, la cita iba a durar aproximadamente 2 horas. Apago la televisión, y trato de hacer ningún ruido para ver si tocaban por segunda vez. Y así fue. Esta vez tocaron mucho más fuerte. Miley dio un salto tapándose la boca para no gritar. Se acerco a la puerta para revisar por el picaporte, esperando ver a Erick o tal vez a Justin, pero no se encontró con ninguno de los dos, se encontró con alguien 10 veces peor. Aturdida y temblorosa, dio unos pasos hacia atrás. Sintió que las manos le empezaban a sudar y a temblar.
¿Acaso Jared había venido a matarla? Oh, claro que venía a eso, como no se pudo dar cuenta de eso antes. Tenía el camino libre sin Justin aquí, y con Erick grabando la cena. Trato de tranquilizarse, sabiendo que no había vuelta atrás, sabiendo que tenía a Jared Davidson detrás de su puerta y sabiendo, que…probablemente moriría. Se detuvo en seco, ¿Así sería como todo acabaría? Dejando que un infeliz lo aleje para siempre de Justin, dejando que el ganara otra vez. No, esta vez tenía que ser fuerte por todo lo que la hacía vivir ahora, no iba a dejar que eliminara cada momento mágico y aventurero que estaba destinado para ella en su vida junto a Justin. Trago saliva sonoramente. Trato de pensar en algo para mejorar la situación, no iba a llamar a Justin ni a Erick, porque sabría que eso no funcionaria de nada que llegaran corriendo y el siguiera siendo el inocente ante los ojos del mundo. Una idea brillante pero muy peligrosa llego a su mente. Era la única salida. Tomo su celular apretando el botón de vibrador para que no hiciera ruido alguno, y después, selecciono la video cámara. Grabaría cada segundo que Jared la insultara o lastimara, con tal del tener evidencia que destrozaría por completo la carrera de Jared Davidson. Coloco su celular en una mesita, tapándolo con una prenda y algunos libros.
-Sabes que soy capaz de tirar la puerta preciosa. No huyas de tu destino- Respiro profundo, escuchando el tercer golpe en la puerta. Corrió al baño para buscar algo con que defenderse, y lo único que pudo encontrar fue un palo de fierro que sostenía las toallas de baño, la cual estaba algo débil, gracias a Dios, así que no le costó mucho trabajo romperla con unas patadas. La coloco en su espalda, haciendo que sus jeans la sostuvieran. Cerró los ojos rezando para que todo saliera bien y sin más, se dirigió a la puerta abriéndola y encontrándose nuevamente con esos ojos verdes que la hacían llorar cada vez que los recordaba.
-Wow, por un minuto pensé que no me abrirías amor- sonrió cínico mientras se incorporaba a la habitación- ¿Me has extrañado querida?
-¿Qué es lo que quieres Jared?
-Oh, no mucho, en realidad creo que tú sabes muy bien lo que vengo a hacer, después de esa inapropiada que diste a mi cuarto escuchando mis planes por teléfono- sonrió- ¿Acaso nadie te enseño a no escuchar las conversaciones de los demás? Creo que tendré que darte una elección para que aprendas.
-¿Acaso no te basto con violarme y con hacerme ver como una puta frente al mundo?- las palabras salieron sola de su boca. Y sin despegar la vista de el, vio como su mirada cambiaba. Oh, conocía esa mirada. Estaba enojado.
-Vaya, parece que alguien ya no huye ni llora cada cinco segundos que ve a un hombre- se burlo de ella, mientras se levantaba del sofá en el que estaba sentado, acercándose a ella- ¿Lo puedes oír Miley? Tus gritos, tus llantos, tus inútiles golpes que trataban de alejarme de ti, mientras te hacia mía. Oh, es música para mis oídos.
-Pues esa música puedes metértela por donde más te quepa- hablo valiente la castaña- Porque te juro que jamás la volverás a escuchar.
Por un minuto Miley se pregunto qué estaba haciendo. Tenía que mostrar el lado más salvaje y oscuro de Jared, tenía que mostrar quien fue su pesadilla para que todo acabara de una vez, aun que eso, le costara la vida. Lo estaba logrando, Jared se acerco bruscamente a ella azotándola contra la pared.
-Nunca debiste decir eso estúpida, ¿Crees que no lo puedo volver a hacer? Puedo violarte ahora mismo y después echar tu carne sucia a los perros. Y después, me encargaría del imbécil de tu novio- la tomo fuertemente del cabello, mientras ella trataba de seguir mirándolo a los ojos sin miedo- ¿Estas lista para rogar por segunda vez que me detenga, Miley?- susurro en su oído, mientras una mano bajaba por su espalda.
Miley sintió que regresaba en el momento en el que el había arruinado su vida, por un minuto pudo verse, en aquella noche de tormenta en que la arrebataba su virginidad y con ella toda su vida, podía ver como luchaba por quitarlo, pero su fuerza era el doble que la de ella, podía verlo besar suciamente su cuerpo mientras ella gritaba con todas sus fuerzas pero nadie llegaba, podía ver las lagrimas correr por sus mejillas mientras él le rompía su ropa. Jared intento besarla, pero ella rápidamente y con toda la desesperación que escuchaba en los gritos de su pasado, lo pateo en la entrepierna, haciéndolo caer del dolor.
-Ahora escúchame muy bien infeliz, tal vez fui débil en el pasado, pero ya no más. Es tu tiempo de pagar las consecuencias Jared, y te prometo que pagaras cada una de ellas- dijo sin pensarlo y con toda la seguridad que podía, pero no le duro mucho, ya que se dio cuenta que esto apenas estaba comenzando, cuando él se levantaba con los ojos más grandes y verdes que nunca. Había despertado a la bestia que la había atacado hace seis meses y estaba dispuesta a acabar con ella.
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