Prólogo. And then, You were there

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La guerra había terminado, aquella guerra donde todos terminaron involucrados de una u otra manera; donde casi a finales de 1944, las calles de Francia eran como almas liberadas que hacían sentir a sus habitantes olvidar el terror con el que tuvieron que vivir.

Con lo finita que eran las vidas de los humanos, él se preguntaba como harían para olvidar todo eso, ellos que vivían y vivían sin un fin, tenían la eternidad para saber lidiar con la historia que se amontonaba en sus hombros.

Volvió a concentrarse en el camino, ordenando a sus soldados el plan a seguir, esperando que fueran las ultimas acciones militares que tuviera que formar en palabras. Detrás de él iba Matthew y Alfred, con expresiones sombrías, un poco turbadas mientras sujetaban sus armas.

Arthur siguió corriendo, esperando que pudieran mantenerle el ritmo. Lograron atravesar las mermadas defensas alemanas, y se separaron para asegurar la zona. Cuando se apoderaron del edificio de las principales operaciones del jefe de Alemania, confirmando así la expulsión del ejército Nazi, como la captura de Ludwig;  Inglaterra volvió a irse con premura explorando ese edificio.

Los pasos impacientes de Arthur se tornaron en casi un angustioso trote cuando escucho a sus soldados gritar: "¡Lo encontramos!" Matthew, a sus espaldas, se atrevió a sonreír y recibió un asentimiento de su hermano para que también apresurara el paso.

Inglaterra ordenó a sus hombres moverse, y no entrar al cuarto hasta que él lo dijera.  Arthur alzó una de sus manos hacia las otras dos naciones indicando que entraran despacio, no tenían idea del estado en que podían encontrarlo.

—Francis...¿Fran? —habló pronunciando muy lentamente el nombre.

En la peculiarmente elegante habitación, en una esquina, cubriendo su cabeza con sus manos y  alterado por el ruido, con su mente algo turbada por lo débil que estaba su cuerpo, se encontraba él.

Arthur se sobresaltó al verlo encogerse cuando dio un paso al frente. Sin esperar, Francis se lanzó al frente contra él derribándole con un puñetazo torpe por su estado físico y las esposas que tenían sus manos.

En otras circunstancias, el golpe lo hubiera dejado aturdido e Inglaterra le hubiera regresado la agresión sin pensarlo, tan acostumbrados que estaban a pelear entre ellos ese era el resultado natural; sin embargo, en esa ocasión Arthur usó todas sus fuerzas para detener los violentos movimientos de Francis: lo que detuvo ese momento de pánico fue cuando lo abrazó, y escuchó la voz de Canadá llamarle.

—Estas con nosotros —fueron las palabras de Arthur al impactado Francis, que miró confundido su entorno con ojos que lucían sin vida, permitieron unas lágrimas que fueron acompañadas por las otras dos naciones, aunque Estados Unidos fue más positivo decidiendo sonreír al final de aquel largo periodo.

Francis correspondió el abrazo, y todos esperaron las inminentes celebraciones que anunciaban un nuevo periodo de paz.

Había mucho dolor en sus recuerdos como naciones, y Arthur siempre quiso cambiar muchas cosas, que su relación con Francis siguiera un curso diferente en el devenir de la historia, como que él hubiera sido mucho más sincero con sus emociones.

Lost, In You [Hetalia] [UkFr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora