9. The ghost that Lingers

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Recordaba el bombardeo a París de hace unos días, el verse rodeado por quien fuera su mejor amigo y aquél hombre que no lograba reconocer; ¿Cuando había cambiado tanto Alemania?

Recordaba el fuego, el dolor, las súplicas de piedad y los alaridos de dolor. Había sido un ataque pequeño, notablemente menos devastador que los que se darían en el futuro; quizás lo sentía de esa manera porque fue sobre parte del corazón de su nación, fue una historia herida en su corazón.

Vio el desastre con terror, asqueado al darse cuenta que los únicos ahí abatidos por el ataque fueron inocentes, sólo inocentes ignorantes que el ejército dejó en su escape para no alertar al enemigo.

¿Por qué? ¿Qué estaba pasando?

Se retorció de dolor cayendo al piso rodeado de enemigos, le habían lastimado y tomado su capital después de todo. Ahí estaba al principio de la guerra, rodeado de enemigos.

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¿Cuánto llevaba viendo la oscuridad de su cuarto? Se preguntó aturdido, con sus ojos húmedos se dio cuenta de qué en algún punto había llorado un poco, su cuerpo temblaba aún helado.

Al menos esa pesadilla había sido mejor que las que tuvo los días anteriores. Muchos de sus sueños eran reminiscencias de su tiempo cautivo, en las celdas frías, y de los interrogatorios...muchas veces.

Se miró los brazos, siempre sorprendiéndose de cuanto había sanado, de la forma en que sus cicatrices desaparecieron. Y la verdad es que sus terrores nocturnos mejoraron mucho, únicamente haciendo presencia de manera ocasional, desatados por algún estímulo; razón por la que esa época donde se recordaba la guerra, era tan mala.

A veces pensaba que era algo débil lidiando con sus cicatrices emocionales, después de todo hubo naciones que sufrieron la parte más oscura de la guerra, como era Polonia y los millones asesinados de su gente, quien hoy en día se desenvolvía como si nada hubiera pasado. Claro que no sabía en privado si otras naciones cargaban con sus heridas de esa época.

También le avergonzaba el confesar a Matthew sus terrores nocturnos en aquellos años, buscando que su hijo le ayudara a enfrentar sus fantasmas de la guerra; no quería parecer débil y mucho menos recurrir a Arthur. Con Canadá siempre estaba más tranquilo, por que este le consoló muchas veces sin juzgarlo, ni quejarse.

Si tenía que ser honesto la verdad es que sus problemas y secuelas emocionales de la guerra habían mejorado bastante, pero las pesadillas seguían siendo un aspecto insistente de vez en cuando, siempre en los mismos temas, aunque siempre había tópicos más espantosos.

—Ya mejorará —se dijo a sí mismo, escuchando a su pequeño amigo emplumado responderle.

Sé dispuso a prepararse para el obligado viaje a Londres, no deseando ir a la junta en turno de las naciones.

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Arthur se removió incomodo bajo la severa mirada de Matthew. Iba a tomar la taza de té que se preparó con las cosas facilitadas en la sala de juntas, cuando el canadiense se removió.

—Me responde por mensaje, pero evita contestar llamadas; siempre hace eso cuando quiere pensar —dijo suavizando su postura, y mostrándose más bien preocupado—. Supongo que no puedo hacer nada si no te disculpas, pero... Pero me gustaría que alguien que lo conociera lo acompañara.

Inglaterra se sintió un poco sorprendido con la petición implícita de su antigua colonia. Considerando que estaba enojado por sus palabras ofensivas a Francia... Lo tomaría como un cambio bueno.

—El problema no sólo son los terrores nocturnos por la guerra, han mejorado pero...—dudo el americano de seguir, esa parte era algo personal para Francia. Sin embargo, necesitaba la ayuda de Gran Bretaña—, bueno, a veces las memorias malas traen otras. Cuando son episodios drásticos, es porque al dormir poco su mente trae su tiempo con...con la Doncella de Orleans.

Lost, In You [Hetalia] [UkFr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora